Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo).- Giovani dos Santos se hizo internacional en Perú. Sus habilidades futbolísticas eran diferentes a las de cualquier otro mexicano que haya vestido la camiseta de la selección nacional. Tenía apellido y estilo brasileño. Su padre, Cicinho, jugó en México además de enamorarse de una mujer llamada Liliana Ramírez. De esa relación, el futbol nacional se vería beneficiado.
Gio fue visto en un torneo internacional de juveniles. El FC Barcelona lo fichó junto a su hermano Jonathan. La vida de la familia dos Santos Ramírez, cambiaría para siempre. La ciudad condal era el nuevo hogar para una prodigiosa familia que ha vivido desde el talento innato con una pelota en los pies. A los doce años, el hijo mayor de Cicinho se convirtió en uno de los jugadores de divisiones inferiores con mayor proyección en un club que tiene a su cantera como su principal joya. .
De padre portugués, con el catalán en el ambiente, Giovani siempre se sintió mexicano. El nacido en Monterrey, acaparó las portadas de la prensa en 2005 cuando fue miembro de una generación a la que se le llamo “dorada”. Un simple mundial sub-17, cambió para siempre la percepción y mentalidad que se tenía del futbolista mexicano. La FIFA le dio a Perú la copa del mundo de la categoría. México arribó silencioso, sin mucha prensa, a lo que sería el parteaguas de tantas decepciones vividas en el pasado.
Aquella Copa conseguida, inspiró a jóvenes que comenzaban a brillar en fuerzas básicas. La estela dio a México otro mundial de la categoría, seis años después. El ascenso de Gio fue pletórico. El debut con el Barça, al lado de su ídolo Ronaldinho, generó una esperanza poco antes vista en la selección nacional. Junto con Carlos Vela, fue la figura más internacional de aquel equipo campeón dirigido por Jesús Ramirez. De la esperanza pasó al terreno de la consolidación, ese en el que Giovani no ha logrado hacerse del lugar que tantos predijeron.
El Barcelona contrató a Pep Guardiola y armó una revolución atrevida que maravilló al mundo durante un par de temporadas. Ese cambio provocó la ida de la figura mexicana tan aliado del problemático Ronaldinho. Las imágenes de Dos Santos divirtiéndose en la turística Barcelona eran más constantes que su brillo en el campo. De pronto, apostó por la Liga Premier de Inglaterra en busca de un lugar donde poder expresarse con el balón en los pies. El Tottenham pagó 6 millones de Euros por él. El nuevo rumbo, pronto se convirtió en un calvario.
Han pasado cinco años desde que Gio dejó la filosofía blaugrana de Barcelona. Desde 2008, el futbol le ha dado severas lecciones a un futbolista que sigue sin sentirse cómodo en un equipo. Prestamos a la segunda división inglesa donde se ganó la admiración del talentoso ex jugador Roy Keane, que lo dirigió. Los halagos aumentaban sin que en Londres explotara como futbolista. El jugador que salía en revistas por sus trasnochadas o amoríos, no jugaba.
Después de su paso por el Galatasaray turco, escogió su destino. Fue España, lo que él decidió. El regreso al futbol ibérico, lejos de la élite, fue en Santander con el Racing. “Gio” ayudó a que el equipo se salvará del descenso. El futuro parecía mejorar al fin. En la selección, se ha dejado envolver en esa aura fatídica que rodea a México en momentos importantes. El oro olímpico, del que fue parte importante, es el destello más significativo de lo que Dos Santos pudiera ofrecer al seleccionado Azteca. El chico distinto de una generación diferente, llegó a Mallorca en 2012 para descender. Cada verano, es un objetivo atractivo para muchos equipos. El Valencia y Villarreal se pelean por la ficha del mexicano en el que toda una afición puso sus ilusiones para dar un salto de calidad definitivo. A sus 24 años, tiene el recorrido de un veterano. Este 2013, le presenta una nueva oportunidad para que la promesa, se consolide. El futbol mexicano, le sigue esperando.
