Walter Reuter: el último pasajero; el fotógrafo que escapó de tres guerras y llegó a México como refugiado

08/07/2014 - 12:00 am

Marta Duran de Huerta/RadioNederland

Walter Reuter y su cámara fotográfica. Foto: Facebook Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter
Walter Reuter y su cámara fotográfica. Foto: Facebook Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter

Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo/RadioNederland).– “Mi padre se escapó de un campo de concentración en el norte de Africa. Logró llegar a Casablanca; él fue el último pasajero en subir, del último barco que partió lleno de refugiados hacia México”, narra emocionada Hely Reuter, la hija menor de Walter Reuter. Durante la Guerra Civil Española y después, durante la Segunda Guerra Mundial, México tuvo una política exterior de brazos abiertos a todas las víctimas de franquismo y del fascismo. La primera gran oleada de refugiados fue un nutrido grupo de niños españoles.

El entonces Presidente de México, Lázaro Cárdenas del Río,  envió barcos para que los niños españoles estuvieran a salvo en el país y al terminar la guerra civil española 1936-1939, regresaran a España. Fueron alojados en Morelia, Michoacán y por eso fueron llamados Los Niños de Morelia. Las cosas empeoraron para el bando republicano en España y los niños no sólo no pudieron regresar sino que perdieron a sus padres y todo. Los Niños de Morelia se quedaron en México y todos se convirtieron en artistas, científicos, personas de bien.

El Presidente Cárdenas no solo abrió las puertas de México a los españoles sino a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, en especial a los antifascistas. El Embajador Gilberto Bosques así como todos los diplomáticos mexicanos en Europa, tenían la misión de organizar el traslado a México de los refugiados.

Muchos españoles del lado republicano tras perder la guerra huyeron a Francia donde fueron alojados en campos de refugiados. Cuando los nazis ocuparon París, los diplomáticos mexicanos de aquel entonces convirtieron el puerto de Marsella su base de operaciones. Gilberto Bosques y su equipo trabajaron intensamente en la expedición de visados, salvoconductos e incluso sobornaron a algunos nazis para rescatar a los activistas de las garras de la GESTAPO.

Los refugiados de toda Europa que querían ir a México se contaban por miles. Los diplomáticos mexicanos compraron dos castillos medievales para alojar a los refugiados hasta que llegaban los barcos. México no tenía tantos navíos como hubiera deseado y eso constituía un grave problema. Había que esperar semanas o meses a que llegara un barco a Marsella en plena Segunda Guerra. También había que despistar a los nazis y al gobierno títere que habían impuesto en Francia.

LA CÁMARA FOTOGRÁFICA

Foto: Walter Reuter
Cuando llegó a México, Walter Reuter no tenía nada. Foto: Walter Reuter

Walter Reuter nació en Berlín en 1906 en el seno de una familia obrera. Solo pudo estudiar dos años y sus padres lo enviaron a Polonia para protegerlo durante la Primera Guerra Mundial. A su regreso a Alemania, fue aprendiz de foto grabador; después decidió ser periodista. Documentó toda la barbarie del nazismo, desde su ascenso.

 En 1929 el jefe de la policía de Berlín prohibió una manifestación pero a pesar de ello los obreros salieron a las calles y el resultado fue de 30 muertos. El joven Walter Reuter quiso organizar una protesta desde la imprenta en la que trabajaba. La idea no surtió efecto. Lo despidieron y además cayó en la lista negra. Ya no podría trabajar en Alemania.

Reuter trabajó como fotógrafo para el periódico de izquierda Arbeiter Illustrieter Zeitung (El Periódico Ilustrado de los Trabajadores) mejor conocido como  AIZ. Las fotos de Reuter, documentaron la miseria de la primera posguerra y la dura vida de los trabajadores berlineses. En 1930, el Partido Nacional Socialista llegó al poder y a partir de ese momento se dedicó a eliminar a la oposición. Ese mismo año, Reuter documentó una manifestación de protesta contra los nazis y tuvo que salir del país.

LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA

Walter estuvo en Francia y Suiza y en 1933 llegó a España, donde gobernaba la Segunda República. Su llegado coincidió cuando se estaban gestando cambios radicales en la política, el arte y la economía. España se llenó de cooperativas, de escuelas laicas, de pintores y poetas. El joven berlinés aprendió rápido el castellano y trabajó documentando la vida cotidiana en la República.

En 1937, en Valencia, realizó un reportaje sobre el Instituto Obrero de Valencia a iniciativa del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Las fotos fueron la materia prima para los carteles de divulgación. Fruto de las investigaciones Cristina Escrivá publicó el libro “El ojo del Walter Reuter”, que incluye 130 fotografías de la etapa española de Reuter.

LA LLEGADA DEL FRANQUISMO

El general español Francisco Franco perpetró un golpe de estado en 1936. Reuter se enroló en la milicia andaluza organizada por las Juventudes Socialistas Unificadas. Su principal arma fue la cámara fotográfica. Envió sus fotos a diversos medios internacionales como la agencia Black Star en Nueva York y Londres. Robert Capa le permitía a Reuter revelar e imprimir fotos en su cuarto oscuro.

Con el triunfo militar del franquismo, Walter Reuter huyó a Francia, dejando una enorme cantidad de material fotográfico que no pudo llevarse consigo y lo dio por perdido. Fue capturado y enviado a un campo de concentración en Marruecos. De ahí logró escapar y marchó a la ciudad de Casablanca. Las fuerzas francesas volvieron a detenerle y lo enviaron como prisionero al campo de concentración de Colombe-Bechar, situado en el borde del Sahara, en Argelia.

Sulamith Siliava fue la primera esposa de Walter Reuter con quien procreó a Jay a Almuth. Mientras Reuter estuvo preso dos años en Argelia, Sulamith, que vivía en Marsella, se puso en contacto con Gilberto Bosques para pedirle un salvoconducto. Los diplomáticos mexicanos lo arreglaron para que la familia Reuter escapara a México.

Sulamith pudo hacerle llegar un “ultimátum” a Walter: “Si no llegas a Casablanca para que tomemos el barco a México, nos vamos y tú te quedas”.

En 1942 logró huir y el 20 marzo alcanzó a tiempo al barco San Thomé. “Mi padre fue el último en subir al último barco”, resalta Hely Reuter. Su único equipaje era un rollo de fotografía. Había cambiado su ración de vino por un permiso para sacar algunas fotos con la cámara de uno de los guardias del campo de concentración. Ese rollo, lo apretó fuerte en su mano y son las únicas fotos que pudo tomar durante su cautiverio”.

EL MÉXICO INDÍGENA

Foto: Walter Reuter
Niños mirando al cielo. Foto: Walter Reuter

Los Reuter llegaron a México sin nada. Walter buscó trabajo como fotógrafo y algunas amistades de España lo animaron a hacer documentales de cine. Así nacieron los documentales “Historia de un río”, “Tierra de Chicle”, “La Viuda”, “El hombre de la isla”, “Tierra de Esperanza”, y “Raíces” que fue premiada en Cannes. También trabajó diez años para el programa semanal Clasa y Cine Verdad y colaboró con las revistas Hoy, Mañana y Siempre. A los pocos años de su llegada a México, Sulamith Siliava murió.

Walter Reuter empezó a recorrer México y, cámara en mano, retrató a los indígenas, en una época en la que nadie les prestaba atención. Con los triquis de Oaxaca mantuvo un lazo muy especial, lo nombraron mayordomo, cargo honorario muy importante. Parte de sus cenizas están en tierra Triqui, en San Andrés Chicahuaxtla.

Recorrió todo el país, fotografió a grupos indígenas que desafortunadamente ya desaparecieron. Hely la menor de sus hijas narra: “En un pueblo perdido de Oaxaca, mi papá vio que había colas enormes para subirse a las sillas voladoras de la feria. Había niños y adultos, todo el día, desde muy temprano en la mañana hasta la noche. Mi padre les preguntó por qué les gustaba tanto ese juego mecánico y le respondieron: “Porque el viento limpia el alma”.

El hombre que sobrevivió dos guerras mundiales, la Guerra Civil Española, los campos de concentración y mil aventuras, nunca se enfermó. Era fuerte por dentro y por fuera, nunca había pisado un hospital. A los 97 años de edad su salud comenzó a deteriorarse, no tenía seguro médico ni dinero para pagar los tratamientos. La familia y los amigos organizaron una subasta para colectar fondos y poder solventar los horrorosos gastos. El 20 de marzo de 2005 murió a los 99 años de edad. A pesar de que Walter Reuter había sido uno de los grandes fotógrafos y documentalistas del Siglo XX o era un completo desconocido o estaba olvidado por la mayoría.

Hely Reuter decidió rescatar y organizar los más de 97 mil negativos de su padre. Ese maravilloso acervo es apenas una parte de su obra. Para salvar la vida, Walter tuvo que abandonar dos veces sus archivos.

*Marta Duran de Huerta, periodista y socióloga mexicana

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