Ciudad de México, 8 noviembre (SinEmbargo).- Nacida en ciudad de México por el impulso de Walter Jay, la flamante editorial De otro tipo busca escritor para publicar “libros dignos de ser leídos”.
Se trata de una nueva apuesta por la lectura en un sello que se reconoce como “incluyente” y por tanto “se reserva el derecho a no discriminar ningún tipo de obra, apostando a cualquier género literario”.
“Para nosotros, la creatividad, el trabajo en equipo y una estrecha colaboración con cada uno de nuestros autores es nuestra principal estrategia”, dice el acta fundacional.
Editorial De otro tipo, ganadora del tercer lugar en el concurso de jóvenes emprendedores 2013, en una actividad organizada por la Fundación Educación Superior-Empresa (FESE), llamó la atención entre 717 proyectos inscritos.
EL EDITOR
Walter Jay Nava Haro, escritor, editor y licenciado en Psicología con especialización Psicoanálisis, dio a conocer en 2011 la novela El camino de las casas cansadas. Como dramaturgo ha escrito las obras Mujeres al desnudo (con puesta en escena en el Teatro Coyoacán) y Lo que deseo de ti.
En entrevista con Sin Embargo, Jay dice editor “porque disfruto de serlo, porque encontré en ello un proyecto de vida, donde ni siquiera tengo como meta competir, sino coexistir en el mercado. Mis compañeros y yo buscamos que la editorial sea rentable, que perdure en el tiempo, y en las condiciones actuales de la cultura, esto ya es todo un reto”, afirma.
– ¿Cómo presentarías a tu editorial?
– Como una ventana o plataforma que sirva como medio para promover las letras mexicanas; que promueva la lectura y el entusiasmo por escribirnos y leernos como mexicanos. Una editorial que trabaja con diferentes colectivos artísticos para la realización y promoción de libros. Una editorial incluyente.
– ¿Qué propósitos persigue?
– Escribirnos y leernos. Brindar nuevas oportunidades a todo aquel que tenga algo que decir y que se ha tomado el tiempo de sentarse a escribirlo. Ser un referente de inclusión, sin fronteras generacionales, geográficas o cualquier otra que inventemos en el camino. Aún no tenemos publicaciones. En este momento estamos promoviendo nuestra convocatoria “Se busca escritor”, para novela y periodismo literario. Novela, porque deseamos mantener la tradición creativa; periodismo literario porque deseamos poner nuestra atención en la sociedad mexicana, qué está haciendo, cómo lo está haciendo, qué está pasando, quiénes somos, por qué somos éstos, desde la óptica y trabajo del periodismo, pero con una forma literaria de contarlo.
– ¿Aconsejarías a alguien hacerse editor?
– Si para alguien es vital volverse editor, la respuesta es natural, claro que sí, aunque le advertiría que no es un camino fácil, que a menudo se deben enfrentar obstáculos y el económico es de los más grandes, y tampoco es el único. Pero que si es vital para él ser editor, adelante, ya encontrará las salidas.
– ¿Cuál ha sido el espejo en que te has mirado antes de convertirte en editor?
– Es una pregunta amplia, los espejos están en todas partes y no siempre es grato el espejearse, pero casi siempre necesario. Sin duda alguna Felipe Garrido ha sido y es uno de los más importantes; en el sentido crítico del texto, el maestro Hugo Argüelles fue muy importante, su mirada era muy acertada. Agustín Ramos también ha sido muy importante. Manuel Poncelis, Norma Angélica, que desde el teatro me han ayudado en mucho de lo que hago ahora en la editorial. Y otros tantos espejos que pueden deformar tu imagen, que me han reflejado lo que no quiero ser y también marcan camino, pero que no vale la pena mencionarlos.
– ¿Deberían las editoriales independientes ser subsidias por el Estado o manejarse estrictamente con capitales privados?
– No entiendo mucho esa postura, en algunos casos radical, entre si soy editorial independiente porque sólo manejo mis recursos o no lo soy tanto porque me ha apoyado el estado. Entiendo la postura de ser una editorial que genere nuevos lectores, que logre su cometido en el mundo cultural, que no se corrompa, que no haga trampas, que no juegue sucio, que no excluya, que sea una verdadera promotora del talento, que no mienta, que cuide a sus escritores, los apoye en difusión, que les pague sus regalías, que no ponga fronteras a menudo imaginarias. Si para este cometido se trabaja con recursos propios o tiene la fortuna de ser apoyado por el estado está bien. Pero justo eso es lo complicado.
