Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo/El Diario).– La Patrulla Fronteriza ha desaparecido las pertenencias y documentos de cientos de indocumentados repatriados por la frontera El Paso-Juárez desde hace al menos cuatro años, registró el Programa de Defensa e Incidencia Binacional, un proyecto de la Asociación de Derechos Humanos Integrales en Acción.

Luis Chaparro, periodista de El Diario de El Paso, Texas, dice en un reportaje que este “extravío” de objetos ocurre en su mayoría al momento de los arrestos y en los centros de detención para indocumentados, donde por ley se debe llevar un inventario de las pertenencias de los aprehendidos, expuso la agrupación.

“Esto está sucediendo sin que el Estado mexicano establezca acuerdos para evitar que los mexicanos sean deportados sin sus pertenencias, principalmente credencial de elector [ID, o identificación personal], teléfono celular, ropa y dinero”, afirma el reporte citado por Chaparro.

De acuerdo con los testimonios recabados por el organismo, tan sólo en el pasado mes de abril se registraron cerca de 25 casos de denuncia por retención o desaparición de documentos de migrantes deportados a manos de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos. En lo que va del año se han contabilizado más de 65.

En el año 2010 se documentaron 34 mil 820 denuncias por retención o desaparición de documentos por parte de la Patrulla Fronteriza. Sin embargo en 2012 esa cifra aumentó a casi 39 mil casos, como muestra el último reporte emitido por el Programa de Defensa e Incidencia Binacional, dice El Diario.

Hasta el cierre de esta edición ningún portavoz de la Patrulla Fronteriza estuvo disponible para dar su versión sobre el tema.

Rocío Meléndez, abogada de la Asociación de Derechos Humanos Integrales en Acción, dijo que este fenómeno se ha vuelto cada vez más común, al grado de que las pertenencias de los indocumentados son desechadas desde el momento de su arresto.

“Esta violación a los derechos civiles va en aumento. Antes al menos sabíamos que sus pertenencias estaban inventariadas, aunque sólo se pueden reclamar en un periodo de 30 días desde su arresto, pero ahora hemos notado que los patrulleros les están tirando sus pertenencias y ya ni si quiera son registradas”, dijo Meléndez a El Diario.

Dentro de las principales pertenencias extraviadas se encuentran documentos de identidad, dinero en efectivo, tarjetas de crédito y débito, así como sus teléfonos celulares.

“Las consecuencias para los mexicanos deportados sin documentos son graves. No pueden conseguir trabajo, corren el riesgo de ser detenidos por no portar su identificación oficial, si sus familiares les envían dinero no pueden hacer el retiro en la institución bancaria y si piden el favor a otra persona corren el riesgo de que los roben; algunas casas de cambio les cobran el 30 por ciento para cambiar un cheque”, señaló.

Agregó que incluso en caso de sufrir un accidente o muerte quedan en el anonimato.

TESTIMONIOS

Ramiro, un hombre de 20 años originario de Oaxaca, denunció ante la organización que durante su arresto por la frontera de Columbus, Nuevo México, los agentes de la Patrulla Fronteriza echaron a la basura la poca ropa que cargaba.

El indocumentado, quien además relató que los agentes hicieron burla de su situación, señaló que los patrulleros le dijeron “esto va a la basura” antes de tomar su bolso con ropa y echarlo al suelo.

Él estuvo retenido por unas horas antes de ser deportado por esta frontera.

Otro de los testimonios recientes recabados por el programa es el de Yolanda, una mujer de 40 años originaria de Michoacán, quien acudió a uno de los cruces internacionales para pedir el asilo político una vez que éste fue entregado a su esposo meses antes.

Sin embargo dijo que luego permanecer en un centro de detención para migrantes durante varios meses, solicitó la repatriación voluntaria por no aguantar “estar encerrada tanto tiempo”.

Comentó que al momento de ser trasladada a esta frontera para su deportación las autoridades no le entregaron su bolso donde cargaba dinero, su anillo de matrimonio y sus lentes graduados.

“Es que cuando uno entra allí es como si fuéramos delincuentes, y yo no hice nada ilegal, yo pedí asilo, no me cruce de mojada y ni mis lentes me dejaron usar”, dijo la mujer entrevistada por la asociación.

QUEJAS DESATENDIDAS

La Asociación de Derechos Humanos Integrales en Acción asegura dar parte de estos abusos a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), quien a su vez las hace llegar a la Patrulla Fronteriza. Además, dice, se informa al Consulado mexicano en El Paso.

Sin embargo, hasta ahora, ninguna de estas denuncias han resultado en acciones que ayuden a controlar los presuntos abusos cometidos por la Patrulla Fronteriza en contra de los indocumentados.

Según un reporte publicado esta semana por el diario New York Times, de las 809 quejas por abusos presentadas en contra de agentes apostados dentro de las 100 millas (160 kilómetros) de la frontera del suroeste, de enero de 2009 a enero de 2012, únicamente 13 conllevaron a que se aplicara algún tipo de acción disciplinaria, y por lo general los agentes sólo tuvieron que acudir a recibir asesoramiento, según muestran los archivos de relaciones internas.

“Estos notorios descubrimientos ejemplifican una cultura de impunidad que prevalece en la CBP”, según dijo Melissa Crow, directora ejecutiva del consejo del Centro de Acción Legal.

“Dada la gran cantidad de recursos con los que cuenta la CBP, la dependencia debería hacer un mejor trabajo al hacer responsables a los oficiales que cometen abusos”, indicó.