Ciudad de México 9 de julio (SinEmbargo).- Los 50 años de Pink Floyd, una de las mejores bandas de rock de todos los tiempos, con más de 300 millones de discos en todo el mundo e integrante de un podio sólo reservado a Los Beatles, Rolling Stones, Led Zeppelin y Elvis Presley, entre no muchos más, trajo una buena nueva casi milagrosa.
Tal parece ser que la salida de un nuevo disco, transcurridos 20 años de la publicación de Division Bell, ha dejado de ser un rumor para convertirse en una posibilidad refrendada por la escritora Polly Samson, esposa de David Gilmour, en su cuenta de Twitter.
La especie informativa ha puesto como es lógico muy ansiosos a los fanáticos que todavía sueñan con la posible reagrupación de los sobrevivientes de la banda, lo que equivaldría a que los enormes egos de Gilmour, considerado uno de los mejores guitarristas de la historia del rock y del bajista y compositor Roger Waters, bajaran algunas rayitas de intensidad, una circunstancia por ahora impensada.
Pink Floyd, que pasará a la historia por el perfil de una obra musical que desde sus inicios tuvo vocación de clásica y que supo como ninguna reinar en la industria sin ceder un ápice en su búsqueda creativa, ha dejado joyas musicales en un género que tuvo en sus inicios el color del rock psicodélico y que evolucionó en forma orgánica hacia el rock sinfónico.
Era Roger Waters el que decía aquello de que la música debía cambiar necesariamente el curso del torrente sanguíneo para ejemplificar el poder transformador de un arte sustancial que en su juventud lo unió al hoy mítico Syd Barrett (1946-2006), el atormentado genio que le puso nombre al grupo al unir los nombres de Pink Anderson y Floyd Council, dos bluseros de Georgia.
Barrett, que murió en 2006 a los 60 años, fue la raíz y Roger Waters y Gilmour las ramas de un árbol frondoso en el que por supuesto sería mezquino e injusto descartar los aportes de Nick Mason y Richard Wright (1943-2008) a una banda que se disolvió en 1982 y que aún es fundamental para las nuevas generaciones.
THE ENDLESS RIVER
Así las cosas, The Edless River se llamará el nuevo disco de Pink Floyd y será lanzado en octubre próximo.
“Estará basado en las sesiones de 1994 de la última y muy hermosa actuación de Rick Wright”, escribió la señora Gilmour en Twitter, mientras que la corista Durga McBroom-Hudson, reveló una foto que ha formado parte de las sesiones de estudio para la realización de esta placa.
Precisamente, tanto Polly Samson como Richard Wright fueron fundamentales para el disco The Division Bell, que esta semana volvió a parecer en una edición de lujo remasterizada. El fallecido tecladista fue autor de varias de las canciones a las que la escritora puso letra, en un disco que si bien tuvo críticas dispares cuando salió en 1994 (año en que se casaron Samson y Gilmour), hoy lleva vendidas más de 12 millones de copias en todo el mundo y cuenta con un Grammy al mejor tema de rock instrumental por “Marooned”.
The Division Bell fue el último disco de estudio lanzado por la banda conformada por David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright. La edición de 20 años, remasterizada por James Guthrie contiene 6 discos, incluidos tres discos de 7 y 12 pulgadas a color, 5 impresiones de colección, un Blue Ray y un CD con una mezcla en 5.1 del álbum original.
“Los tres estuvimos en el estudio improvisando durante dos semanas. Tocar juntos y crear desde el principio fue muy interesante y emocionante a la vez. Todo el proceso de producción estuvo muy bien, se sintió muy cohesionado y trabajamos en un ambiente de colaboración”, supo decir David.
