Si te llaman “hipster”, “nerd”, o tienes cierto aire de “intelectual” es porque seguramente usas unos atractivos lentes de armazón; estos calificativos lejos de ofender a alguien como sucedía hace 50 años cuando a quien los usaba se le denominaba: “cuatro ojos”, “fondos de botella”, “el ciego”, ahora evidentemente son halagadores.
Esta percepción en la sociedad se ha ido transformando con el paso de los años, debido principalmente a los avances tecnológicos en lentes y armazones para hacerlos cada vez más funcionales y sobre todo más estéticos.
Ya sea para la vista cansada, para contrastar el astigmatismo o la miopía, o cualquier otra corrección visual, es un hecho que los lentes suman una personalidad extra a quien los usa, es por eso que decidimos repasar la importante influencia que éstos ha tenido en la sociedad, en los estereotipos, en la moda, en la cultura pop… Después de todo los lentes se han convertido en una extensión más del cuerpo.
¡Nerd!
Hasta hace algunos años era imposible imaginar a un “nerd” sin lentes de mucha graduación, cabello relamido, camisa fajada, tirantes y en algunos casos dientes salidos.
Probablemente debamos esa imagen a la película de 1984 “Revenge of the Nerds”, que retrataba a un par de jóvenes quizá poco agraciados pero muy inteligentes que son rechazados y “bulleados” por sus compañeros populares, al final como el título lo dice, obtienen su venganza triunfando en las elecciones escolares con su propia fraternidad.
Tras ellos, la cultura popular se encargo de perpetuar el prejuicio, ahí tenemos a Steve Urkel, interpretado por Jaleel White, quien estelarizó el programa Family Matters, siempre portando pantalones arriba de la cintura y lentes grandes con todo y correa para sostenerlos. También está Milhouse, el inseparable amigo de Bart Simpson, que sin sus gruesos anteojos rojos no logra ver nada.
En la vida real el interés por la estética y practicidad se vio reflejado en siglo XVIII cuando se comenzaron a crear los primeros lentes de contacto, recomendados para aquellos que querían evitar aquellos célebres anteojos de “fondo de botella”.
Actualmente hay shows que continúan retratando así a estos personajes, como Artie Abrams de Glee, quien además está en una silla de ruedas.
Sin embargo la figura del nerd, comúnmente confundida con el concepto parecido pero más cool de “geek”, ha sido reivindicada con el tiempo y mucho tienen que ver con las figuras famosas que no han temido mostrar su intelecto adornado con unos anteojos.
Un ejemplo claro es el del cineasta y actor neoyorquino Woody Allen, quien es considerado director de culto desde los años setenta y que aún se mantiene vigente.
En un ámbito diferente está Steve Jobs el fundador de Apple, creador de los gadgets más estéticos y utilizados de los últimos tiempos, quien pasó a la historia con sus gafas redondas y casi transparentes.
En el mundo del cine también comenzaron a cambiar los roles, muy al modo de “La Venganza de los Nerds” pero sin ser tan ridiculizados, en filmes como “Superbad” o “Napoleon Dynamite”.
En la música está el talentoso Erlend Øye, de origen noruego y creador de las bandas Kings of Convenience y The Whitest Boy Alive, a quien durante un concierto en 2010 en la Ciudad de México alguien del público le arrebató los lentes, provocando que el grupo dejara el escenario debido a que el cantante ya no era capaz de enfocar.
También está Jarvis Cocker, el frontman de la agrupación británica Pulp, quien al lanzarse como solista adoptó el look de “gafapasta” a la Buddy Holly.
Como lo sentenció Howard Wolowitz uno de los protagonistas del sitcom The Big Bang Theory en su primera temporada “Smart is the new sexy”.
Hay otros artistas que han hecho de los anteojos también un sello personal, como Zooey Deschanel en su personaje de Jessica Day en New Girl, o Tina Fey en la vida real, al igual que Anne Hathaway, Johnny depp, Justin Timberlake, Merryl Streep, Eva Longoria, Robert downey Jr, Jennifer Aniston, Megan Fox, Brad Pitt y una larga lista de celebridades de la lista A.
La consultora en imagen pública Érika Ruiz dijo entrevista a Sin Embargo SD: “Los lentes dan una percepción de mayor formalidad, aparte de que estéticamente reforzan algunos rasgos físicos que ayudan a mostrarse más fuerte o seguro, generan más ángulos en el rostro, lo que hace que las personas puedan percibir mayor fortaleza. Excepto las gafas redondas, las cuales se asocian automáticamente con el ícono de la música John Lennon y los años sesenta, quienes las portan generan una tendencia a percibir el ‘amor y paz’.
“En los adolescentes [su uso] sí se suele juzgar porque tenemos la imagen del niño nerd, el que utiliza gafas, pero es una simple percepción que conforme pasan los años no influye, de hecho aumenta el grado de interés de la persona”, continuó.
Por otra parte, la especialista recomienda que antes de elegir un par de gafas hay que tomar en cuenta la forma de cara y la imagen que se quiere proyectar “porque así como las personas tenemos una esencia también los anteojos la tienen”.
Si se busca un estilo serio la opción es “un armazón metálico que entre menos se perciba dará mayor elegancia y se sugiere que los lentes sean anti-reflejantes. En cuanto a la selección de color también se debe elegir uno que nos quede porque hay personas que son cálidas y otras frías en cuestión de tez y seleccionar bien ayuda a generar armonía, entonces se ven de calidad y con buena connotación de poder”, dice Ruiz.
Ray Ban , los anteojos que se resisten a pasar de moda
Cuando escuchamos mencionar la marca Ray-Ban hay dos opciones de modelos que nos vienen a la mente, ya sea el tipo “aviador” o los clásicos Wayfarer, ambos han permanecido en boga desde su creación.
Los primeros surgieron en 1926 por petición del Ejército de Estados Unidos para que precisamente sus aviadores se protegieran de los rayos del sol y evitaran deslumbrarse. Por ello se les dio un aspecto de autoridad, casi 10 años después se comenzarían a vender al público, entonces se harían comunes entre los policías, para después asociarse con las bandas de rock y los motociclistas.
En cuanto al WayFarer, esos lentes de pasta para ver y ser vistos, en su modalidad polarizada nació en 1952, cuando la compañía dejó atrás el armazón metálico para utilizar plástico grueso. Por su tamaño y composición “tosca”, los nuevos anteojos estaban destinados a un mercado masculino, hasta que inevitablemente las mujeres los convirtieron en un accesorio unisex, quizá impulsadas por la imagen que mostró al mundo Audrey Hepburn en la película de 1963 “Breakfast at Tiffany’s”.
Durante sus primeras décadas de existencia los Wayfarers se convirtieron en los lentes preferidos de los principales exponentes del cine, televisión, arte, música y hasta política, John F. Kennedy se dejaba ver con ellos al igual que su esposa Jackie y su conocida amante Marilyn Monroe. Los Beatles y Bob Dylan los usaban durante sus presentaciones; el artista Andy Warhol los convertía en uno de sus sellos mientras James Dean los hacía un icono.
Su popularidad disminuyó cuando el movimiento disco de los setenta se apoderó de la moda, exigiendo lentes redondos, grandes y en colores llamativos, lejos de lo que los clásicos Ray-Ban ofrecían, sin embargo su segundo- pero no último- regreso estaba por venir.
Cuando los setenta llegaban a su fin, una banda tributo al blues apareció en el programa estadounidense Saturday Night Live, estaba encabezada por los actores Dan Aykroyd y John Belushi, el éxito fue tal que repitieron su participación en otras ocasiones, sacaron un disco y un filme llamado “The Blues Brothers”.
Con esta cinta, los Wayfarers volvieron a estar en la mira, sin embargo sus ventas fueron muy bajas y estuvieron a punto de ser discontinuados, ante esta crisis la compañía firmó un contrato con la Unique Product Placement de Burbank, California para posicionar este modelo en las películas y programas de televisión.
Fue por ello que los clásicos anteojos aparecieron en más de 60 producciones asegurando su vuelta a la competencia, simplemente luego de que Tom Cruise los portara en la cinta de 1983 “Risky Bussines” las ventas aumentaron a 360 mil unidades, en comparación con los 18 mil vendidos dos años antes, de acuerdo con CNN.
Pero ahí no paraba, con el estreno de Miami Vice en 1984 los números se volvieron a multiplicar, y así sucesivamente hasta que entre los 40 diferentes modelos de Ray-Ban abarcaban el 33% del total del mercado de lentes de sol en EU.
Se llegaron a vender hasta un millón y medio de piezas en corto tiempo, y no sorprende debido a que no había película o show de televisión de éxito que no mostrara este par de gafas, las vimos en “The Breakfast Club”, “Ferris Bueller’s Day Off”, “Moonlighting”, además de que estrellas de la música como Madonna, Michael Jackson, Debbie Harry y Morrissey también los usaban.
Los 00’s y la llegada del hipster
Es complicado definir al “hipster”, algunos le llaman estilo de vida, otros tribu urbana, lo que es seguro es que pocos aceptan serlo y quienes lo hacen pecan de soberbia, el Urban Dictionary lo intenta al decir que es una “subcultura de hombres y mujeres entre los 20 y 30 años que valoran el pensamiento independiente, la contra-cultura, la política progresista y apreciación por el arte y rock independientes, creatividad y humor inteligente”, también dice que los puedes encontrar en barrios de ciudades cosmopolitas como Nueva York y San Francisco (¿la Roma y la Condesa en el DF?).
Su estilo se puede identificar ya sea por los pantalones ajustados, los cortes de cabello asimétricos, en general un atuendo vintage, pero un común denominador – al menos dentro del estereotipo-son los lentes de pasta, en un inicio predominaba el Wayfarer tanto con aumento como de sol, pero también pueden usar otras marcas como Cutler and Gross y L.A. Eyeworks, además de modelos hechos a su medida o restaurados.
Entonces se cae en la paradoja de las “subculturas”, sobre todo de los principios hipsters que dictan que lo mainstream está fuera de su interés, entonces ¿si todos son iguales, qué los hace diferentes?, es cuando surge de nuevo el estereotipo.
Daniel es publicista, trabaja en un blog de cultura urbana con sede en la colonia Roma del Distrito Federal, es alto, delgado, utiliza barba “de tres días” y claro, lentes de pasta, pero ante la pregunta de si se considera hipster lo niega rotundamente, “no encajo, no soy como ellos, ando en patineta, me gustan los deportes y la cerveza”, dice.
Sobre este look, la también profesora en el colegio de Imagen Pública del Distrito Federal, comenta: “Es un estilo creativo, pues desde que lo ves se menciona como tal; su imagen le da soporte a sus ideas “.
Tras la popularización, se empezaron a vender copias mucho más baratas de este tipo de lentes, las cuales se podían conseguir en supermercados o puestos callejeros, llevando esta moda a las personas que no podían costear un par de Ray-Ban originales, que en algunos casos sobrepasan los tres mil pesos.
Fue entonces que se convirtió en algo común ver por las calles a personas con gafas de pasta, pero con la diferencia de que éstas no estaban graduadas y en algunos casos no contaban con micas.
“Los anteojos sí brindan estatus a quien los porta, entre mayor calidad en su hechura es mucho mejor percibido, por ejemplo en los 90 se usaban lentes polarizados o que cambiaban de color con el sol, eso ya está pasando de moda”, acota nuestra entrevistada.
Google Glass ¿el fin del estereotipo?
Con el crecimiento de la tecnología no resulta imposible que en algunos años este tipo de anteojos se vuelva algo tan común como lo es hoy en día el uso de smartphones.
Tal vez al principio se pensará en que es un geek quien los usa, o sólo alguien con el dinero suficiente para invertirlo en este tipo de tecnología, pero en cuanto su uso se popularice ¿será posible que al encontrarse cara a cara con alguien que también los porta, la información transmitida sea tal que no dé espacio para el prejuicio?
Recientemente, un investigador de Taiwán reveló que las nueva generación de gafas se comercializará en 299 dólares, mucho menos que un teléfono celular.
En cuanto a eso, Ricardo Farías, experto en tecnología y cultura pop, dice a SD: “es muy probable que sí [se vuelva común su uso]. Depende de qué tan accesible sea, no sólo económicamente sino culturalmente. Los objetos, no sólo adquieren un valor monetario sino simbólico. En la medida que aplicaciones, gadgets o interfaces como Glass se acerquen al usuario sin prejuicios, estos serán aceptados no solo por los early adopters sino por todos los usuarios”.
“Es muy probable que un tercer paso de la realidad aumentada sea la total integración. Los escritores Bolter y Grusin llevan más de 10 años hablando de la doble lógica de la Remediación (inmediación e hipermediación). Una manera de explicar cómo funcionan los nuevos medios, tomando lo mejor de los medios ‘tradicionales’ e innovando con nuevas experiencias y perspectivas, continúa el también conocido como Waratxe.
Ante la pregunta de si con este aparato podría nacer un nuevo estereotipo o efecto contrario, que al involucrar tanta tecnología en unos anteojos se erradiquen los prejuicios, Waratxe nos dice “Glass es un ‘dispositivo de transición’, es probable que me esté adelantando mucho, pero la sensación es que la evolución de Glass, -si es que la primera generación de ellos funciona- será rápida y la tendencia será a desaparecer el medio. Al menos esa es mi teoría. Sin duda habrá quienes lo consideren parte del show off, como los cases gigantes de Mickey Mouse y Hello Kitty de los smartphones el día de hoy, o las BoomBox o grabadoras en los ochenta. Todo esto es también expresión de nuestra cultura. Pero una vez que logremos llevar la nanotecnología a estas aplicaciones es muy probable que el medio esté debajo de la piel”.
Obviamente, los lentes de Google no mejorarán tu vista, pero su realidad aumentada podría hacer posible algo más o menos como lo que la empresa Mikandi hizo recientemente, un poco a modo de parodia pero mostrando el potencial que tienen los Google Glasses.
Ellos hicieron el primer video “porno” grabado con Google Glass, pese a que la compañía de Mountain View advirtió que las aplicaciones con contenido sexual estaban prohibidas, no dijo nada sobre el material que se podría crear con él. Por ello Mikandi se unió a una organización de entretenimiento para adultos y junto a dos actores porno grabó el singular cortometraje.
Pese a las maravillas tecnológicas que implica, su diseño no está tan estilizado por lo que la compañía Sourcebits puso a trabajar a su equipo de diseñadores, ilustradores y modeladores de cuerpos 3D para hacer un pa de gafas que lucieran mejor, el resultado fue unos de pasta un tanto gruesa, parecidos a los Wayfarer.
De hacerse realidad, al final de todos modos al mirarte por la calle te dirán “¿qué pasó hipster?”, como nos dice el entrevistado, “siempre he creído que la tecnología per se, no tiene moral y prejuicios, pero las personas sí. Una vez que el paradigma de la gafa desaparezca, aparecerá uno nuevo. Los seres humanos somos animales en búsqueda constante de nuevos enemigos y paradigmas. ¿Glass hará que se diluya el prejuicio a los nerds?, no lo creo”.
