La extraña cama de Gadafi en la Universidad de Libia

09/09/2011 - 10:30 am

Un par de veces al año, Muammar Gadafi se aventuraba a salir de sus tiendas de campaña para ir al campus de la Universidad de Fateh en Trípoli y dar conferencias a los estudiantes en el Salón Verde, un auditorio de 450 asientos con un gran escenario, narra Babak Dehghanpisheh, jefe del buró de Newsweek y de The Daily Beast en Beirut.

Ninguno de los estudiantes o profesores podría haber adivinado lo que el dictador mantuvo oculto en el primer piso del mismo edificio: una sala de amor. “Lo que descubrimos es alarmante”, dijo Faisal Krekshi, de 55 años, el nuevo decano de la universidad que ahora se llama Universidad de Trípoli. “Era el lugar de Gaddafi. Sólo él y su gente tenía acceso a ella”, le contó al periodista Dehghanpisheh.

Tras una serie de puertas cerradas, hay una habitación con una cómoda cama doble, alfombras de flores y pequeñas lámparas que emite un resplandor naranja. En un cuarto de baño contiguo hay un jacuzzi con chorros de agua. Algunos profesores dicen que el dictador trajo a sus amantes a la habitación. Los demás preguntan si violó a las estudiantes allí. “Se vuelve más extraño. Un par de puertas más abajo hay una sala de examen ginecológico completo”, dice el periodista de Newsweek.

“Hay una cama de ginecólogo; ¿qué diablos está haciendo aquí?”, se pregunta también Krekshi, un doctor que ha trabajado en la universidad durante 14 años, pero que no tenía conocimiento de la instalación. “Creo que está aquí para abortos ilegales”.

En el campus también se encuentra en una prisión improvisada y una oficina utilizada por el jefe de inteligencia, Abdullah Senussi.

Durante el tiempo de Gadafi, el campus fue supervisado por los Comités Revolucionarios, que determina qué profesores y estudiantes recibían un trato preferencial en base a su lealtad al hermano-líder. Espiar e informar sobre sus compañeros animó, y la disidencia fue brutalmente aplastada. Los estudiantes involucrados en un levantamiento en 1976 fueron ahorcados en el campus.

La supervisión del personal y los estudiantes intensificaron cuando el levantamiento que derrotó al dictador se inició en febrero pasado.

Los estudiantes intentaron en algún momento tirar el Salón Verde.

Pero como está sucediendo con muchas cosas, los libios han decidido no desmantelar las instituciones sino reformarlas, darles un nuevo uso.

El salón del dictador será, desde ahora, la sede del nuevo sindicato de estudiantes, que ha cambiado el nombre de su casa de estudios por el de Universidad de Trípoli.

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