Editores Independientes: Mauricio Bares y Nitro/Press, privilegiando al autor que arriesga

09/11/2013 - 1:30 am
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Especial

Ciudad de México, 9 noviembre (SinEmbargo).- Mauricio Bares (Ciudad de México, 1963) es incansable. Su paso por las ferias del libro en el interior de la República Mexicana es la de un editor entusiasta, serio y cordial como pocos que al frente de Nitro/Press ha optado por destacar el “lado b” de los libros.

Precisamente, Lado B se llama la colección de nuevos autores traducida en una antología anual que terminó por perfilarse en 2011 con el encuentro Tiempo de Literatura ideado por Elma Correa, una activista literaria de Mexicali que también se las trae en eso de difundir las letras que se escriben más allá del mainstream y los figurones.

Con Mauricio Bares y Nitro/Press iniciamos la serie de Editores Independientes, destinada a dar cuenta de esa labor literaria llevada a cabo con ahínco y pasión, muy lejos de los focos y de los festivales importados donde la vanidad y no la literatura constituye la materia esencial.

mauricio_bares_fichaLa tarea editorial independiente como la que lleva a cabo Mauricio Bares, es un ejemplo de esos proyectos autogestivos que se erigen, además, en una digna y más que satisfactoria salida laboral. Para que los jóvenes sepan que los sueños, si uno quiere, se cumplen.

“NUNCAMENTE” MILLONARIO

–          ¿Eres editor para hacerte millonario o porque eres millonario te hiciste editor?

–          Jajaja, carezco del gen para ser millonario. Nací en una familia pobre en el centro de la capital. Gracias a mi hermano y luego a mis hermanas crecí con libros a mi alrededor. Mi primer trabajo serio, luego de lavar coches, de ser empacador en supermercados (“cerillos”, nos llamaban) y de atender un local para venta de máquinas para imprenta, fue en una pequeña editorial casi en bancarrota, desorganizada y desmadrosa. Allí el alcohol corría tanto como la tinta, pero no como las quincenas, que en realidad debían de ser “semanalidades” pero que se convertían en mensualidades cercenadas. Ahí aprendí todos los oficios de la publicación: la tipografía en las viejas composers, el formateo y el paste-up con cutters, escuadras y spray-mount, el encuadernado, y sobre todo la elaboración de negativos, que era muy importante porque estaba entre lo más costoso de todo el proceso. Cuando vi que esa editorial vendía los “retazos” de película a un precio ridículo, propuse pagar lo mismo por ellos y empezar mi propia editorial. Siempre he tenido claro que si eres inteligente, puedes hacer mucho con poco. Era 1986, tenía 23 años. Publiqué algunos títulos y me fue bien. Logré ahorrar algo para largarme a Europa y que gente como Luis González de Alba y Carlos Monsiváis hablaran bien de mí. Curiosamente, nunca aprendí a imprimir.

–          ¿Cómo presentarías a tu editorial?

–          Como una editorial interesada en las letras antes que en los números, donde la edición es un arte más que un proceso de producción. Nos interesa funcionar como empresa sólo si no olvidamos el carácter cultural de una editorial, el contacto que debemos guardar con nuestra sociedad, en concreto con los autores y los lectores, hacer que se encuentren. Esto porque nos parece el modo en que podemos divertirnos más. Trabajar es muy enfadoso, así que lo mejor es hacer lo que te brinda más satisfacciones.

–          ¿Qué propósitos persigue?

–          Ofrecer a los lectores un sello bajo el cual hay un catálogo con títulos que asumen un riesgo, una personalidad y algo de elegancia.

–          ¿Qué títulos recomiendas y por qué?

–          Ahora tenemos dos libros de entrevistas, uno a Bukowski (que al momento sólo existe en inglés y en nuestra versión) y otro a 20 escritores mexicanos. Hay dos libros conmemorativos a Rafa Saavedra y a Eusebio Ruvalcaba. El proyecto central de Nitro/Press es ofrecer páginas a escritores jóvenes, por lo que Lados B, una antología anual que terminó por perfilarse en 2011 con el encuentro Tiempo de Literatura ideado por Elma Correa, es lo que más nos entusiasma. Para 2014 tendremos unos 80 autores publicados, así como algunos libros individuales que han salido de esa iniciativa, como Nenitas, de Sylvia Aguilar Zéleny; Matar, de Carlos Sánchez; Mujeres que matan, de Sylvia Arvizu (autora en el reclusorio femenil de Hermosillo) y Malcriadas miniatura, de Tania Plata. Les tengo un cariño especial porque después de algunos años de salir a buscar autores y títulos, a veces en condiciones desfavorables, los encontré. Ahora son una realidad.

–          ¿Cuáles son los planes de la empresa?

–          La idea es hacer que coincidan el placer y el trabajo. Nitro/Press es un proyecto de vida. Y estamos seguros de que dará para mucho, porque hay un número de autores que nos hace creer que esto apenas empieza. Con lo ya hecho, hemos enviado pequeñas remesas a ferias internacionales como el Salón del Libro y la Prensa en Ginebra, y otras, y hemos vendido casi todo.

–          ¿Cuáles los logros?

–          Establecernos como un sello que privilegia al autor que arriesga. El servir de puente entre ese tipo de autores y sus lectores. Tenemos muy claro que en el mundo de los libros, los logros no se miden en monedas. Quien quiera hacerse rico, debe buscar otro negocio o publicar cosas que a nosotros no nos interesan. Pero en nuestro catálogo suenan nombres como la francesa Orlan, Bukowski, Eusebio Ruvalcaba y dos centenares de escritores y artistas plásticos mexicanos, algo que para mí no suena nada mal.

–          ¿Aconsejarías a alguien hacerse editor?

–          Sí. De hecho no hace falta aconsejarlo. El auge de editoriales independientes remarca cierto fracaso de las editoriales establecidas. Lo recomiendo a quienes puedan con el paquete, ya sea por un tiempo o permanentemente. Urgen editores. Tres proyectos independientes que a mí me gustan mucho, citados en el orden en que los conocí son Los bastardos de la uva, Cirrosis y Pez Banana. Pero hay muchos más, algunos que funcionan por un momento, o que mudan de papel a Internet, que también son buenos y a los que estoy muy agradecido.

–          ¿Cuál ha sido el espejo en que te has mirado antes de convertirte en editor?

–          Pues a riesgo de ser malinterpretado, la editorial está basada en todo aquello que, como autor, creo que merece un escritor. Alguna vez fui un joven apasionado que recorría de memoria los pasillos de las librerías de la ciudad buscando novedades en Alianza Editorial, Anagrama, etc., que hoy son parte de no sé qué consorcios. Recuerdo con un cariño muy especial todo lo que hizo Premiá Editora, creo que en Puebla. Nos trajo a los malditos, a Vallejo, a Huidobro, en unos libros alargados, de portadas adorables usando sólo líneas rojas y negras sobre blanco. Aprendes mucho de los grandes.

–          ¿Deberían las editoriales independientes ser subsidias por el Estado o manejarse estrictamente con capitales privados?

–          Desde mi punto de vista, la independencia de una editorial no radica en el origen de los fondos, sean públicos, privados o propios,  sino en la libertad de criterios. En México prácticamente no existen capitales privados con un interés por arriesgar en nada que sus departamentos de marketing no autoricen. En lo personal, tampoco me interesa arrimarme a una editorial con mayor presupuesto porque mi independencia se supedita entonces a la programación de sus dineros y sus intereses. Mientras exista un autor, tiene lectores. Tú tienes que ser el puente.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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