El tenor español regresa al Auditorio Nacional para ofrecer mañana un concierto tras la operación de vesícula que impidió que se presentara el 31 de octubre, como estaba previsto
Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).- Mañana es el gran día. Plácido Domingo se reencuentra con el público mexicano tras la operación que impidió que se presentara el 31 de octubre pasado, como estaba previsto.
A los 74 años de edad ni siquiera sus recientes problemas de salud han hecho que el famoso tenor español contemplara la posibilidad del retiro. “Eso es algo en lo que un artista no piensa”, afirmó en una videoconferencia con la prensa local, en la que por otro lado aseguró sentirse en buena forma.
En el Auditorio Nacional, Domingo celebrará 55 años de haber debutado en el también llamado “Coloso de Reforma”, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Minería – que tendrá como director invitado al maestro y pianista estadounidense Eugene Kohn- y la soprano mexicana María Katzavara.
En julio pasado el tenor festejó 40 años de su debut escénico en Salzburgo, Alemania, testimonio de una larga y exitosa carrera en la que además de cantante ha fungido como director de orquesta, productor, compositor y promotor de las artes.
Plácido Domingo ha interpretado más personajes líricos que cualquier otro tenor en la historia de la música –con 130 en su haber- y la amplitud de su repertorio incluye toda la gama operística, de Mozart a Verdi, de Berlioz a Puccini y de Wagner a Ginastera.
En 1999 superó el récord de Enrique Caruso, convirtiéndose en el cantante que ha inaugurado más temporadas del Metropolitan Opera House de Nueva York (17 veces).
Su discografía también supera los 100 álbumes y ha grabado más de 50 videos y filmado tres películas, dos de Franco Zeffirelli (La Traviata y Otelo) y una de Francesco Rosi (Carmen)
Ha cantado en los escenarios más importantes, desde el Metropolitan Opera House hasta la Royal Opera House de Londres. Además ha dirigido célebres orquestas como la Filarmónica de Berlín y la Sinfónica de Londres.
“Estoy retomando mi actividad a pleno, con gran entusiasmo”, dice el famoso tenor desde Nueva York, al tiempo que muestra su orgullo porque en el concierto del Auditorio también participará su hijo Plácido Domingo Junior, quien “cantará algunas canciones”, dijo.
“No hay nada que le dé a uno mayor satisfacción que el hecho de que un hijo suyo tenga las facultades artísticas para cantar y componer. Ha compuesto mucho, pero empezó a cantar hace cuatro años y hoy tiene muchos conciertos alrededor del mundo, algo que me llena de orgullo. Tiene un timbre de voz bonito y expresivo, te embruja un poco con las consonantes y llega al alma”, dijo el cantante.
A propósito de la intervención de urgencia por una inflamación de vesícula a la que fue sometido el pasado 15 de octubre, reconoció el tenor “haberme asustado un poco, pero luego todo transcurrió satisfactoriamente”.
Domingo, uno de los pocos tenores que ha logrado la longevidad en el escenario, está convencido de que la pasión y el entusiasmo son los factores que le han permitido estar en forma para asumir sus múltiples compromisos internacionales.
“No vamos a hablar de los años, porque siempre hay que pensar que cuando eres joven, eres joven; pero cuando ya ha pasado el tiempo y estás madurito, lo que posees es juventud acumulada. Tengo la energía para hacer feliz al público, lo cual es un gran privilegio: hacer olvidar las penas a la gente que te va a escuchar”, afirmó.
“Siempre cuando hago un concierto de este tipo, donde no interpreto una ópera completa, me gusta cumplirle algunos gustos al público. Así, hago trozos de romanzas, ópera, zarzuela, comedia musical, opereta y canciones. Busco una diversidad en el programa”, agregó.
UN NIÑO DE PANTALÓN CORTO APODADO “GRANADO”
“No puedo creer que un niño de pantalón corto al que llamaban ‘Granado’ (porque cantaba “Granada”) esté por celebrar 55 años de su debut en el Auditorio. Tengo recuerdos entrañables de mis inicios y de toda mi vida dedicada por completo a la música. Mi trabajo es mi hobbie, hay trabajos que son tremendamente duros y aunque el mío no es liviano ofrece una recompensa enorme”, manifestó.
En su encuentro con la prensa mexicana, Plácido Domingo admitió que ser hijo de cantantes de zarzuela le inoculó en los genes el arte del canto, la más apasionada de sus actividades diversas en la música y con la que completó ya 3800 funciones.
“Como director de orquesta, apenas voy en 600”, destacó el actual director de la Ópera de los Ángeles, quien no deja de alabar la gran producción de cantantes prodigiosos que ha dado nuestro país, entre ellos Rolando Villazón, María Katzavara, Ramón Vargas y el joven Javier Camarena “que canta como los ángeles”, remarcó.
A propósito del destino de la ópera en nuestros tiempos, Plácido se congratuló de que “haya más teatros que nunca y una enormidad de cantantes que establecen una competencia muy dura. Esto va para adelante, hay un amor muy grande por el género” y eso lo revela “el público joven que aumenta sin cesar”, dijo.
Para el famoso tenor español, la ópera no morirá nunca, gracias a “la enorme belleza” que posee y a pesar de que está consciente de “que tendré que parar un día, jamás pienso en el retiro”, confesó.
“Mientras tenga voz, seguiré cantando. Mientras el público me aplauda y venga a oírme cantar, seguiré”, prometió el artista muy ligado a México, donde hace 30 años, en el Terremoto del 85, perdió a dos de sus familiares.
“Ojalá eso nunca hubiera ocurrido”, dijo al destacar que sus labores benéficas para ayudar en el rescate de víctimas y participar en conciertos con fines de recaudar fondos para los damnificados, le proporcionaron el cariño inmenso que le tiene el pueblo mexicano.
“Donde quiera que voy los mexicanos me hacen sentir su amor”, manifestó el tenor para el que el éxito es una moneda oscilatoria “que hoy tienes y mañana no. Nada es eterno, no se justifica la petulancia, no tiene sentido sentirte inmortal. Las cosas están hoy y quién sabe si estarán mañana”, precisó.
“Debo ser agradecido con mis padres primero, porque me dieron la vida normal y la vida artística. Y al público después, porque sin el público no somos nada, el público elige a sus predilectos, a los artistas que quieren seguir y escuchar. El público es el que te da el nombre y los artistas somos personas normales. Cada ser humano tiene algo grande dentro suyo, por eso más importante que la vanidad es la gratitud”, dijo Plácido.
De México, su segundo país, admitió que “ha recibido golpes tremendos” en los últimos tiempos, “pero siempre se levanta con optimismo”.
“Espero que el pueblo de México tenga una recompensa por todo lo que ha sufrido entre desastres naturales y la violencia que ojalá se pudiera erradicar. Ojalá pudiéramos vivir todos en paz”, anheló.
De las carreras volátiles de algunos cantantes de ópera advirtió que se debe a la prisa con la que se suele encarar la profesión, sobre todo por parte de algunos maestros de canto y directores de teatro que cuando ven surgir a alguien con condiciones “piensan en ellos mismos y no en el artista”.
“Hay que proteger y cuidar al joven cantante de ópera, para que siga el camino correcto y no tenga un fin trágico antes de tiempo”, dijo el tenor, quien por otro lado se sintió responsable de “haber llevado la ópera a las masas”, cantando en lugares públicos como el Central Park de Nueva York y la Torre Eiffel en París, entre otros.
