Desde hace unos años, Monterrey ha comenzado a registrar el éxodo forzoso de muchos de sus habitantes, quienes buscan escapar de la violencia.
De acuerdo con La Jornada, la capital de Nuevo León no es un caso único. Decenas de miles de personas de varias entidades del norte dirigen sus pasos hacia otros lugares más tranquilos para vivir.
El destino de muchos es, irónicamente, el Distrito Federal, punto que ahora se percibe como el más seguro.
Aunque no hay datos oficiales al respecto, el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en inglés) advirtió que, debido a la guerra contra el crimen organizado, unas 230 mil personas en México se habían visto obligadas a salir de sus lugares de origen.