Ciudad de México, 10 julio (SinEmbargo).- No es Monica Bellucci. Ni Jennifer López. Ni Maria Grazia Cucinotta. Ni Salma Hayek. Es todas ellas juntas y ni siquiera todas ellas juntas pueden expresar la grandeza cinematográfica de la italiana Sophia Loren, quien a los 78 años vuelve al cine en La voce umana, dirigida por su hijo Edoardo Ponti.
Edoardo, hijo menor del productor Carlo Ponti y de “La Loren”, siente haber nacido para hacer películas y no tiene deudas de afecto con su célebre progenitora.
“Siempre nos hizo sentir que ser madre era su deseo más profundo. Nunca nos hizo sentir a mi hermano o a mí que éramos lo que venía después de su carrera. Cuando estábamos con ella, no había glamour, era nuestra madre”, dijo Edoardo en 2010.
“Toma su trabajo muy en serio, pero sabe que la fama es una mierda”, dijo el joven cineasta nacido en Ginebra en 1973 y actualmente casado con la actriz estadounidense Sasha Alexander, con la que tuvo dos hijos.
Es precisamente esa distancia del glamour y de la fama que convirtió a Loren en una septuagenaria interesante y vital, no en una diva patética atada al pasado y a la juventud que nunca volverá.
Por el contrario, en todas sus apariciones públicas da la imagen de una inteligencia relajada, de una dama madura muy contenta en su envase, sin que sea el éxito lo que la valide en forma esencial.
En ese sentido, Loren tiene mucho que enseñar a las mujeres. No es perfecta, porque nadie lo es, pero su larga vida en el set, sin haber renunciado a una existencia real, le permite gozar de una admiración sincera por parte de sus congéneres.
Luego de cuatro años de ausencia, retorna a la pantalla grande y es su propio hijo quien ha manifestado en las primeras notas periodísticas acerca de La voce umana, la importancia de Sophia en la industria.
“Es una actriz fuera de lo común, con la apertura de mente de una niña. No ha perdido el deseo de trabajar, pasar por alto el cinismo y siempre está lista para hacer frente a una película como si fuera la primera”, dijo Edoardo.
La voce humana, basada en el monólogo del dramaturgo francés Jean Cocteau, será filmada en Roma, Nápoles y Ostia.
La actriz ya había trabajado con su hijo Edoardo Ponti, en la ópera prima Cuori estrani, de 2002. La última vez que vimos a Sofia Loren en la gran pantalla fue en 2009 en Nine, junto a Daniel Day-Lewis.
UNA VIDA DIFÍCIL
De orígenes humildes, con un padre que la abandonó cuando apenas era una niña, nació como Sofia Villani Scicolone el 20 de septiembre de 1934, en Roma. A los 14 años, un concurso de belleza cambió su vida. Quedó como finalista y allí conoció al productor italiano Carlo Ponti, quien se convirtió primero en su mentor, luego en su amante y después en su marido y padre de sus hijos.
L’oro di Napoli y La donna del fiume, a mediados de los ’50 fueron apariciones estelares e históricas de la Loren, quien llegó esplendorosa a la violenta película de guerra La Ciociara, dirigida por Vittorio De Sica, y que le valió el Oscar como mejor actriz en 1961.
Con más de 50 películas en su haber, ha ganado un Globo de Oro, un Bafta, un César y un Oscar honoríficos. En los últimos 20 años se ha dedicado a escribir libros de cocina y a diseñar y promover lentes, joyas y perfumes. También a dar entrevistas donde hace gala de su conocida agudeza. Es La Loren. Única. Irrepetible.
