Una aspirina no reduce el riesgo de infarto, pero puede ayudar a predecirlo, afirman científicos

10/07/2013 - 12:30 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).- Investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, resolvieron algunos de los misterios relacionados con el uso de la aspirina como protector del corazón. Los científicos desarrollaron un análisis de sangre que identifica quién puede responder a la terapia; además sirve para predecir cuáles pacientes están en riesgo de ataque cardiaco.

Los científicos de la Facultad de Medicina de la universidad ubicada en Durham, Carolina del Norte, realizaron un análisis de sangre basado en la actividad de los genes, con la que demostraron que es posible identificar con exactitud qué pacientes responderán positivamente a la terapia y quienes están en riesgo de ataque cardiaco, publicó Journal of American College of Cardiology.

El mito que indica que una aspirina puede disminuir el riesgo de infarto ha sido, desde hace décadas, uno de los grandes “mitos científicos”. Sin embargo, no por esto quiere decir que no pueda ser un valioso auxiliar, como lo descubrió el grupo de expertos.

“La firma de respuesta a la aspirina puede determinar quién está en riesgo de ataque cardiaco y muerte”, dijo Deepak Voora, autor principal del estudio.

Comercializado bajo el nombre de aspirina por Bayer, la cualidad de antiagregante plaquetario del ácido acetilsalicílico le ha garantizado a este producto ser conocido como el fármaco perfecto para evitar el taponamiento de los vasos sanguíneos.

Sin embargo, aunque en mayor medida lo anterior sea verdad, no quiere decir que en todos los casos funcione.

Esta peculiaridad quedó demostrada en el trabajo realizado por el equipo de Voora, en donde se observó que el riesgo de infarto depende de cada persona, y que por tanto, los tratamientos preventivos deberían ser diferentes.

Foto: Wikimedia Commons
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No obstante, el ácido acetilsalicílico tiene un papel fundamental en la investigación llevada a cabo por los expertos universitarios, quienes realizaron un test genético a partir de la sangre de los pacientes, para evaluar el riesgo de infarto en ellos.

A los participantes en el estudio se les administró una dosis de 325 mg de aspirina, tras lo cual se evaluaron los cambios que se daban en la expresión de ácido ribonucleico (ARN) y en el perfil plaquetario.

El método se basa en predecir no sólo la efectividad del popular fármaco como tratamiento preventivo, sino que también consiguieron un biomarcador importante para evaluar el riesgo de infarto en estos pacientes.

En este caso, la respuesta al tratamiento con aspirina variaba dependiendo del grupo de individuos y su riesgo de infarto, y era un potente indicador de futuros problemas cardíacos.

“Existe algo en la biología de las plaquetas que determina cómo respondemos a los tratamientos con aspirinas y a nuestro propio riesgo de infarto”, dijo Voora, enfatizando que la utilización de este tipo de métodos de diagnóstico sería de gran ayuda para prevenir problemas cardíacos y a tener una mayor calidad de vida.

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