México

Y en Veracruz, sin ayuda oficial, la Brigada halla a flor de tierra más fosas y huesos carbonizados

10/08/2016 - 10:02 am

Bastaron 20 centímetros de excavación del colectivo Familias de Desaparecidos Córdoba para dar con el sembradío de huesos calcinados en un predio de la comunidad de Moyoapan, en el municipio de Ixtaczoquitlán, Veracruz. Cuatro ciudades veracruzanas evidenciadas como zonas de aniquilación; un logro más de las agrupaciones sociales sobre el gobierno de Javier Duarte de Ochoa. “Ya venimos e hicimos el trabajo que les corresponde, ahora que agilicen el proceso y nos hagan saber si entre los finados está alguno de nuestros familiares”, afirmó Aracely Salcedo, líder de esa brigada. Además, en la zona centro el colectivo Solecito halló 50 fragmentos carbonizados. Con los dos descubrimientos de ayer suman 15 fosas clandestinas, a partir de que la Primera Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos se puso en marcha en Veracruz.

Por Miguel Ángel León Carmona

Ciudad de México, 10 de agosto (SinEmbargo/BlogExpediente).– Un campamento de exterminio en Ixtaczoquitlán, dos fosas clandestinas en el puerto de Veracruz; dos hallazgos en el mismo día y en el mismo estado a cargo de asociaciones civiles con la inquietante necesidad de recuperar a sus familiares desaparecidos.

Se tratan del cuarto y quinto descubrimiento en un periodo de cinco semanas de búsqueda. Catorce cavidades removidas, miles de fragmentos óseos desenterrados y cuatro ciudades veracruzanas evidenciadas como zonas de aniquilación; un logro más de las agrupaciones sociales sobre el gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Por una parte, la Fiscalía General del Estado de Veracruz no ha terminado siquiera de embalar los 10 mil restos hallados en la congregación de San Rafael Calería, Córdoba, desde el 15 de abril del año corriente, de acuerdo con el oficio FGE/FRJZCCOR/3562/2016.

En tanto a los temas de seguridad, Ana Lilia Jiménez, integrante del colectivo Familias de Desaparecidos Córdoba – Orizaba, asegura que salieron tras la pista de panteones clandestinos, aún con la respuesta de la FGE, asegurando que el resguardo resulta imposible ya que la mayoría de su personal adscrito está de vacaciones.

Así quedará registrado en la historia jarocha el 9 de agosto de 2016: el día en que madres, padres, esposas, hijos, desafiaron terrenos escabrosos; supliendo con labor empírica cargos y jerarquías de presupuestos millonarios asignados.

“LA AUTORIDAD, TAMBIÉN TEMEROSA DE BUSCAR”

 

El punto fue señalado como un campamento de exterminio. Doce mujeres bragadas acudieron al lugar ubicado al final de una vereda con muros de cañaverales. La fogata, las esposas de seguridad, el arenal removido… bastaron 20 centímetros de excavación para dar con el sembradío de huesos calcinados.

Fue el hallazgo del colectivo Familias de Desaparecidos Córdoba – Orizaba en un predio de la comunidad de Moyoapan, en el municipio de Ixtaczoquitlán, Veracruz; propiedad vinculada, según anónimos, a un exalcalde priista, (información reservada por seguridad).

Tras acordonar los terrenos, las buscadoras acudieron a la Fiscalía Regional en la Ciudad de Córdoba para entrevistarse con el titular, Alejandro Dávila Vera, y poner a disposición de las autoridades los terrenos marcados como “positivos”.

Todo marchaba en orden. Dávila Vera giró instrucciones a la Fiscal de Unidad Especializada Contra el Secuestro (UESC), Laura Vázquez Alducín, para que elementos ministeriales acudieran al punto. Sin embargo, todo se vendría abajo cuando Aracely Salcedo, líder de la asociación civil, enunció el nombre del presunto dueño del predio.

“El señor se echó para atrás, dijo que no podría ir porque no era su investigación. Nos mandó a la Unidad de Procuración de Justicia de Orizaba, a cargo de la licenciada Clarisa Tapia o en su defecto a la filial de Ixtaczoquitlán para denunciar los hechos y se abra una averiguación previa”.

En días anteriores, el colectivo de desaparecidos de la zona centro aseguró en entrevista para Blog Expediente que comenzaría a realizar búsquedas independientes, luego de haber participado en la Primera Brigada Nacional de búsqueda de Desaparecidos. Sus conocimientos adquiridos les rindieron frutos en menos de 30 minutos.

Las mujeres se abrieron paso entre la maleza hasta llegar al sitio. “Nos dio mucho miedo porque todavía estaba encendida una fogata. Se supone que nadie debería acampar, pero ya estábamos ahí y reventamos el punto. Gracias a Dios nos dio positivo”, comenta Ana Lilia Jiménez, integrante de la asociación civil.

De acuerdo con Aracely Salcedo, los fragmentes calcinados se encontraron a escasos centímetros de profundidad. Por consenso, decidieron detener la excavación y solicitar a la Fiscalía General del Estado termine la diligencia.

“Ya venimos e hicimos el trabajo que les corresponde, ahora que agilicen el proceso y nos hagan saber si entre los finados está alguno de nuestros familiares”, afirmó Salcedo Jiménez al final de la jornada.

Al hallazgo en la zona centro se sumó el descubrimiento en el puerto de Veracruz por el colectivo Solecito. De acuerdo con la doctora Rosalía Castro, integrante de la ONG, se estiman 50 fragmentos carbonizados, distribuidos en dos fosas, mismos que fueron entregados al personal de la División Científica de la Policía Federal.

Ambos colectivos del estado seguirán con las caminatas pues, aseguran, las denuncias anónimas siguen llegando hasta sus manos.

“Parece que el tema de encontrar a nuestros familiares está conmoviendo a la sociedad, pues nos sentimos respaldados, más mucho más que por nuestras autoridades”, comentó Ana Lilia Jiménez.

EL GOLPE DE LA BRIGADA NACIONAL AL DUARTISMO

 

Con los dos descubrimientos de ayer suman 15 fosas clandestinas, a partir de que la Primera Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos se pusiera en marcha en Veracruz; víctimas indirectas de otros estados de la república, que de manera solidaria compartieron su experiencia, para ponerla en práctica en suelos jarochos.

A continuación se presenta un resumen de los logros obtenidos por las agrupaciones civiles:

El primer hallazgo se registró el viernes 15 de abril en la congregación de San Rafael Calería, Córdoba, Veracruz, en un terreno empleado para la producción de caña. Allí fueron removidas 11 cavidades clandestinas, en un radio de 30 metros.

El resultado, de acuerdo con el inventario mortal de la FGE, asentado en el oficio, FGE/FRJZCCOR/3562/2016, fueron 10 mil fragmentos; que serán embalados y enviados a la División Científica de la Policía Federal para confrontar perfiles genéticos.

La segunda ubicación se dio el 20 de abril de 2016, cuando el hartazgo de un anónimo llevó a los brigadistas hasta un lugar marcado con la letra Zeta y con la muerte multiplicada. “Escarben este pozo, aquí los malandros masacraron harta gente y después les echaron piedras encima”, señaló el hombre y luego se echó a correr como animal silvestre.

El punto se encuentra en la Hacienda Los Paredones, en la comunidad de El Porvenir, perteneciente también a Córdoba, un radio de 40 metros, a cinco minutos de las 11 fosas de San Rafael Calería, como ahora los lugareños ubican a la congregación.

Los familiares escarbaron solamente dos metros y desenterraron 300 fracciones de vértebras y costillas cercenadas, paredes de cráneos sucios de lodo, un pedazo de fémur y otro de cadera, ambos rebasan los 18 centímetros de longitud. Todos los fragmentos, violentados por llamaradas que ardieron en terrenos de cafetales.

De acuerdo también con Luis Ángel Bravo Contreras, el predio de El Porvenir, pese a que fue el primero en haberle sido entregado por los brigadistas, a cuatro meses la FGE no ha terminado ni siquiera de embalar los fragmentos pues, asegura, es el predio de mayor extensión y número de indicios.

El 9 de agosto de 2016, en la jurisdicción de Colonias de Santa Fe, familiares del colectivo Solecito Veracruz entregaron a las autoridades federales dos cavidades con al menos 50 fragmentos óseos incinerados. El predio seguirá siendo explorado en presencia de la agrupación civil.

El mismo 9 de agosto de 2016, en el centro del estado, en la comunidad de Moyoapan, el colectivo Familias de Desaparecidos Córdoba – Orizaba, dio con un punto señalado como campamento de exterminio, en el sitio encontraron también restos óseos carbonizados.

Son los logros que padres, madres, hijos, esposas han conseguido alentados por recuperar a sus familiares, aún sea sin vida, aseguran.

“Habrá que esperar cuánto tardarán en darnos resultados, pues es un hecho que no se dan abastos con tantos restos humanos”, sentenció Juan Carlos Trujillo desde el mes de abril del presente año.

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