El presidente de Irán, Hasá Rohaní, consideró hoy “una gran pérdida que causa un profundo dolor” la muerte del militar, el oficial de más alto rango iraní que ha perdido la vida en Siria desde que estalló el conflicto civil en ese país, cuyo Gobierno tiene en Teherán a su mayor aliado en la región.

Según Rohaní, Hamdani fue uno de los militares que más ayudó en el desarrollo de la Guardia Revolucionaria durante la guerra con Irak (1980-1988).

Hamdani murió el pasado miércoles en las proximidades de la ciudad de Alepo, la mayor urbe del norte de Siria, en un ataque del Estado Islámico que también causó la muerte a varios de sus acompañantes mientras supervisaba las operaciones de las fuerzas partidarias del régimen de Al Asad para romper el cerco del EI a la base aérea de Kueires.

El mes pasado, las fuerzas armadas sirias iniciaron una ofensiva para recuperar el control total del aeropuerto y sus alrededores.

Según informaron tanto medios sirios como iraníes, el general “lideraba funciones de asesoría en Alepo en la lucha contra los terroristas”.

También el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, calificó la muerte del militar como “una gran pérdida” y envió un mensaje a la comunidad internacional para que “den prioridad a la urgencia de combatir el terrorismo”, según informó la agencia oficial iraní Irna.

El comandante de la Guardia Revolucionaria, Alí Jafari, alabó por su parte al fallecido por su lucha “en la resistencia contra EEUU y el régimen de Israel”, cuyos “mercenarios” fueron los responsables de su muerte.

Otros militares, como el ministro de Defensa, Hoseín Dehgan, consideraron en sus mensajes de condolencia que la muerte de Hamdaní incrementará la determinación “para resistir y erradicar el terrorismo”.

Desde el inicio del conflicto en Siria, Irán ha mostrado su apoyo inquebrantable a Al Asad y ha enviado asesores castrenses y milicianos a Siria, que luchan junto al Ejército nacional, si bien ha descartado en todo momento tener tropas en el terreno.

La defensa de los lugares sagrados del chiísmo en Siria, como la mezquita de Sayida Zeinab, nieta del profeta Mahoma, en Damasco es el principal pretexto que argumentan Irán, el grupo chií libanés Hizbulá y algunas milicias iraquíes del mismo credo para enviar combatientes al territorio sirio.

Más de 240.000 personas han perdido la vida en Siria desde el comienzo de la contienda, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.