Langostas y cáscaras de naranja, la siguiente gran alternativa para fabricar plásticos sin usar petróleo

10/11/2013 - 12:00 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo).- Sillones hechos de residuos de langostas, instrumentos musicales de cáscaras de naranja y una larga lista de posibilidades más. La sola mención pareciera ser una invitación a la fantasía o a un panorama de ciencia ficción, sin embargo, el empleo de plásticos no provenientes del petróleo puede convertirse en la siguiente gran alternativa para la fabricación de objetos en el futuro.

Éste es el caso de los muebles que se presentan en el departamento de Ciencias Materiales de Bayer, los cuales son el resultado de la investigación de materiales biológicos que, algún día no muy lejano, deben reemplazar la producción de plásticos contaminantes que actualmente están ahogando los mares y los ríos del mundo.

Así, en la gran variedad que se muestra de sofás, colchones y cojines con la apariencia de los productos convencionales fabricados con espumas hechas en base al petróleo, se esconde un secreto detrás de la espuma usada en estos objetos también conocidos como biomuebles: dióxido de carbono (C02) obtenido de emisiones de plantas de energía producida con carbón mineral.

“El Dióxido de carbono es muy interesante para los químicos debido a que se trata del mismo elemento contenido en el petróleo. La pregunta es si de los residuos del CO2 se puede sacar algo útil y positivo, como materia prima para plásticos, por ejemplo”, dijo Manfred Rink, director de Ciencias Materiales de Bayer.

En el caso del laboratorio alemán, el reto fue penetrar las estructuras de CO2 sin tener que consumir mucha energía. Algo que los científicos consiguieron con la ayuda de proteínas producidas en cultivos de bacterias. Estas, por su parte, ejercen la función de catalizadores biológicos. Una técnica con la que pronto se producirán en serie materiales de espuma para el mercado mundial, publicó el servicio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.

“El cometido es proveer los mercados de una cantidad importante de materias primarias provenientes del dióxido de carbono”, agregó Rink.

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No obstante, otras alternativas, además de los residuos del dióxido de carbono, son investigadas a partir de otras sustancias que pueden encontrarse en ciertos animales y vegetales. Así, Tobias Gärtner, del Instituto Fraunhofer para Superficies y Procesos Biológicos, de Straubing, en Baviera, también utiliza residuos para la producción de plásticos.

La lignina es una sustancia resultante de la transformación de madera en celulosa, la cual es empleada por el equipo de expertos. “Nosotros estudiamos técnicas para desdoblar la lignina en partes pequeñas con una combinación de métodos biotecnológicos y catálisis técnica. Esto, para producir nuevos monómeros, de los cuáles se pueden hacer polímeros”, dijo Gärtner.

Por su parte, los polímeros son largas cadenas de hidrocarburos que funcionan como base de los plásticos, mientras que las estructuras básicas de éstos se pueden reproducir con cáscaras de naranja o pinos, llamados terpenos.

“Estas moléculas son presintetizadas por la misma naturaleza; tienen una estructura definida y es posible extraerlas. Son miles las toneladas que en Europa se producen, cada año”, agrega Gärtner.

Sin embargo, no sólo los vegetales son la fuente de esta sustancia. Anualmente, la industria alimentaria de masas también produce restos de pescado por toneladas, sobre todo de langostas. De esta manera, con la quitina encontrada en estos animales, los científicos se encuentran también produciendo plásticos. Otra alternativa a productos no degradables que contaminan el medio ambiente.

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