Científicos usan tecnología para contar ballenas grises en México

11/03/2015 - 12:00 am
Durante la temporada invernal llegan las ballenas,  por lo que en esta ocasión los investigadores combinaron cámaras infrarrojas con un software que automáticamente detecta y cuenta a los ejemplares de ballena gris que llegan a México. Foto: NOAA.
Durante la temporada invernal llegan las ballenas, por lo que en esta ocasión los investigadores combinaron cámaras infrarrojas con un software que automáticamente detecta y cuenta a los ejemplares de ballena gris que llegan a México. Foto: NOAA.

Ciudad de México, 11 de marzo (SinEmbargo).–Cada año las ballenas grises migran del Ártico a las aguas de Baja California en México. Año con año, los investigadores usan binoculares para contar a cada uno de los ejemplares que atraviesan un punto de la costa de California, casi al sur de la Bahía Monterey, en Estados Unidos.

Los investigadores realizan este sondeo para mantener registro del estado de poblaciones, pero este año cambiaron la dinámica de observación. Se trata de tres cámaras térmicas que se usan automáticamente para detectar las ballenas migratorias basadas en las diferencias de temperaturas entre las ballenas y su ambiente.

“Una ballena es un gran motor que toma aire y lo retiene por un periodo largo de tiempo, cuando exhala, el aire es mucho más cálido que el exterior, así que podemos detectar esa diferencia muy fácilmente durante el noche y el día”, explica Wayne Perryman, un científico de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA, por sus siglas en inglés).

NUEVA TECNOLOGÍA

Un sistema de tres cámaras térmicas usadas automáticamente para detectar a las ballenas migratorias basadas en la diferencia de temperaturas entre el ambiente que las rodea y su respiración. Foto: NOAA.
Un sistema de tres cámaras térmicas usadas automáticamente para detectar a las ballenas migratorias basadas en la diferencia de temperaturas entre el ambiente que las rodea y su respiración. Foto: NOAA.

Las cámaras por sí solas no representan nada nuevo, ya que son parecidas a las cámaras infrarrojas que utiliza la policía cuando busca a sujetos desde un helicóptero. Lo que es nuevo, es el software que analiza automáticamente el video que detecta cuando la ballena exhala.

En ocasiones la detección de las cámaras puede confundir el respiro de la ballena con un ave sobrevolando el mar o un pequeño bote que pasa cerca. “El más grande reto, fue conseguir que el detector fuera lo más preciso posible sin tener que ‘engañarlo’ con alarmas falsas”, dijo Dave Weller, el investigador del NOAA que lidera la inspección.

Además, cada que la computadora registra una exhalación, también predice donde y cuándo esa misma ballena saldrá a la superficie para hacerlo de nuevo. Se trata de un algoritmo de predicción, basado en años de investigación de la ballena y su comportamiento para sumergirse y que además rastrea a los ejemplares individuales.

“Si no tienes una manera de registrar quién es quién, se podría duplicar el número o perderlas de vista a todas”, dijo Weller.

Anteriormente, estas inspecciones se llevaban a cabo con dos científicos ubicados en dos puntos con binoculares altamente poderosos y una grabadora. Por ahora, los “observadores humanos” continúan trabajando con este método para asegurarse que el sistema automático produzca resultados exactos.

Sin embargo los observadores humanos únicamente pueden contar a las ballenas durante el día y mantienen presupuestos escasos por lo que sólo acuden al lugar durante las semanas que registran un número más alto de migración.
El sistema térmico funciona las 24 horas, los siete días de la semana durante toda la etapa de migración. De hecho ya estaba contando cuando las primeras ballenas migrantes llegaron al sur y seguirá contando hasta que los ejemplares rezagados lleguen al final.

“La más grande ventaja del nuevo sistema es que amplía bastante nuestro tamaño de muestreo. Eso significa que podemos estimar con más precisión el tamaño de la población”, concluyó Weller.

HISTORIA DE CONSERVACIÓN EXITOSA

El último censo registró una población de 20 mil ejemplares que migraron hacia México, lo cual significa un número estable luego de estar casi al brinco de la extinción. Foto: Notimex.
El último censo registró una población de 20 mil ejemplares que migraron hacia México, lo cual significa un número estable luego de estar casi al brinco de la extinción. Foto: Notimex.

Las ballenas grises fueron cazadas casi hasta alcanzar la extinción durante sus días de migración. Sin embargo, la población de estas ballenas han tenido una recuperación estable desde entonces y salieron de la lista de especies en peligro de extinción en 1994 -aunque una segunda población del lado ruso del Pacífico continúa bajo peligro-.

“Es realmente una historia exitosa de acuerdo a lo que el manejo de las grandes ballenas señala. La población hoy alcanza casi 20 mil ejemplares y eso parece bastante estable”, dijo Perryman.

Aún así, los científicos necesitan llevar un rastreo de las poblaciones de ballenas grises ya que a pesar de su recuperación, los animales continúan en riesgo de ser golpeados por grandes embarcaciones, estrangulamiento en mallas para pescar y otros impactos ocasionados por los humanos.

Los cambios del clima también son factores que los científicos buscan registrar, para saber si estas modificaciones se relacionan con el incremento de agua ocasionado por el hielo descongelado y si interfiere con el tamaño de las poblaciones de las ballenas o con el tiempo de migración.

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