Jerarcas de la Iglesia católica ocultan a pederastas, acusan activistas; rechazan que se haga santo a Juan Pablo II

11/04/2014 - 12:05 am

Shaila Rosagel y Marco Antonio Martínez 

Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
El ex sacerdote Alberto Athié Gallo dijo que los casos de abusos de sacerdotes católicos en todo el mundo están vigentes y se escudan en la protección de la Iglesia católica. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 11 de abril (SinEmbargo).– Joaquín Aguilar Méndez tenía 13 años cuando el párroco de San Antonio de las Huestas, Estado de México, Nicolás Aguilar Rivera, lo violó en la rectoría donde dormía, aledaña a la iglesia, y mientras se oficiaba una misa.

Era acólito y entre los aromas del incienso, el cura acusado de pederastia en Estados Unidos y recién egresado de una clínica del Apostolado Católico donde combatía su homosexualidad, pederastia y alcoholismo,  lo olfateó y después de varios meses de conocerlo, lo violó y acusó al sacristán del delito.

“Él mismo fue quien le dijo a mis padres que me habían violado, pero les dijo que fue el sacristán, entonces yo hablé y dije la verdad. Desde ese momento fui víctima del Ministerio Público y de la gente de la comunidad, que me despreciaba por haber denunciado a Nicolás”, denunció Joaquín Aguilar.

Joaquín es ahora un hombre de 33 años y está al cargo de la oficia de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP); asegura que el cura que abusó sexualmente de él, lo hizo también con unos 200 niños más.

De acuerdo con el informe “Pederastia Clerical de Mexicanos en México y en otros países 1944-2013”, que realizaron distintas organizaciones civiles para el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nicolás Aguilar violó sistemáticamente a niños en Los Ángeles California, Estados Unidos, en Puebla y en el Estado de México a lo largo de sus 30 años como sacerdote y fue encubierto por la Iglesia católica.

En ese entonces, en México, lo encubrió el Obispo de Tehuacán, Puebla, Norberto  Rivera Carrera, y en Estados Unidos, el cardenal de la ciudad angelina Roger Mahony.

Gracias a que los jerarcas católicos lo ayudaron a huir y a moverse entre México y Estados Unidos para burlar el proceso que se le seguía en el país anglosajón, Nicolás Aguilar continuó violando niños.

“En tan sólo nueve meses abusó de 26 niños. De regreso a México, el padre Nicolás abusó sexualmente de 60 niños más, residentes de distintas comunidades de Puebla”, dice el informe.

Los crímenes del sacerdote están impunes y de acuerdo con Joaquín Aguilar Méndez cada día hay más denuncias en contra de curas que ofician misas y después violan niños.

“El problema que existe en México es que muchos no se animan a denunciar y cuando lo hacen, después de años, ya no se puede hacer nada. Otro problema grave es que para que los violadores puedan salir libres la justicia se les reclasifica el delito de violación a estupro, donde se alega que el niño consintió la violación. En todo el país un abusador sale libre por este delito”, dijo.

JERARCAS LOS PROTEGEN 

El ex sacerdote Alberto Athié Gallo dijo que los casos de abusos de sacerdotes católicos en todo el mundo están vigentes y se escudan en la protección de la Iglesia católica.

Athié detalló que el problema de pederastia al interior de esa institución religiosa se caracteriza por ser encubierto sistemáticamente por los jerarcas.

“Pederastas hay en todas partes, en las familias, en la calle, en las escuelas, pero aquí no se trata de uno sólo, se trata de toda una institución que los protege. En México cuando se va a denunciar este delito, los casos proceden penalmente si el Ministerio Público quiere, pero ellos desprecian a las víctimas, desechan los casos, los mantienen ocultos para que no procedan”, afirmó el también activista.

Por su parte, autores de la cinta Obediencia Perfecta manifestaron también ayer su postura por la pederestia clerical y la impunidad con la que se ha desarrollado en los últimos años en el país. Pusieron como ejemplo el caso del padre Marcial Maciel Degollado, quien –aseguraron– se sentía protegido por el poder económico y político.

Los abusos de Marcial Maciel, también fundador de los Legionarios de Cristo, no fueron sancionados ni por la Iglesia Católica ni autoridades gubernamentales, aseguró el director del filme, Luis Urquiza.

“La perversión, cómo llega un personaje a ser el fundador de una orden y cómo cae el poder económico y político en sus manos. Eso es lo interesante del caso Maciel o del caso de Norberto Rivera (acusado de proteger al padre Nicolás Aguilar Rivera, quien presuntamente abusó de niños en Puebla). Cómo la alta jerarquía, el Papa Juan Pablo II, sabía de Maciel. Lo puso de ejemplo de la juventud. Juan Pablo II es al que van a hacer santo el 27 [de abril], él sabía de las conductas delictivas de Maciel y no hizo nada”, criticó.

El cineasta también se refirió a la denuncia presentada por el ex cura Alberto Gallo Athié, de que en San Luis Potosí se le acercaron familiares de 100 niños, para acusar al sacerdote Eduardo Córdova Bautista por presuntamente cometer abusos sexuales contra los menores. Urquiza reconoció a Athié Gallo por exponer esa denuncia y criticó que el Arzobispado diga que no hay pruebas, pero como precaución movieron al acusado a otro lugar.

Urquiza y el actor Juan Ignacio Aranda recordaron que ambos fueron formados en el catolicismo. Incluso el director fue seminarista, pero decidió estudiar comunicación y su pensamiento religioso cambió. Pero cuando supo del caso Maciel se  escandalizó doblemente, al considerar que él tuvo cercanía con personajes religiosos, quienes “lavan el cerebro” a los niños que desde pequeños van a estudiar religión.

“A los personajes pederastas nadie los toca, yo los conocía en su operación mental de lavado de cerebro”, aseguró.

RECHAZAN CANONIZAR A JUAN PABLO II

Alberto Athié solicitó a la ONU intervenir para que la Santa Sede detenga su proceso de canonización. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Alberto Athié solicitó a la ONU intervenir para que la Santa Sede detenga su proceso de canonización. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Debido a que muchas violaciones sexuales a niños en todo el mundo, como la ocurrida a Joaquín Aguilar, ocurrieron durante el papado de Juan Pablo II, Alberto Athié solicitó a la ONU intervenir para que la Santa Sede detenga su proceso de canonización, hasta que no se determine si es culpable de encubrimiento de la pederastia al interior de la Iglesia católica.

Athié dijo que  el Papa fue informado de los abusos sexuales a niños de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y decidió callar y no emprender ninguna acción en contra del pederasta.

“Él como legislador y responsable del poder Ejecutivo de su Estado, está implicado en la responsabilidad de encubrimiento y estamos seguros que lo fue del padre Maciel, por eso hemos pedido se detenga, no estamos en contra de la canonización, pero tampoco estamos a favor. Queremos que se detenga el proceso hasta que no se diriman las responsabilidades”, expuso.

Juan Pablo II será canonizado el próximo 27 de abril, que es el segundo domingo de Pascua dedicado a la Divina Misericordia.

Alberto precisó que la petición la realizó él y un grupo de abogados internacionalistas, al Comité de los Derechos del Niño a la Santa Sede de la ONU.

“Qué tal si canonizan a Juan Pablo y resulta que sí hay elementos que le fincan una responsabilidad como un encubridor y cómplice de casos de pederastia, qué va a pasar con la Iglesia católica cuando tenga a un santo y al mismo tiempo ese santo se confirme que fue cómplice de actos de pederastia en todo el mundo”, dijo.

Athié expuso que cuestionó a la Santa Sede sobre si el Papa tuvo conocimiento de los casos de sacerdotes pederastas y que la respuesta que obtuvo fue que no existía información relevante, sólo “algunas cartitas de víctimas”.

“Las víctimas son irrelevantes para el papa; las víctimas, miles de víctimas del mundo han sido hasta ahora irrelevantes, no tienen valor, no significan nada y eso es gravísimo. Han preferido proteger a los pederastas y a su imagen que hacer justicia a las víctimas”, comentó.

José Barba Martín, ex miembro de la congregación Legionarios  de Cristo, recordó que desde 1997 se informó a todos los obispos del caso del pederasta Marcial Maciel, con la petición de que se informara al Papa Juan Pablo II.

“En 1997 se publicaron cartas de ocho ex legionarios informando al Santo Padre sobre la gravedad del caso y advirtiendo que el escándalo sería más grave si no se tomaban cartas en el asunto. Se mandó a cada uno de los obispos mexicanos que tenían una responsabilidad y no sabemos si existió una conspiración entre el clero mexicano para no informar al Papa. En 2002, yo mismo llevé una carta al Vaticano traducida en polaco que fue entregada al secretario del Papa, pero nunca llegó a sus manos”, dijo.

Barba Martín planteó que es difícil que se detenga el proceso de canonización de Juan Pablo II, debido a que es ya una decisión de la Santa Sede.

Sin embargo criticó que la Iglesia católica se mantenga al margen de las solicitudes de distintos sectores de la sociedad.

Sara Oviedo dijo que planteará a la presidencia del Comité se analice la solicitud de las organizaciones civiles de México, con la finalidad de llevarla hasta la Santa Sede.

“No nos reunimos muy seguido, más o menos cada tres veces al año, pero yo voy a insistir que el tema se lleve a la agenda”, afirmó.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video