10 CLAVES | Ayotzinapa: 88 años de lucha social, enfrentamientos y abandono

11/10/2014 - 12:01 am
Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).– La Normal Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa, Guerrero, fue creada el 2 de marzo de 1926 por el maestro que lleva su nombre durante el sexenio del general Lázaro Cárdenas del Río. Junto con ella nacieron otras 36 escuelas normalistas públicas, sin embargo a la fecha sólo sobreviven 16.

Desde su creación, cuyo objetivo era dar escuela y cobijo a los hijos de campesinos de las zonas más pobres de Guerrero, la institución ha dado alojamiento a más de 500 alumnos que cada año ingresan con la idea de ser normalistas.

La guerrilla ha estado ligada a esta escuela desde su formación, de hecho de ahí salieron los líderes fundador del Partido de los Pobres, y Genaro Vázquez Rojas, líder de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR).

Ambos profesores encabezaron movimientos guerrilleros en la década de los 70 del siglo XX, pero también tomaron parte de la lucha social pacífica de 1960, que tras una masacre del Ejército, logró la fundación de la Universidad Autónoma de Guerrero.

A lo largo de los años, los alumnos de la normal rural de Ayotzinapa han buscado mediante protestas mejoras académicas en sus instalaciones, teniendo acercamientos con las autoridades estatales. Sus estudiantes se agrupan en torno a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.

Pero fue en el sexenio pasado, en el de Zeferino Torreblanca Galindo, cuando se rompió la relación con la autoridad estatal, y con Ángel Aguirre Rivero ha llegado al caos. En el actual gobierno de Guerrero, han sido asesinados al menos cinco normalistas: dos, el 12 de diciembre de 2011, y tres estudiantes más caídos por las balas de elementos de la policía el pasado 26 de septiembre; además, por los hechos de violencia desencadenados ese día por las autoridades municipales de Iguala, otros 43 están desaparecidos, y testigos aseguran que fueron secuestrados también por elementos de la fuerza pública en Iguala.

A raíz de este hecho, diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y la sociedad civil se han manifestado en México y en el extranjero por un delito que hasta el momento no tienen responsables ni respuestas de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Tras el hallazgo de fosas en Iguala, cerca de donde se vio por última vez a los normalistas, creció la sospecha de que ahí estuvieran los cuerpos de los estudiantes. Sin embargo los familiares rechazan la versión y exigen: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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