Las posibilidades de que se pueda perpetrar un atentado terrorista a EU desde México crecen cada día, principalmente por el aumento en las rutas comerciales de aviones y la facilidad con la que se puede volar un drone desde la frontera.

Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).– El 9 de abril, el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) dio a conocer el arresto en Minneapolis y San Diego, de seis sujetos con pasaportes falsos que tenían la intención de volar de México a Siria para unirse a las filas del Estado Islámico (IE).

Una semana antes el think tank Judicial Watch – identificado con los conservadores estadounidenses– publicó una nota donde afirmaba que autoridades mexicanas habían confirmado que el EI opera una célula en una zona conocida como Anapra en Ciudad Juárez, Chihuahua, con el objetivo de infiltrarse a través de la frontera hacia Estados Unidos con la ayuda de integrantes del Cártel de Juárez para llegar a Nuevo México.

Autoridades de ambos lados de la frontera descartaron dicho informe a pesar de que el think tank estadounidense sostuvo la veracidad de su publicación.

“El año pasado escribimos un artículo bastante similar citando a autoridades de muy alto rango en la región de la frontera diciendo que la base militar de Fort Bliss, que está en Texas, en el Paso, estaba amenazada. Habían recibido amenazas directas, esto hace ya meses. Ahora, verificamos por parte de las autoridades mexicanas básicamente la misma información”, dijo entonces a SinEmbargo Irene Garcia, reportera del sitio web de Judicial Watch.

Anapra es una zona dominada por el “Cártel de Juárez”, La Línea [el brazo armado del cártel] y el Barrio Azteca [una banda formada originalmente en las cárceles de El Paso, Texas]. De acuerdo con la publicación, los “coyotes” que trabajan para el Cartel de Juárez, ayudan a los terroristas del EI a cruzar por el desierto y la frontera entre Santa Teresa y Sunland Park, Nuevo México donde ya estaría operando una red para resolver el cruce de terroristas a través de la frontera con México.

Según el reporte, la intención del Estado Islámico es explotar los ferrocarriles y las instalaciones aeroportuarias en las cercanías de Santa Teresa, Nuevo México, además de que tiene “spotters” [personas que llevan el registro de aviones, barcos, trenes y/o automóviles tanto en modo escrito como fotográfico], ubicado en las montañas del este de Potrillo de Nuevo México para ayudar con las operaciones de cruce de terroristas por la frontera.

Lo cierto, según especialistas consultados por SinEmbargo, es que esta frontera hace a México un país sumamente vulnerable y que desde 2006, año en el que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) emprendió la lucha contra el narco, el tema del terrorismo no aparece en la agenda del gobierno, a pesar de que según el Índice Global de Paz –publicado en diciembre de 2014 por e Instituto para la Economía y la Paz– México es el segundo país de América Latina, después de Colombia, con mayor riesgo de ser víctima de un atentado terrorista, así como uno de los 13 más vulnerables del mundo.

De acuerdo con este índice, en 2013 el país sufrió cuatro atentados que se pueden considerar como terroristas, en los que perdieron la vida 40 personas.

“México sabe que Estados Unidos le cobraría muy caro el hecho de que desde su territorio se planeara o se ejecutará algún acto terrorista con algo tan sencillo con un drone dirigido desde el lado mexicano”, advirtió Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice, en Estados Unidos.

Pero Payán no es el único que hace esta advertencia. Antônio Sampaio, analista en seguridad y desarrollo del International Institute for Strategic Studies (IISS, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, consideró que existen muchos motivos que hacen a México vulnerable, uno de ellos es que la frontera con Estados Unidos es todavía “porosa” en algunos lugares, “es todavía una frontera muy compleja con mucho tráfico de productos tanto legales como ilegales y el tráfico de drogas que ocurre es un ejemplo de cómo la frontera todavía es ‘porosa’”.

El otro motivo es que México tiene poca experiencia en lidiar con terrorismo, principalmente con terrorismo islámico, “esos son factores que permiten decir que México todavía es vulnerable a algún tipo de actividad terrorista internacional”.

COMBATE AL TERRORISMO EN 8 MENCIONES

“Sabemos que hay una posibilidad de que grupos terroristas internacionales tengan interés en el territorio mexicano como un punto de pasaje hacia Estados Unidos o como un centro para obtener financiamiento para sus actividades en Medio Oriente. No sabemos si eso está ocurriendo ahora. Pero si está ocurriendo es normal que las autoridades mantengan esa información confidencial”, observó Sampaio.

En el Programa para la Seguridad Nacional, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de abril de 2014, la palabra terrorismo aparece ocho veces.

En el punto número dos del programa, llamado “El entorno Estratégico de México en el Siglo XXI”, el Estado Mexicano define al terrorismo como “un riesgo global persistente. En la última década se ha registrado un incremento importante en el número de ataques terroristas en el mundo, afectando en muchos casos a países antes exentos de este flagelo. Hasta ahora, México no ha sido blanco de ataques terroristas. Sin embargo, su posición geográfica podría resultar de interés para aquellos actores que busquen realizar atentados en contra de Estados Unidos o contra intereses de ese país en nuestro territorio. La posibilidad de que México sea utilizado por las organizaciones terroristas como plataforma logística, operativa y financiera para el tráfico de materiales de uso dual o para planear atentados en contra de objetivos en el territorio continental de Estados Unidos no debe ser descartada”.

Y a continuación señala que el Gobierno de la República ha puesto en marcha el diseño de una estrategia nacional contra el terrorismo, “con el propósito de articular las acciones de Estado en esta materia desde una perspectiva integral de prevención, disuasión, detección y respuesta. Asimismo, fortalecerá la cooperación internacional para enfrentar al terrorismo como un desafío regional y global, promoviendo mejores controles fronterizos terrestres y marítimos y nuevos mecanismos para la detección y combate al lavado de dinero y financiamiento al terrorismo”.

También reconoce que “actos terroristas podrían ocurrir en territorio nacional, planearse en territorio nacional con enfoque hacia terceros Estados, o nuestro país podría ser un punto de tránsito de posibles terroristas”.

Posteriormente se compromete al “apego irrestricto a los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo”.

MÉXICO COMO BASE

En su columna del 13 se septiembre titulada “El reclutador del Estado Islámico en México”, el periodista Carlos Loret de Mola aseguró que se tenía identificado a un personaje en León, Guanajuato, que a través de una academia de artes marciales reclutaba jóvenes mexicanos para el grupo terrorista.

“Informantes del más alto nivel”, según el periodista, señalaron que este hombre contaba con dos pasaportes: uno de Reino Unidos –su lugar de nacimiento– y otro mexicano, gracias a su matrimonio con una ciudadana mexicana de la que después se separó.

Gracias a su interacción con jóvenes en este academia y a través de las redes sociales, habría logrado reclutar a 11 mexicanos y estadounidenses a quienes logró trasladar a Siria para sumarlos a las filas del EI. De acuerdo con Loret de Mola, el sujeto fue detenido y dejado libre porque en el país la promoción del terrorismo por Internet y el reclutamiento para organizaciones extranjeras no están tipificados como delito.

Sampaio expuso que aún son pocos los casos que se pueden identificar sobre presencia de grupos terroristas en México. “Entonces es difícil analizar basados en tan pocas informaciones. Pero el principal riesgo es precisamente el uso ad hoc de México, es decir no es un uso permanente de México como base o como un apoyo para los grupos terroristas, aunque sí puede ser un uso ad hoc del territorio mexicano para el traslado de terroristas o de armas”, agregó.

El especialista recordó el incidente de mayo de 2011 en el que integrantes de Hezbolá –una organización musulmana libanesa que cuenta con un brazo político y otro paramilitar– intentaron contactar al Cártel de Los Zetas para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos mediante el pago de 1.5 millones de dólares.

“Notamos que en ese caso México estuvo muy involucrado en la investigación con autoridades estadounidenses, pero ese complot para atacar al embajador de Arabia Saudita fue una actividad muy ad hoc, fue una cosa que es única en la que se intentó atacar territorio norteamericano. Entonces no sabemos si hay otros casos que involucren a grupos terroristas internacionales, no sabemos si México va a tener la misma respuesta y si va a estar preparado para lidiar con grupos no nacionales, que son más difíciles de rastrear y de ubicar”, expresó.

– ¿Existen vínculos entre grupos terroristas internacionales y los cárteles de la droga mexicanos?

– Los indicios que tenemos son muy pocos, los vínculos son muy raros. Como se ha hablado el vínculo más fuerte que tenemos hasta ahora es que Hezbolá ha intentado en algunos momentos traficar cocaína de Colombia para México y usar el dinero como fondos para ese grupo terrorista en Oriente Medio. Entonces México tuvo un rol en ese intento de levantamientos de fondos de Hezbolá, pero es un rol secundario vamos a decir, porque la principal actividad fue el tráfico de drogas internacional, entonces no fue una operación de presencia o de entrenamiento dentro de México. Es posible decir que Hezbolá tuvo un poco de interés en México, pero desde que lo conozco, nunca ha intentado establecer una presencia permanente. Y eso creo que es muy importante decir que todavía no hay ningún indicio de que grupos terroristas han intentado establecerse permanentemente en México.

Desde su óptica, la vigilancia en frontera entre Estados Unidos y México inmediatamente daría la voz de alarma en caso de notarse la presencia de estos grupos.

Sin embargo, Payán no compartió esa visión. Consideró que desde el momento en que continúa el cruce de ilegales hacia Estados Unidos, queda al descubierto que la vigilancia es insuficente.

De acuerdo con información del Departamento de Estado, la Patrulla Fronteriza tiene desplegados 18 mil agentes, de los cuales, por día –aproximadamente 10 por ciento está ausente por alguna incapacidad médica o por vacaciones– que trabajan 8 horas por turno, cinco días a la semana, el máximo de agentes que se pueden tener desplegados por turno, son un máximo de 6 mil para cubrir una zona de 3 mil kilómetros.

“Si hacemos cuentas, por más vigilada que esté la frontera, es obvio que hay áreas que no pueden cubrir porque los agentes son insuficientes”, opinó Payán.

“La frontera no está tan vigilada como se cree, desde el momento en que muchos migrantes siguen logrando pasar por el desierto o ríos sin ser detectados; en el caso de los terroristas, lo que es obvio es que no tienen la posibilidad de estar llevando consigo armamento, explosivos y otras cosas sino que más bien pudieran ser individuos que llegan a establecer una conexión con un grupo que ya los pudiera estar esperando para realizar alguna acción”, agregó el académico de Rice.

A su juicio, hasta ahora el Gobierno Mexicano ni siquiera ha pensado en la posibilidad de que en o desde su territorio, pudiera perpetrarse un ataque terrorista contra objetivos estadounidenses. “Pero ya es hora de que lo empiece a pensar porque esto le podría traer consecuencias muy graves”, alertó.

“En México viven casi un millón de estadounidenses, lo que hace probable que pudiera darse un ataque sobre alguna comunidad establecida o una sede diplomática, por otro lado, cada vez son más los aviones que salen de México a Estados Unidos y que pudieran ser secuestrados por estos grupos”, advirtió.

Admitió que el riesgo de que algo así es mínimo, pero en México crecen las condiciones de falta de Estado de Derecho y seguridad que lo convierten en un campo fértil para que “agentes extranjeros pudieran entrar al país cooptar a algún grupo del crimen organizado y perpetrar algún tipo de atentado”.

– ¿Y no sería más fácil para estos grupos ingresar o dirigir sus objetivos desde Canadá?

– México es una mejor plataforma para llevar a cabo una operación de este tipo, es atractivo por su geografía. Lo que pasa entre Canadá y Estados Unidos es que sus sistemas de control están homologados y en todo momento saben quien entra y quien sale de ambos países, comparten información y tienen las mismas bases de datos, lo cual no pasa con México.