Ciudad de México, 12 de febrero (SinEmbargo).– La historia de la estrategia de la izquierda mexicana para detener las reformas estructurales del Presidente Enrique Peña Nieto es una larga cadena de eventos aislados que no hicieron ni harán eco en el Congreso de la Unión, debido a la polarización que existe entre las diversas fuerzas políticas y movimientos que se contraponen al proyecto presidencial, dijeron analistas a SinEmbargo.

“No se ha logrado consenso al interior de las izquierdas. Están caminando por carriles separados y esto es lo peor que puede pasar, porque entonces, la tendencia que vimos el año pasado con el PAN [Partido Acción Nacional] y el PRI [Revolucionario Institucional] en un solo bloque, será muy difícil de revertir. Tendrá que haber  una coordinación completa en la izquierda y aun así, si estuvieran unidos todos los líderes, sería muy difícil, pero se intentaría”, dijo Fernando Gutiérrez, director del Departamento de Comunicación del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

Después de que el perredista Marcelo Ebrard Casaubón y  legisladores afines de Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo anunciaran la creación de un “polo progresista” de diputados y senadores en contra de aprobación al vapor (fast track) de las reformas a leyes secundarias, entre ellas la Energética, de Telecomunicaciones y Política-Electoral, Alejandro Chanona, integrante de la Comisión Operativa Nacional de Movimiento Ciudadano, dijo que al momento no cuenta con la presencia del PRD.

El ex Jefe de gobierno capitalino invitó a los 101 diputados y a los 21 senadores del PRD a sumarse a este bloque, pero ni el coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, y ni el del Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta, se presentaron para respaldar la propuesta.

El polo progresista en el Senado y en San Lázaro pretende revisar, analizar, impulsar el debate y votar unidos las 87 leyes secundarias que integrarán los paquetes de iniciativas, en los dos meses y medio que restan del periodo legislativo.

Su propósito es conformar un grupo que una a los 135 legisladores de izquierda en San Lázaro, sin embargo, si el PRD declina la invitación, el bloque tendría solo a los 20 diputados de Movimiento Ciudadano (MC) y 14 del Partido del Trabajo (PT), más los diputados José Ángel Ávila, Martha Lucía Micher, Mario Carrillo Huerta, Guillermo Sánchez Torres; y  los senadores Mario Delgado y Sofío Ramírez, todos afines a Ebrard.

“Si en realidad están pretendiendo parar estas reformas, tendrían que actuar de forma coordinada. Así será muy complejo, están actuando de forma descoordinada totalmente y eso le está restando fuerza a un movimiento que puede servir de contrapeso a lo que se presenta en el ámbito legislativo”, dijo Fernando Gutiérrez.

Agregó: “Empiezan a destacar movimientos particulares para posicionarse con miras a las elecciones intermedias, de cualquier forma, las dos lecturas hablan de estrategias que están afectando a la fuerza que puede tener la izquierda”.

Los expertos han insistido en que la oposición mexicana enfrenta con una estrategia fallida a la aplanadora del PRI que busca imponer sus reformas estructurales.

EL PRD MÁS DIVIDIDO QUE NUNCA

Durante casi todo el año pasado, tanto el Partido de la Revolución Democrática (PRD), como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), realizaron cada uno por su cuenta acciones en contra de la Reforma Energética y Fiscal  que se intensificaron a partir de septiembre.

Para este año la estrategia será la misma, pues los líderes de Morena ya “pintaron su raya” con el Sol Azteca y dijeron que irán solos en el intento de frenar las leyes secundarias de las reformas aprobadas.

El mismo rumbo que en 2013 pero con un añadido: el PRD está más dividido que nunca.

El año pasado, antes de que iniciara la discusión y aprobación de las reformas Energética y Fiscal, José Antonio Sosa Plata, consultor en Comunicación Política y Coordinador del Diplomado en Redes Sociales 2.0 en la Universidad Iberoamericana (UIA), lamentó una falta de estrategia certera y además la división de la izquierda.

“México necesita una izquierda fuerte, con menos divisiones y con mayor profesionalización por el bien del país. Necesitamos un contrapeso de poderes, no por Andrés Manuel, Batres, Ebrard o Jesús Zambrano, sino por México”, dijo.

Sosa Plata recordó que el PRD estuvo a punto de obtener la Presidencia de la República en 2006 y 2012, sin embargo, no supo capitalizar esos resultados.

“La izquierda nunca ha estado unida. Le hace falta disciplina y cohesión en momentos decisivos. El PRI también tiene problemas internos, pero se unen en temas importantes, lo mismo pasa con el PAN que está pasando por la peor crisis de su historia, pero aún con sus pleitos entre Madero y Cordero, van unidos en un tema como el energético”, dijo el consultor político.

UNA HISTORIA DE DESENCUENTROS

Durante 2013, Morena llamó a cinco grandes concentraciones, incluyendo un mitin multitudinario en el Zócalo capitalino y marchas por la Avenida Paseo de la Reforma.

Además el movimiento que lidera Andrés Manuel López Obrador salió a las calles en mayo y junio para informar a la población sobre los gasolinazos y acerca del “atraco a la nación” que proyectaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con la Reforma Energética.

Martí Batres Guadarrama, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, abordó microbuses y en 40 segundos sintetizó la pretensión del Estado de privatizar a Petróleos Mexicanos (Pemex).

López Obrador por su parte, recorrió las 16 delegaciones del Distrito Federal en agosto en una intensa campaña en contra de abrir a la paraestatal a la inversión privada.

En esas visitas a las delegaciones, Obrador pronunció discursos encendidos en contra de los “traidores” a la patria, llamó al Pacto por México el “Pacto de la Traición” y condicionó al PRD a salirse de ese acuerdo, si quería que fueran juntos en la lucha por el petróleo.

La estocada final para intentar frenar la reforma consistió en los cercos que realizó en el Senado de la República y la Cámara de Diputados en diciembre, donde Morena, no pudo mostrar su “músculo” y los golpes que los manifestantes propinaron con platos, cucharas y sartenes a las vallas metálicas del Congreso de la Unión, no hicieron ningún eco en los legisladores que aprobaron el 12 de diciembre modificaciones a los artículos 27 y 28 de la Carta Magna.

Por su parte el PRD también se movilizó en las calles, aunque con una menor afluencia que Morena. En septiembre realizó una Cadena Humana a la que llamó “Eslabón por Eslabón” y que consistió en una valla humana de ida y vuelta desde el Auditorio Nacional hasta el Eje 2 Norte.

El PRD además justificó su presencia dentro del Pacto por México para llevar a la mesa de la negociación  la propuesta energética del llamado líder moral del partido, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y al final reconoció que “los chamaquearon”, porque a la hora de las votaciones, ni siquiera dejaron votar a sus legisladores en la Cámara de Diputados.

El Sol Azteca pagó 10 millones de pesos para una Consulta Ciudadana sobre las reformas Energética y Hacendaria que se realizó el 25 de agosto y 1 de septiembre. La participación de la población no llegó ni a la mitad de las expectativas que la fuerza política se planteó en un inicio.

La organización Alianza Cívica y el Consejo Nacional Ciudadano presentaron los resultados definitivos del ejercicio donde participaron 724 mil 426 personas y no los 1.5 millones que el partido previó cuando anunció la Consulta.

Silvia Alonso Félix, coordinadora Nacional del ejercicio ciudadano de Alianza Cívica, dijo que la cantidad de los recursos que se destinaron fue determinante para los resultados obtenidos. “Influyó que no hubo la suficiente difusión en medios de comunicación y el tiempo. Es un ejercicio que se organizó y realizó en mes y medio, para tener mejores resultados implicaba más recursos y una estrategia de difusión amplia”, dijo.

Gregorio Vidal, miembro del Consejo Ciudadano que participó en el ejercicio, dijo que si bien los resultados obtenidos por la Consulta no eran vinculantes, ejercerían una presión política en los legisladores.

Pero no fue así y entre el 7 y el 12 de diciembre los legisladores perredistas se enfrentaron a la fuerte avalancha de los priistas y panistas.

El PRD entonces llamó a la Caminata de las 75 horas alrededor del Monumento a la Independencia, donde participó sólo un puñado de personas durante los tres días.

Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de Morena y del PRD por revertir la Reforma Energética, el PRI y el PAN impuso su mayoría en el Congreso.

Hoy, ante la discusión de las leyes secundarias, la izquierda sigue la misma lógica:

El PRD realizó ya su primera marcha y concentración en el Zócalo capitalino el 31 de enero pasado y prepara una más para el 19 de febrero, justo durante la visita a México de los mandatarios de Estados Unidos y Canadá, Barack Obama y Stephen Harper, quienes participarán en la cumbre de líderes de América del Norte.

El Sol Azteca planea además presionar a través de la protesta social para que se apruebe una Consulta Popular en torno a la Reforma Energética. Pero en esta encomienda, también están solos. Morena no apoya la medida y se concentra en una demanda por traición a la patria en contra de Peña Nieto, aderezada con una campaña de desprestigio en todo el país de los legisladores que votaron a favor de la reforma.

“Dudo mucho que así puedan defender la Consulta Popular, mi lectura es que el PRI y el PAN la van a frenar, así es muy difícil que logren algo”, dijo el especialista Fernando Gutiérrez.