“En el verano, la tierra” reúne íntimos recuerdos de Martínez Assad

12/02/2014 - 9:00 pm

México, 12 Feb. (Notimex).- A diferencia de sus trabajos de ensayo y otras obras publicadas y celebradas, el historiador y escritor Carlos Martínez Assad (Amatitán, Jalisco, 1946) documenta sus vivencias y relaciones familiares en el volumen “En el verano, la tierra”.

En entrevista con Notimex, el autor expuso que para esta obra, su más reciente entrega, se nutrió también del contacto con otros inmigrantes que pertenecieron a la generación de su abuelo, a quienes ponía mucha atención cuando contaban sus vívidas historias.

“Lo que prevalece en el libro es la idea de narrar lo que yo mismo escuché atento, aunque desde luego que el asunto se complejiza en la novela cuando ya no es más la historia de los inmigrantes que llegan a México, a partir de la figura del abuelo, sino del nieto que va a Líbano a comprobar que lo que le han contado es cierto”.

Ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013, Martínez Assad destacó que en ese punto de la historia viene la atención en la novela, pues el abuelo llega a México proveniente de Líbano y el nieto hace el viaje en sentido contrario, es decir, de México a Líbano, desenmarañando historias y recuerdos.

Tras asegurar “que la memoria es traicionera y que es común que a los escritores a veces les haga pasar malas jugadas”, el autor puso en relieve que “al historiador que también soy, le pasa que en un relato que pude haber escuchado cuando lo contó mi abuelo o mi madre, las fechas pueden no checar, pero la historia está ahí”.

El objetivo del libro, dijo, es “reencontrarme, reconstruir mi identidad y todas las identidades que llevo encima como cualquier otra persona. En ese sentido, el viaje a Líbano significa el regreso del abuelo que no pudo ser y la presencia del nieto que va allá despojado de todo, salvo de las historias que siempre ha escuchado”.

Es la unión del pasado con el presente, abundó el también autor de “Rescate de San Agustín”, a la vez que expuso: Lamentablemente ahí está la guerra y los conflictos permanentes en la región, y eso es lo que causa un enorme desasosiego en el personaje que va a dar sentido al vínculo amoroso con Alina y a la manera tan drástica como termina resolviéndose esa historia.

“En el verano, la tierra” relata que José, un joven mexicano que vive en París, tiene la encomienda de conocer el hogar de su abuelo. De la mano de una profesora de primaria en cuyos ojos brilla la luz de Damasco, decide iniciar con ella la gran travesía que les cambiará la vida.

Así, los protagonistas llegan a los territorios de las fábulas de Sherezade, donde los domos y minaretes reflejan el magno sol del Medio Oriente, un lugar de maravillas que también se halla sumergido en la tragedia. El viajero fatigado puede beber el jugo de sus naranjas y comer chabacanos, luego de acariciar su piel aterciopelada.

Carlos Martínez Assad ha escrito una novela entrañable sobre la búsqueda de la identidad, donde México y Líbano se encuentran, al tiempo que describe el periplo hacia un país convulsionado que recuerda cómo la belleza viene invariablemente acompañada de la desgracia; tal ecuación termina describiendo la vida de Alina.

“Cuando ella llega a Beirut, decide confrontarse con su presente, mientras que su compañero permanece anclado en el descubrimiento de su pasado. Lo cierto es que no hay iluminación divina sin consecuencias, como dejan ver los libros sagrados, y José lo entiende en esa tierra de luchas fronterizas”, concluyó el escritor.

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