Médicos mexicanos investigan la relación entre la insuficiencia renal y la depresión

12/03/2017 - 12:01 am

Un investigador mexicano estudia en México entre ocho y nueve millones padecen esa enfermedad que es la décima causa de muerte más común en el país, con más de 13 mil defunciones al año.

Por Claudia Gómez, Agencia Informativa Conacyt

Ciudad de México, 12 de marzo (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– El psicólogo Sergio Rodríguez Bonilla, adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), determinó que pacientes nefrópatas con depresión se apegan a su tratamiento médico, incluyendo su dieta.

El investigador de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) No. 28 realizó la investigación clínica Relación de la depresión con el control metabólico del paciente nefrópata, con el objetivo de diseñar acciones que eleven la calidad de vida de pacientes que acuden diariamente a sesiones de hemodiálisis en esa institución.

Para la Agencia Informativa Conacyt, Rodríguez Bonilla afirmó que la hipótesis de su trabajo partió de que se pensaba que todos los pacientes con insuficiencia renal padecían depresión y por ello se descuidaban y necesitaban atención psicológica.

“La hipótesis se basaba en la creencia de que por el hecho de estar ahí, tenían depresión, porque algunos pacientes saben que saldrán de la sala de hemodiálisis porque consiguieron la donación de un órgano o saldrán muertos; inició la investigación sobre el nivel de depresión entre los 80 pacientes de la sala de hemodiálisis, por los tres turnos”, expuso.

LOS RESULTADOS

Rodríguez Bonilla dijo que los niveles de depresión fueron medidos a partir del Inventario de Depresión de Beck, un cuestionario que revela los grados de depresión que puede sufrir un paciente.

De los 80 pacientes nefrópatas en la UMAA No. 28, 35 por ciento tenía algún grado de depresión, 65 por ciento —más de la mitad— no presentaba algún tipo de depresión, que fue medida en los grados leve, moderada y grave. De 35 por ciento, al menos ocho por ciento presentó depresión severa, el resto presentaba depresión moderada y leve.

La depresión severa, explicó el psicólogo, se presenta en un paciente con insuficiencia renal crónica durante el primer y segundo año, tras acudir a una sala de hemodiálisis; entre el primer día y el 365, no hay depresión, porque el paciente no ha visto cambios físicos, además de que se muestra renuente a modificar su rutina por tener que asistir dos o tres veces a la semana a dializarse.

En esta investigación, de manera aleatoria se pudo conocer la personalidad de los pacientes y descubrieron que algunos presentan rasgos esquizoides, de personalidad dependiente y otras, pero no se ha establecido si estos aparecieron antes o después de enfermar.

 

LA DEPRESIÓN Y LA ALIMENTACIÓN

Más allá de los estados de ánimo, el psicólogo descubrió que las personas con depresión cuidaban mejor su alimentación y atendían de mejor manera las recomendaciones de los médicos, mostrando mejores resultados en cuanto a su calidad de vida.

A 100 por ciento de los pacientes se les practicó análisis de sangre para conocer sus niveles séricos; se revisó la creatinina, urea, sodio, potasio, fósforo, albúmina y hemoglobina, indicadores, dijo el entrevistado, para saber qué tan bien está el paciente, o mal, a partir de lo que come, y con ello detectar a los indisciplinados.

Sesenta y cinco por ciento de los pacientes sin depresión mostró ser indisciplinado con su dieta. Ellos indicaron que comían tacos, bebían cerveza, y algunos ni siquiera programaban citas con la nutrióloga; decían que comían de todo porque la máquina de hemodiálisis limpiaba su cuerpo, refirió el entrevistado.

“Los pacientes que tenían depresión se encontraban mejor controlados metabólicamente que los que no tenían depresión. Pensábamos que iba a ser al revés, pero revisamos y en un examen cualitativo nos dimos cuenta del porqué. Uno de los síntomas de la depresión es la falta de apetito, por lo tanto el paciente deja de ingerir alimentos y no se descompensa en sus niveles séricos”, dijo.

Además de los síntomas de la depresión, estas personas tienen más conciencia de su enfermedad y le ponen más atención a sus cuidados. Después de los tres a cinco años de asistir a las hemodiálisis, la depresión era menos severa y se había convertido en un hábito y algunos ya eran candidatos para trasplantes, perdiendo entonces la conciencia de la enfermedad y sus cuidados.

FORMATO PARA SEGUIMIENTO

A partir de este estudio, Sergio Rodríguez Bonilla realizó un formato para el control alimenticio, donde trata la comida y otros productos como refresco de cola y cigarros, como una adicción severa, para que el paciente note diariamente los niveles de consumo de ellos y adquiera conciencia de estos hechos.

“A partir de esto también elaboramos un formato para revisar los hábitos alimenticios y tratar como drogas los refrescos de cola, golosinas, cervezas y cigarros; es decir, reducíamos gradualmente el consumo para generar nuevos hábitos. Si tomas un litro de refresco, lo bajamos a 800 mililitros, después de 21 días de generarse un hábito, lo bajamos a 600, luego a 400 hasta desaparecer el vicio, pero solo un paciente lo logró y mostró mejorías en su salud”, declaró.

Esta información, apuntó, será manejada por la Coordinación Delegacional de Investigación en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social Nayarit, para dispersar los resultados que servirán al área de psicología, nutrición, nefrología, entre otros.

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