Las madres de hijas desaparecidas en el Estado de México cuentan su historia

12/06/2012 - 12:00 am

Por Gladis Torres Ruiz

MÉXICO, D.F. (apro-cimac).- “Yo misma he tenido que buscar a mi hija. Las autoridades solamente me dicen: ‘No se preocupe, señora, su hija a lo mejor anda en Acapulco o se fue con su novio’”.

Así inicia el relato de Leticia Mora Nieto, madre de Georgina Ivonne Ramírez Mora, una de las 600 jóvenes desaparecidas en el Estado de México durante 2011.

Georgina Ivonne, de 21 años, desapareció la tarde del 30 de mayo del año pasado en el municipio de Atizapán de Zaragoza, luego de que salió de su casa para ir de compras a un mini súper.

Desde entonces, Leticia Mora busca a su hija sin que las autoridades mexiquenses le den respuesta. La dolida madre encabeza ahora una red de madres de niñas y jóvenes desaparecidas en la entidad, cuya exigencia máxima es la justicia.

“Ya pasé el momento de pedir… iba humildemente a pedir que buscaran a mi hija, aunque me cerraran las puertas. Yo seguía tocando puertas muy humildemente. Creo que ya no es momento de pedir, es momento de exigir que nos regresen a nuestras hijas”, dice.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), tan sólo en 2011 se contabilizaron 600 desapariciones de mujeres de entre 10 y 20 años de edad en el estado de México.

Al respecto, las familias de las desaparecidas y asesinadas en la entidad aseguran que las autoridades judiciales se han caracterizado por su negligencia para resolver los casos.

Y afirman que incluso han tenido que pagar la gasolina, comida y crédito para los celulares de los policías ministeriales que son asignados en la búsqueda de las jóvenes.

LAS AUTORIDADES SE BURLAN

Amparo Vargas es madre de Eva Cecilia Pérez Vargas, víctima del feminicida detenido en febrero pasado y conocido como El Coqueto. La adolescente, de apenas 16 años de edad, desapareció el 26 de noviembre de 2011. Después de subir a un microbús de la ruta 2 que la llevaría a su casa, ubicada en en el municipio de Tlalnepantla, nunca más se le vio ni contestó su teléfono.

Amparo recuerda que ella misma dijo a las autoridades que quien plagió a su hija podía estar en la ruta de microbuses. Después se supo que El Coqueto conducía una unidad en esa ruta, pero los ministeriales nunca investigaron esa hipótesis.

La mamá de Eva Cecilia cuenta que en la búsqueda de su hija, la Procuraduría General de Justicia del estado le asignó dos agentes, a quienes les pagó la gasolina y en ocasiones también el crédito de sus celulares.

Los ministeriales “la acompañaban” a las direcciones donde podría estar su hija y la esperaban en el auto. Ella misma entraba a las casas a buscarla, arriesgando su seguridad.

“Cuando salía, los agentes únicamente me preguntaban: ‘¿Qué pasó? ¿La encontró?’”, narra. Por ello, dice Amparo Vargas, decidió integrarse a la lucha de las madres de mujeres desaparecidas en el Edomex, para exigir justicia.

FEMINICIDIOS EN LA ENTIDAD

Entre 2005 y 2011, durante la gubernatura del ahora candidato presidencial por el PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, fueron asesinadas 922 mujeres en el Estado de México, según el OCNF.

La mayoría de los crímenes ocurrieron en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán.

Araceli Estrada también forma parte de la recién creada red de madres en la entidad. Su hija Viviana Lizbeth Vázquez Estrada, de 19 años, desapareció el 22 de noviembre de 2011 en Cuautitlán de Romero Rubio.

En entrevista con Cimacnoticias, recuerda que antes de buscar a Viviana las autoridades le dijeron que probablemente “se había ido con su novio y que ya regresaría”.

“La autoridad no investiga y encima de todo niega los casos, como si no existieran. Una vez fueron dos policías ministeriales a mi casa para preguntarme si no tenía noticias, porque ellos no encontraban nada. Me dijeron que mi hija es la única desaparecida en el Estado de México, que no hay más, cuando yo sé que no es cierto porque hay muchas mamás que están buscando a sus hijas”, denuncia Araceli.

Claudia Rojas es madre de Daniela Xóchitl Elizarrarás, de seis años. La niña fue vista por última vez en 2006, cuando jugaba en el jardín de su casa, en un fraccionamiento “cerrado” de Arcos de Tultepec, en el municipio del mismo nombre.

La madre de la pequeña dice que a pesar de las pistas que indican que la niña, ahora de 12 años, pudo ser llevada a Carolina del Norte, Estados Unidos, o a Catemaco, Veracruz, hasta ahora la policía sigue sin localizarla.

La mujer que cuidaba a Daniela Xóchitl, Alicia Martínez, fue detenida y al poco tiempo liberada porque, según su versión, ella no supo qué pasó con Daniela.

La red de madres de jóvenes desaparecidas en el Estado de México está en proceso de creación y es acompañada por la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina, encabezada por Teresa Ulloa, quien asegura que llevan 20 casos de desapariciones en la entidad en lo que va del año.

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