Ciudad de México, 12 de julio (SinEmbargo).- A poco más de siete meses de su creación, el Pacto por México se ha hecho más famoso, al menos por menciones en Internet, que la Presidencia de la República. Pero también es el tema de controversia que ya acumula una lista de diferencias entre Los Pinos y las principales fuerzas políticas de oposición, que ya han puesto en duda su permanencia ante la falta de acuerdos entre sus participantes.

El miércoles pasado, el Presidente Enrique Peña Nieto sostuvo que después de las elecciones realizadas en 14 entidades del país está en espera de conocer la posición de las fuerzas políticas que suscribieron el Pacto por México.

Peña Nieto aseguró que el Pacto por México está vigente y que es un espacio de acuerdo para lograr los grandes cambios que requiere el país.

“Aunque tengamos formas y visiones distintas, lo importante es que hay un espacio para darle impulso y que éstas puedan llegar al debate que inevitablemente se tenga que dar en el Congreso”, planteó.

Este acuerdo político nacional fue firmado el 2 de diciembre de 2012 en el Castillo de Chapultepec por el Presidente Enrique Peña Nieto; Gustavo Madero Muñoz, presidente del Partido Acción Nacional (PAN); Cristina Díaz Salazar, Presidenta interina del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Jesús Zambrano Grijalva, Presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) –posteriormente se sumó el Partido Verde Ecologista de México (PVEM)–-

El Pacto tiene como objetivo principal el profundizar el proceso democrático en el país con base en tres ejes rectores: el fortalecimiento del Estado Mexicano, la democratización de la economía y la política, así como la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales y la participación de los ciudadanos como actores fundamentales en el diseño, la ejecución y la evaluación de políticas públicas.

Sin embargo, hasta ahora, la vigencia del acuerdo queda en duda cada que surge una diferencia entre el Gobierno y los partidos políticos o al interior de los mismos partidos.

CORTA Y DOLOROSA HISTORIA

En el buscador de Google, el Pacto por México es incluso más famoso que la Presidencia de la República, al acumular más de tres millones de búsquedas, mientras que la página del ejecutivo sólo registra 1 millón 240 mil.

Las primeras diferencias surgieron cinco días después de la firma del acuerdo, cuando el entonces coordinador de los panistas en el Senado, Ernesto Cordero Arroyo, decidió cancelar la sesión en la que se discutirían las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, propuestas por Peña, bajo el argumento de que los acuerdos se habían hecho a nivel de dirigentes de partidos sin tomar en cuenta a los legisladores.

Aquí se dieron los primeros visos de ruptura entre la fracción panista y su líder nacional, Gustavo Madero Muñoz, quien aseguró que el Pacto por México estaba blindado ante las diferencias entre los partidos en el Senado y cualquier otro escenario, por lo que descartó que esté en riesgo de romperse.

Días después, el 31 de enero, los líderes nacionales del PAN y PRD, advirtieron que podrían abandonar el acuerdo ante el enrarecimiento del clima político y un “golpeteo permanente” en contra de los mandatarios emanados de las filas de Acción Nacional.

El presidente del PRD calificó el clima político de “enrarecido” y apuntaló: “El apoyo no es una firma a un cheque en blanco”. En paralelo, el panista Madero denunció un golpeteo permanente contra los gobernantes de Acción Nacional.

“NO TE PRECUPES ROSARIO”

En abril, el presidente del PAN, amenazó nuevamente con abandonar el acuerdo tras la denuncia presentada por su partido sobre la integración de una presunta red electoral en el estado de Veracruz para favorecer al Partido Revolucionario Institucional en los comicios del 7 de julio, a través de los programas de la Secretaría de Desarrollo Social.

Ante las evidencias obtenidas, el albiazul pidió la renuncia de la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, y a cambio, el 19 de abril,  en su discurso del arranque de la Cruzada Nacional contra el Hambre, en Chiapas, el Presidente Peña Nieto se dirigió directamente a Robles y le dijo:

“Rosario No te preocupes, hay que aguantar, porque han empezado las críticas, han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política (…) Que sigan aquellos criticando las acciones, porque a otros los ocupan las elecciones; a nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre de México”.

La respuesta del Presidente enardeció a los partidos políticos, quienes amenazaron con no respaldar el resto de las reformas estructurales que se presentaran en el marco del acuerdo.

‘‘El ‘no te preocupes, Rosario’, es ahora sí preocúpate’’, subrayó el dirigente perredista, ‘‘porque deben entender y asumir que no se pueden minimizar las denuncias y los señalamientos ante hechos evidentemente violatorios de la ley’’, dijo en su momento el líder perredista.

La Reforma Política fue el siguiente punto en la agenda de desencuentros del Pacto por México. Senadores del PAN y PRD integraron un bloque para oponerse en conjunto a la reforma aprobada por sus líderes partidistas.

Mientras en el seno del Pacto se había aprobado una reforma política de apenas ocho puntos, el bloque de legisladores elaboró una propuesta de 30 puntos que incluía aspectos como la transparencia en el gasto de las campañas políticas y el voto de los mexicanos en el extranjeros.

Los senadores también argumentaban que las reformas debían venir del debate y el planteamiento de la agenda por parte de las diversas fuerzas políticas, teniendo al Congreso de la Unión como principal arena, pues es donde están los representantes de la sociedad.

Hace tres días, el Senador panista Roberto Gil Zuarth, afirmó que la discusión de las reformas estructurales que se abordan en el Pacto por México podrían quedar en suspenso si el PRI no respeta el triunfo de la coalición PAN – PRD en Baja California, entidad donde está en disputa la gubernatura, luego de que el día de las elecciones se anularan los resultados del PREP.

“Yo le digo desde aquí al PRI que tiene una decisión en la mesa, o quiere construir el clima de civilidad que se necesita para construir las reformas estructurales que se discuten en el Pacto por México o quiere impugnar los resultados de Baja California, y aquí hay posiciones contradictorias, no van a ganar en la mesa lo que perdieron en las urnas.

El clima en el que se desarrolló el proceso electoral del domingo, donde se registraron dos muertos, quema de urnas, además del asesinato, secuestro y “levantón” de al menos 12 candidatos, también fue motivo para que los líderes partidistas pidieran al Ejecutivo respeto a los acuerdos signados en dicho acuerdo.