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Videgaray deja deuda en transparencia: no declaró quién le vendió en Malinalco

12/09/2016 - 12:05 am

Una de sus mayores apuestas fue mantener la estabilidad macroeconómica. Pero, en su gestión, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público –una medida de la deuda del país– pasó del 36.4 por ciento al 50.5 del Producto Interno Bruto (PIB). Luis Videgaray Caso se va de la Administración Pública con otro saldo: el nombre en su declaración patrimonial del vendedor de su casa en Malinalco, un detalle que lo envolvió en un escándalo que, según sus propias palabras, redujo su credibilidad.

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Luis Videgaray y el Presidente Enrique Peña Nieto durante su despedida como Secretario de Hacienda en Los Pinos, el pasado 7 de septiembre. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– En su derrumbe como pilar del Gabinete federal, Luis Videgaray Caso, ex Secretario de Hacienda y Crédito Público, dejó un pendiente: la transparencia de su posible conflicto de interés, generado por la compra de una casa a través de un crédito al Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa Cantú, en Malinalco, Estado de México.

El hombre que ocupó durante 45 meses la cartera desde donde se conduce la economía mexicana reconoció en noviembre de 2015 que el supuesto conflicto de interés que se le atribuyó por esa propiedad, adquirida con un crédito del empresario contratista millonario del Gobierno federal, afectó su credibilidad.

Pese a ello, en su última declaración patrimonial del 30 de mayo de 2016 –el último rastro del funcionario ante la Secretaría de la Función Pública– no dejó asentado el nombre del vendedor de su casa, un dato clave en el ejercicio de la exposición de bienes de un servidor público.

De acuerdo con la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, Luis Videgaray Caso debe presentar una declaración patrimonial de “conclusión” dado que, según informó el Presidente, el pasado martes 6 le presentó su renuncia al cargo que ocupó desde diciembre de 2012. Hasta el cierre de esta edición, el documento que debe indicar con qué patrimonio terminó en el cargo el hombre considerado como “el fuerte” del gabinete, no había sido publicado.

Desde abril de 2015, los servidores públicos en México deben exponer con precisión el nombre del vendedor o enajenante de sus bienes inmuebles. Después del escándalo de la “casa blanca” del Presidente y de la del mismo ex Secretario de Hacienda, el Gobierno federal publicó en esa fecha, un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para modificar el formato de la declaración patrimonial que incluye tal exigencia.

Luis Videgaray Caso se ha ido del Gobierno federal y ni antes ni ahora, precisó a quién le compró esa propiedad que declara a su nombre y cuyo origen lo hizo protagonizar uno de los escándalos de supuesta corrupción en la presente Administración.

Los últimos datos que dejó el ex funcionario de su propiedad es que es una construcción de 852 metros cuadrados, en un terreno de 1,500 metros cuadrados, que la pagó al contado (el formato no pide precisión en la forma de pago) y que está inscrita desde 2013 con la escritura pública 124,696 en el Libro Uno, tomo cincuenta. Dice que vale 7 millones 500 mil pesos.

El ex Secretario presentó en cinco ocasiones su declaración patrimonial. Tres fueron publicadas antes de que el 11 de diciembre de 2014, The Wall Street Journal revelara que Videgaray Caso había adquirido una propiedad de campo de una empresa de Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de Higa y contratista del Gobierno federal. La casa y el terreno estuvieron incluidos desde 2013 en el expediente de Videgaray ante la Función Pública; sólo que sin precisar a quién se la compró.

El escándalo no fue suficiente para Videgaray Caso ni el acuerdo en el DOF. En mayo de 2015 y mayo de 2016 volvió a presentar su declaración patrimonial. Nunca puso el dato esencial que le hubiera ayudado a dirimir el supuesto conflicto de interés que se le atribuyó.

Cuando la cresta de la ola de los escándalos inmobiliarios creció, el Presidente Enrique Peña Nieto nombró a Virgilio Andrade Martínez como titular de la Secretaría de la Función Pública, un cargo que había permanecido acéfalo durante 18 meses. El Mandatario le dio la encomienda principal de investigarlo a él, a su esposa, Angélica Rivera Hurtado, y al entonces Secretario de Hacienda.

Secretario de Finanzas en el Gobierno del Estado de México cuando Peña Nieto era Gobernador y Jefe de la campaña de 2012, Videgaray Caso fue nombrado Secretario de Hacienda y a la vez, fue visto como “el hombre fuerte” del Presidente. Con una Licenciatura en Derecho por la UNAM, otra en Economía en el ITAM y un Doctorado por la Universidad de Massachusetts, cuyos cursos realizó mediante una beca del Conacyt, era uno de los funcionarios con una de las carreras académicas más nutridas.

Una de sus mayores apuestas fue mantener la estabilidad macroeconómica. Pero el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público –una medida de la deuda– pasaron del 36.4 por ciento al 50.5 del Producto Interno Bruto (PIB).

Para dirimir los escándalos inmobiliarios, Peña Nieto anunció ocho acciones ejecutivas para “reforzar los procesos de control, fiscalización y auditoría del Gobierno de la República y vigilar que los servidores públicos se apegaran a la Ley y a la ética”.

Virgilio Andrade Martínez es amigo cercano de Luis Videgaray Caso, un vínculo que surgió en 1986, en el ITAM, mientras uno cursaba la Licenciatura en Derecho y el otro, la de Economía. Aun así, se dedicó a investigarlo. El 22 de agosto de 2015, Andrade presentó resultados: exoneró al Presidente Peña Nieto y al entonces Secretario de Hacienda de haber incurrido en “conflicto de interés”.

El episodio fue cerrado. Y en ningún momento, el funcionario mostró intención de dejar su cargo por esa razón. El ex Secretario publicó una carta en su cuenta de Twitter en la que ofreció una disculpa pública apenas la SFP había resuelto exonerarlo. “Entiendo que mi actuación en el caso referido, si bien fue apegada a a la ley a la ética, generó una percepción que contribuyó a deteriorar la confianza en las instituciones. Por ello, al igual que lo ha hecho el Presidente de la República, ofrezco públicamente una disculpa”.

El 31 de agosto pasado, vino a México, Donald Trump, el candidato del Partido Republicado a la Presidencia de Estados Unidos que eligió el vilipendio de los mexicanos como eje temático de su campaña. La decisión de recibirlo en la casa oficial de Los Pinos se le atribuyó a Luis Videgaray Caso.

El martes 6, por la tarde, presentó su renuncia.

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