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Trump le pega a México… y aún no gana: la inversión extranjera y el peso resienten al bocón

12/09/2016 - 5:24 pm

Cuando el entonces precandidato Donald Trump avisó, en agosto del 2015, que confiscaría las remesas, el dólar subió a 16.77 pesos; cuando un mes después amenazó con renegociar o cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), aumentó a 17.30 pesos. Este año, en mayo, cuando el republicano Ted Cruz abandonó la carrera presidencial y dejó el camino libre al magnate, el dólar se alteró hasta los 18.05 por uno.

Ayer el mundo se enteró que su principal contrincante, Hillary Clinton, tiene neumonía y hoy la divisa estadounidense voló hasta los 19.47 pesos. Aunque la recaída de la moneda mexicana no es exclusivamente resultado de las elecciones del próximo 8 de noviembre, tanto el tipo de cambio como las inversiones de cartera y directas corren peligro.

Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– Cuando Estados Unidos tiene neumonía, México solo tiene un catarro, dijo el entonces Secretario de Hacienda Agustín Carstens Carstens durante la crisis del 2008. Ahora, a la aspirante demócrata Hillary Clinton le dio neumonía, ayer casi se desmaya, hoy canceló un viaje de campaña a California y, ante la posibilidad de que su estado de salud empeore y eso beneficie a su contrincante Donald Trump, el peso mexicano ha recaído a su peor nivel desde hace dos meses y medio.

“Durante los últimos cuatro meses, la moneda mexicana ha perdido en varias ocasiones cuando incrementa la probabilidad de que Trump gane las elecciones y recupera terreno cuando sus posibilidades disminuyen”, determinó Bloomberg.

La otra potencial víctima de la victoria de Trump son las inversiones extranjeras en México, claves para la productividad y crecimiento económico. Sobre todo las inversiones de cartera más que las directas.

La cotización del peso, a menos de dos meses de las elecciones, va a la par de las encuestas, aciertos y tropiezos de ambos candidatos, así como de otros factores económicos como la inminente alza de tasas de interés de Estados Unidos y la incertidumbre por el ajuste al gasto público de 2017, afirmaron economistas.

Se acerca la recta final y a pesar de los numerosos tropiezos de Trump, la carrera sigue cerrada. En la encuesta de CNN del pasado 6 de septiembre, el republicano encabezaba con el 45 por ciento de las preferencias, frente al 43 por ciento de Clinton. Pero en la más reciente del Washington Post, la ex Secretaria de Estado obtuvo el 46 por ciento de la intención de voto frente al 41 por ciento del magnate.

El jueves pasado el dólar en bancos brincó del piso de los 18, donde se había mantenido luego de las turbulencias por el brexit, a la barrera de los 19. Este día se siguió fortaleciendo. Hoy cerró hasta en 19.47 pesos, 29 centavos más que el viernes, por lo que desde que inició el año la divisa nacional se ha depreciado un 10 por ciento frente al billete verde.

El 26 septiembre de 2015, cuando el entonces precandidato Donald Trump amenazó con renegociar o cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), el dólar subió a 17.30 pesos. Este año, en mayo, cuando el republicano Ted Cruz abandonó la carrera presidencial y dejó el camino libre al magnate, el dólar se alteró a los 18.05 por uno.

Hace una semana Hillary Clinton, de 68 años, ya daba señales. Durante un discurso en Ohio enfrentó un ataque de tos. El vaso de agua no fue suficiente y siguió sin poder hablar. “Cada vez que pienso en Trump, me entra alergia”, bromeó después de pedir una disculpa.

La campaña de Trump ha cuestionado varias veces la salud de la demócrata. Para ella es “una estrategia retorcida”. En 2012 se trató un coágulo formado tras una caída que sufrió al desmayarse. Tres años después, al arranque de la carrera presidencial, aseguró que eso estaba superados y que, de acuerdo con un chequeo, gozaba de buena salud.

El mes pasado, Donald Trump la retó por Twitter a publicar su historial médico completo. “Yo no tengo problemas en hacerlo, ¿los tiene Hillary?”, cuestionó. Hoy le deseó que se recuperara y prometió transparentar el suyo.

Sin embargo, el comportamiento del tipo de cambio no es exclusivamente atribuible al efecto Trump.

El economista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), Marcelo Delajara, recordó en entrevista que en Estados Unidos sigue pendiente la continuación del incremento en la tasa de interés. En 2015 la Reserva Federal decidió elevarla a un rango de entre 0.25 y 0.50 por ciento luego de siete años sin cambios.

“Estamos en un nivel de volatilidad muy elevado por lo que cualquier noticia podría parecer que está influyendo en la cotización del peso. Que Hillary Clinton tenga un problema de salud se asocia con la posibilidad de que Trump gane y eso le pegaría a México, pero por detrás están otros fenómenos: la debilidad de la economía mundial y la posibilidad de que se suban las tasas de interés en Estados Unidos tarde o temprano”, aseguró.

El especialista descartó que las campañas y resultados en las elecciones el próximo noviembre influyan en la decisión de la Reserva Federal, ya que es autónoma y actúa con base en el comportamiento de la inflación y el nivel de desempleo. Por ello, dijo, cada que se publican datos económicos sobre la economía estadounidense, los inversionistas se mueven y con ello el valor del dólar.

¿EL EFECTO TRUMP FRENA LAS INVERSIONES?

La embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, admitió en un evento de The Economist que ha habido un ligero paro en las inversiones de Estados Unidos hacia México en el contexto de las elecciones, donde la retórica ha sido “elevada” y Donald Trump ha amenazado con renegociar o cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como confiscar las remesas, las cuales juegan un papel importante para reforzar al peso.

“(A las empresas) les preocupa la seguridad, les preocupan las elecciones. Es muy difícil probar en qué momento se pierden oportunidades. Pero sí veo que hay gente, compañías que están aguantándose (para invertir), aunque no mucho, unos meses”, declaró el jueves pasado.

Irving Rosales, economista de la Universidad Iberoamericana, especificó en entrevista que se trata de la inversión de cartera.

“La inversión de cartera (compra de bonos u otros instrumentos financieros) ha mostrado volatilidad durante un año y medio. Ha respondiendo a la inseguridad, a lo que sucede en las elecciones de Estados Unidos, a la decisión de la Reserva Federal y a los precios del petróleo. Es la que tiene mayor incertidumbre”, dijo.

De acuerdo con la balanza de pagos reportada por el Banco de México (Banxico), en el segundo trimestre del año hubo una salida neta de 4 mil 764 millones de dólares en la cuenta de inversión de cartera; y una entrada neta por 5 mil 286 millones de dólares en la cuenta de otra inversión.

A nivel mundial, los agentes están siendo cautos al momento de comprar papel comercial e invertir en proyectos productivos por “el discurso conservador” de Donald Trump respecto a la apertura comercial de compañías de Estados Unidos, expuso Rosales. Los inversionistas están atentos al nivel de probabilidad de que llegue a la Casa Blanca.

De acuerdo con el economista Delajara, no hay datos duros acerca de que la inversión real se haya detenido en el país. Pero ante la aversión al riesgo por la economía mundial y la situación particular de cada nación, los inversores están vendiendo activos denominados en moneda extranjera y están volviendo a comprar activos en dólares, “pero no es un fenómeno exclusivo de México”.

Entre enero y junio de 2016 México registró 14 mil 385 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa (IED), un 4.6 por ciento más que el mismo periodo de 2015 (13 mil 749.7 millones de dólares). Los dólares vinieron principalmente de Estados Unidos, de acuerdo con la Secretaría de Economía.

El 62.4 por ciento fue destinado a la industria manufacturera y el 11.5 por ciento a servicios financieros.

La IED se originó de Estados Unidos con 5 mil 041.2 millones de dólares (35 por ciento), Israel 2 mil 014.8 millones de dólares (14 por ciento), España, mil 850.2 millones de dólares (12.9 por ciento), Alemania, mil 092.9 millones de dólares (7.6 por ciento), Canadá 848.9 millones de dólares (5.9 por ciento) y Japón 804.3 millones de dólares (5.6 por ciento).

La cifra ha ido al alza.

En 2014 México recibió 26 mil 948 millones de dólares por IED, de los cuales 8 mil 772.1 millones de dólares vinieron de Estados Unidos. En 2015 subió a un total de 32 mil 056.5 millones de dólares, de los cuales 16 mil 587.6 millones de dólares tuvieron origen estadounidense.

Respecto a los fondos de capital privado, en 2015 llegaron 37 mil 150 millones de dólares, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Fondos de Capital Privado (Amexcap) y estima que en 2016 sean 44 mil millones de dólares. A pesar de los ajustes al gasto público, “México se convirtió en un país receptor de capital privado muy importante a nivel mundial por su estabilidad financiera”, dijo su presidente Antonio Ruiz Galindo.

Asimismo, en junio el gobierno colocó en el mercado japonés bonos samurái de deuda por un monto total de mil 250 millones de dólares, con lo que concluyó su programa de financiamiento externo de 2016, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En esa operación se alcanzó una demanda por más de 180 mil millones de yenes, equivalente a 1.3 veces el monto emitido, y se contó con la participación de más de 190 inversionistas de distintos sectores del mercado japonés.

 

 

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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