ElDiario.es

Tres paseos por Roma: para enamorarse por primera vez de la ciudad eterna

13/01/2017 - 12:01 am

De la ciudad imperial al Trastévere pasando por la Roma renacentista y los tesoros vaticanos. Tres paseos completos y realistas para visitar lo más destacado de la capital de Italia en un par de días.

Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 13 de enero (SinEmbargo/ElDiario.es).– El genial escritor francés Henry Beyle, conocido por su pseudónimo Stendhal, dedicó más de diez meses en hacer el ‘trabajo de campo’ para su espectacular Paseos por Roma, para nosotros uno de los mejores libros de viaje clásicos de todos los tiempos. Diez meses; nada más y nada menos. Diez meses de paseos, visitas, charlas, recreo, minuciosa disección de una de las ciudades más fastuosas y hermosas del mundo. El viajero del siglo XXI rara vez puede dedicar más de tres o cuatro días (con mucha suerte) a sus viajes y escapadas. A tiro de línea aérea de Low Cost desde casi cualquier sitio de Europa, una escapada a Roma es siempre una oportunidad de recrearse en la belleza. Siempre es un placer viajar a Roma.

Pero siempre hay una primera vez. Y esa primera vez tiene que ser lo suficientemente exhaustiva como para volver a casa con la sensación de conocer la ciudad. El último viaje que hicimos lo dedicamos a diseñar estos tres paseos. Y podemos decir que, en tres días, nos dio tiempo a ver todo esto y bien visto.

PASEO 1: LA ROMA IMPERIAL Y UN POQUITO MÁS

El imponente Coliseo. Foto: Paolo Costa Baldi. Licencia: GFDL/CC-BY-SA 3.0
El imponente Coliseo. Foto: Paolo Costa Baldi. Licencia: GFDL/CC-BY-SA 3.0

Nos alojamos en un pequeño y precioso apartamento de la Vía Cavour, un lugar ideal para recorrer gran parte de la ciudad a pie. Es recomendable iniciar el paseo lo más temprano posible, teniendo en cuenta que las iglesias de Roma abren a las 7:00 de la mañana. Por eso iniciamos el paseo dándonos una vuelta por la Basílica Papal de Santa María Maggiore, una de las siete grandes iglesias de la ciudad. Es una de las maravillas de la ciudad. Fastuosa. Desde sus techos recubiertos de oro a los mosaicos. Desde aquí bajaremos caminando por la Vía Paolina y la Vía Sforza (paralelas a Cavour) para llegar a la Basílica de San Pietro in Vincoli que guarda una de las obras maestras de la escultura universal: el Moisés esculpido por Miguel Ángel.

Si hemos empezado a caminar a las 8:00 de la mañana, serán poco más de las 9:30 cuando estemos bajo las arcadas del Coliseo. Para evitar las colas (de hasta una hora) conviene sacar las entradas por anticipado que también dan acceso al Foro y al Monte Palatino. Este espectacular estadio con capacidad para más de 50.000 espectadores se construyó en el siglo I y pese a los expolios y destrozos sigue siendo uno de los grandes monumentos del mundo. La visita suele durar entre una hora y media y dos horas. Merece la pena sacar la audio guía para descubrir todos los secretos de un edificio sencillamente imponente. Nosotros cada vez que vamos a Roma repetimos; no podemos resistirnos.

Junto al Coliseo se encuentra el Arco de Constantino, un adelanto de lo que nos espera. El Foro Romano y el Monte Palatino acumulan el mayor y más espectacular conjunto de restos de la antigua Roma de toda la ciudad. Explorar a fondo este enorme yacimiento arqueológico requiere de muchas horas. Nosotros, en una primera visita, recomendamos detenernos sólo en los miradores y en el Antiquarium del Palatino. En una hora y media podemos salir junto a los Foros Imperiales y caminar hasta Piazza de Venecia deteniéndonos en joyas como el Foro de Trajano y la Columna de Trajano, un espectacular ‘comic’ en piedra que narra la victoria del Emperador Trajano sobre los dacios.

La Vía Margana es una puerta excelente para adentrarse en el laberinto del Ghetto, antiguo barrio de los judíos y, hoy, uno de los lugares más encantadores de la ciudad. Además es un muy buen lugar para detenerse a comer para retomar fuerzas. Hay buenos lugares, y baratos, en el entorno de la Fuente de las Tortugas. Desde aquí callejeamos hacia el sur hasta encontrarnos con los restos del Teatro de Marcello y, siguiendo la Vía Luigi Petroselli, los templos romanos de Portuno y Ercole Vincitore, de los mejor conservados de la ciudad. Justo en frente de estos dos templos de época imperial se encuentra la iglesia románica de Santa María in Cosmedin, dónde se encuentra la famosa Boca de la Veritá.

Si has sido comedido en tu visita, deberán ser entre las cuatro y las cinco de la tarde. Aún puedes ir caminando hasta la Via Della Greca y tomar ahí la línea de buses local número 628 destino Baronio (procura quedarte del lado del conductor para ver desde las ventanillas el Circo Massimo) y bajar un par de minutos después junto a las imponentes Termas de Caracalla otro de los edificios que, aunque hoy totalmente en ruinas, da una idea de lo imponente de la civilización romana.

PASEO 2: LOS TESOROS VATICANOS Y EL TRASTEVERE

San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Foto: Wikimedia Commons
San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Foto: Wikimedia Commons

Para garantizarse la entrada a los Museos Vaticanos conviene ir temprano y tener en cuenta que los domingos están cerrados. La mejor manera de acercarse, desde la zona de Cavour es a través de la Línea A del metro con parada en Ottaviano o Cipro. Como sucede con otros lugares de Roma, una visita pormenorizada a todos los tesoros vaticanos llevaría días. Hay un recorrido corto que permite ver lo más importante, como el Museo Egipcio, las impresionantes salas dedicadas a la escultura –babeamos con el Laocoonte-, la galería de los mapas y la indescriptible Capilla Sixtina. Pagar el extra de la audio guía es más que recomendable, sobre todo para descubrir los detalles que se esconden en la capilla. Con dos horas y media en el museo es más que suficiente. Tomar algo en la cafetería es muy barato. Nosotros, esta vez, llegamos muy temprano, hicimos la cola, entramos en el primer turno y desayunamos en los museos por menos de tres euros por persona.

Después de salir de los museos hay que dirigirse a la Via di Porta Angelica para acceder a los tornos de seguridad que dan acceso a la Piazza de San Pedro y a la Basílica de San Pedro, el templo católico más importante del mundo y un compendio maravilloso de arquitectura, pintura y escultura que trasciende lo religioso. No es mal plan pagar los ocho euros que cuesta subir hasta la cúpula. Las vistas sobre Roma son impresionantes.

Si nos has hecho caso, tendrías que salir de la basílica sobre las dos de la tarde. Te recomendamos seguir por la Via della Conziliacione hasta el Castillo de San Ángelo, antiguo mausoleo del emperador Adriano reconvertido por los papas en fortaleza en la Edad Media. Junto a la fortaleza puedes tomar la línea 23 con destino Pincherle/Paravano hasta Lungotevere degli Anguillara (siete paradas) y de ahí internarse por las calles encantadoras y sugerentes del Trastevere . Más allá de darse el gusto del callejeo sin rumbo, hay que visitar la preciosa Basílica de Santa María del Trastevere, joya del románico con fabulosos mosaicos y subir hasta San Pietro in Montorio, desde dónde se ven espectaculares vistas sobre el barrio y la orilla opuesta del Tíber.

También hay que aprovechar la ocasión para pasar por la Isola Tiberina (Isla Tiberina), donde se construyó, sobre los cimientos del antiguo templo al dios Esculapio (patrón de la medicina), la Iglesia de San Bartolomeo y dejar que caiga la noche para cenar en alguno de los animados restaurantes del barrio. El tranvía es una buena opción para volver a la zona de Termini Cavour al finalizar el día.

PASEO 3: LA ORILLA OESTE DEL TÍBER

La Fuente de Trevi. Foto: RaBoe/Wikipedia
La Fuente de Trevi. Foto: RaBoe/Wikipedia

Roma se reinventó a sí misma durante el Renacimiento. El primer paseo lo dedicamos a ver las huellas de la ciudad imperial y este tercer itinerario lo centraremos en la ciudad del Renacimiento y el Barroco con algunas imprescindibles incursiones a la antigüedad. Seguimos con las buenas costumbres y vamos a primera hora de la mañana hasta la Villa Borghese, antiguo jardín de recreo del palacio de la familia homónima y asiento de la Galería Borghese, un espectacular palacete renacentista que acoge una de las colecciones de arte más impresionantes del mundo. Después de una buena sesión de arte podemos ir caminando hasta la Piazza del Popolo (que marcaba el límite norte de la ciudad) pasando por los templos de Antonio y Faustina y el de Escolapio, que se encuentran dentro del enorme parque. El paseo merece la pena. Una vez ya en plena ciudad, el viajero puede admirar el impresionante Obelisco Flaminio de la Piazza del Popolo, esculpido en honor al mítico faraón Ramses II.

De aquí parten las calles más exclusivas de la ciudad en las que alternan las firmas de lujo más prestigiosas con galerías de arte y anticuarios. Nosotros recomendamos ir por la Vía del Babuino hasta la Plaza de España, otro de los espacios icónicos de la ciudad. Desde ahí, el callejeo debe ir encaminándonos a otro mito romano, la Fontana de Trevi, casi siempre atestada de hordas de turistas. No es mala idea volver a visitar estos dos espacios por la noche. Nuestra ruta de urgencia nos lleva ahora hasta el que dicen es el edificio más hermoso del mundo: el Panteón de Agripa. Es el único templo romano que se ha mantenido más o menos intacto hasta la actualidad. Un edificio que, por su armonía y belleza, emociona. Por lo menos a nosotros. Muy cerca se encuentra la bellísima Santa María Sopra Minerva, la única iglesia gótica de Roma. Junto a su entrada se encuentra el Obelisco de Minerva, conocido popularmente como el ‘pulcin’ de Minerva (cerdito de Minerva), un obelisco egipcio montado sobre un elefante que es obra del taller de Bernini.

Aún faltarán bastantes horas de luz solar cuando lleguemos a la Piazza Navona, uno de los espacios escénicos más impresionantes de la ciudad. La famosísima Fontana de los Cuatro Ríos, de Bernini, preside esta plaza monumental en la que hay otras dos fuentes (la Fuente del Moro en su extremo sur y la Fuente de Neptuno en el norte) y edificios notables de la talla de Sant’Agnese in Agone. Desde aquí podemos seguir nuestro paseo hasta el Campo dei Fiori, las ruinas romanas del Largo di Torre Argentina para terminar la jornada subiendo las escalinatas del grandilocuente Monumento a Víctor Manuel II, en Piazza Venezia, desde dónde se disfruta de impresionantes vistas. Si aún tienes ganas de caminar un poco más, teniendo en cuenta que ya habrá caído la noche, puedes acercarte hasta la Iglesia del Santi Luca y Martina desde donde puedes hacer impresionantes fotos nocturnas sobre el Foro Romano.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ElDiario.es. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video