Autora: Claudia Ocampo
Los ojos de los seres humanos y algunos animales están configurados para que, al unir la visión de ambos órganos, el cerebro pueda apreciar lo que llamamos la tercera dimensión, es decir, la profundidad del lugar donde se encuentran las cosas. Si cerramos un ojo nos podemos dar cuenta fácilmente de este hecho al no percibir los objetos o escenas en tercera dimensión.
En el cine, la búsqueda de lograr un mayor realismo en las películas se basó en este principio para crear dispositivos que permitieran al espectador experimentar las escenas en tercera dimensión y sorprenderse con monstruos, paisajes o vehículos que parecen salirse de la pantalla. Los lentes especiales siempre han sido el mejor aliado de esta tecnología que se usó por primera vez en una película a color en 1953, House of Wax o Los crímenes del museo de cera, y cuya filmación comenzó el 19 de febrero de ese año. Para el 9 de abril, este título ya se encontraba en los cines.
En la historia podemos conocer a Henry Jarrod, un artista cuyas esculturas humanas hechas de cera se ven muy reales y van desde Juana de Arco hasta María Antonieta. Sin embargo comienzan algunos problemas económicos y su socio intenta convencerlo de abrir una casa de terror para generar ingresos con su talento. Jarrod se niega, y su socio destruye su taller esperando poder cobrar el seguro, aunque se cree que durante el incendio el artista murió. Sin embargo 18 meses después aparece sorpresivamente y abre una exhibición de terror, esperando poder rehacer su más apreciada escultura: Maria Antonieta, al conocer a una joven que encaja perfectamente con el aspecto físico de la reina.
Estos son algunos datos curiosos sobre la película:
- El director, André De Toth, no pudo ver el efecto en 3D, ya que era ciego de un ojo.
- De acuerdo al libro Guinness, esta película no fue la primera en 3D, a color o con sonido, sino que fue la primera película en 3D con sonido estereofónico.
- Ha sido uno de los más grandes éxitos del estudio Warner Brothers.
- El nombre original del personaje principal era Ivan Igor, pero se cambió para evitar problemas con las personas de procedencia rusa.
- Esta versión es un remake de la primera versión, Los crímenes del museo, que se estrenó en 1933.
- El personaje principal originalmente era adicto a la heroína, pero esa característica se eliminó debido a que no querían hacer alusión al uso de drogas.
- Existe una escena con una guillotina, para la que se usó una real, y se tuvo que hacer en una sola toma.
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo
