Ciudad de México, 13 abr (dpa/efe) – El sacerdote mexicano Alejandro Solalinde anunció hoy que mañana intentará por segunda vez trasladar una caravana de migrantes centroamericanos a Ciudad de México, tras haber sido detenida el jueves por la Policía y las autoridades migratorias.
“Por encima de cualquier ley, están los derechos humanos”, dijo Solalinde a la prensa, a la que recalcó que la acción no tiene fines políticos ni de reto al Estado.
La caravana, conocida como “el viacrucis del migrante”, tiene como objetivo visitar organizaciones defensoras de derechos humanos y culminar con una visita a la Basílica de Guadalupe, en la capital, como una forma de evidenciar la crisis de quienes cruzan las fronteras mexicanas.
Por su parte, una delegación de Amnistía Internacional encabezada por el director de la organización en México, Perseo Quiroz, visitará a los integrantes del Viacrucis en Ixtepec para evaluar la situación de seguridad en que se encuentran.
Al respecto, Quiroz consideró que lo hace el Instituto Nacional de Migración (INM) “es ilegal” ya que viola el artículo 76 de la Ley de Migración.
Esta disposición señala “que no se pueden hacer verificaciones (migratorias) en lugares donde se encuentren personas migrantes hospedadas por organizaciones de la sociedad civil o por ciudadanos que realicen actos humanitarios de asistencia o proporcionen protección a estos”, apuntó.
Mañana a las 10.00 hora local (15.00 GMT) habrá en el albergue una conferencia de prensa para dar a conocer la situación de inseguridad que padecen los migrantes y sus defensores debido al dispositivo de vigilancia del INM, señaló Quiroz.
El viernes Solalinde denunció que la caravana, formada por más de 400 inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, fue “saboteada” por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) cuando intentaron llegar a Ciudad de México. Según dijo, amenazaron a los dueños del transporte con denunciarlos por tráfico de personas.
El INM ha asegurado en un comunicado que las acciones que realiza tienen como fin “garantizar la seguridad de las personas extranjeras que transitan por el territorio nacional” y que respetarán el libre tránsito de las personas sin importar su nacionalidad, “siempre y cuando tengan el permiso de estancia legal”.
Solalinde sostuvo que si la INM y la Policía detienen a los migrantes de la caravana contituirá “la violación a sus derechos humanos y un desacato a los acuerdos internacionales”, por lo que a su llegada a la capital buscará dialogar con el secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong.
El sacerdote, representante del albergue “Hermanos en el Camino”, en el estado sureño de Oaxaca, señaló que unos 300 migrantes, entre hondureños, nicaragüenses y guatemaltecos, se encuentran en el refugio, a la espera de regularizar su situación en el país.
La caravana inició el 24 de marzo en la frontera con Guatemala, al sur de México, como el tradicional vía crucis por Semana Santa.
De acuerdo con la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés), México deportó durante los dos primeros meses de este año unos 25 mil centroamericanos, el doble de expulsados el mismo periodo de 2014.
Además de la WOLA, diversas organizaciones han denunciado que el gobierno mexicano no garantiza plenamente la seguridad de los inmigrantes, que durante su travesía, frecuentemente son víctimas de asaltos y violaciones por parte de grupos criminales o, en algunos casos, de abusos por parte de la policía.
