Trasnochadores tienen un coeficiente intelectual por encima de la media, pero son poco confiables, según estudio

13/08/2013 - 10:45 pm
Foto: Cuartoscuro
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Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo).- Entre los seres humanos, los hábitos suelen ser determinantes al momento de relacionarse unos con otros. Sin embargo, estos también revelan en gran medida la personalidad de cada individuo. Un estudio científico indagó en las costumbres nocturnas, en particular aquellas relacionadas con el sueño, revelando diferencias significativas entre trasnochadores y aquellos que duermen a sus horas.

De acuerdo con el psicólogo de la London School of Economics, Satoshi Kanazawa, el mundo se divide en aquellos que no son personas antes del primer café de la mañana y los que sí. Una diferencia aparentemente trivial, pero que sirvió para enfocar un estudio.

El estudio llevado a cabo por el equipo de Kanazawa, reveló que las personas noctámbulas tienden a ser también más irracionales que la mayoría y, en general, poco fiables en sus conductas. No obstante, también son más inteligentes, publicó el diario español ABC.

Científicamente, el hecho de que existan sujetos con mayor inclinación hacia el día o la noche para realizar sus actividades se atribuye a los llamados ritmos circadianos; ciclos de 24 horas que regulan el reloj biológico en periodos de sueño y vigilia.

De esta manera se asume como normal que el tiempo de sueño en un humano –que por naturaleza es un animal diurno– comience a medida que se apaga la luz solar. En esta fase el cuerpo entra en un estado que podría considerarse como de “ahorro de energía” en el que la temperatura corporal desciende y se dejan de segregar hormonas.

De igual manera, al llegar a este punto de la jornada se van apagando otros sistemas; se abandona el estado de alerta, disminuyen los reflejos al grado de la torpeza, hasta que se llega al mínimo de actividad entre las 3 y las 6 de la madrugada.

Dichos ritmos se autoregulan si se respeta una rutina acorde con nuestros hábitos vitales. Sin embargo, cuando un individuo no puede descansar respetando lo que dicta su reloj interno, los ritmos circadianos se salen de su regulación y se pierde una parte importante de nuestras capacidades físicas y mentales.

Sin embargo, recientes estudios indican que hay personas que se salen de la norma, pero además estas peculiaridades que involucran a los hábitos de sueño los dotan de otro tipo de cualidades que los diferencian del resto de las personas.

Al respecto, las investigaciones de Kanazawa descubrieron que los trasnochadores o personas nocturnas tienden, en general, a tener un coeficiente intelectual por encima de la media.

Foto: Wikimedia Commons
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La conclusión que extrajo el equipo de investigadores es que estas personas están más adaptadas a los tiempos modernos y abandonaron las costumbres de sus ancestros, por ser otras más complejas y evolucionadas.

No obstante, esta superioridad lleva consigo un punto en contra. En este caso los noctámbulos demostraron ser también más irracionales y en general poco fiables en sus reacciones y conductas.

En el caso contrario, de acuerdo un estudio dirigido por la psicóloga Marina Giamnietro en 2008, las personas diurnas tienden a ser más ordenados y, a un nivel psicológico, es poco habitual que desarrollen trastornos de la personalidad como depresiones o adicciones.

Los noctámbulos tienen ciclos circadianos más largos de lo habitual y, según explican los investigadores Ibcia Santibáñez Lara y Jorge Sánchez Vega, éstos tienen desplazados los periodos de sueño y sienten la necesidad de acostarse más tarde, alrededor de las 2 de la madrugada.

Estos personajes trasnochados, a diferencia de los demás seres humanos, alcanzan el climax de su actividad y generalmente son más productivas y creativas después de la medianoche.

Por otra parte, si se les obliga a levantarse temprano y llevar ritmos muy matutinos, es probable que atraviesen periodos de somnnolencia excesiva y les cueste iniciar sus actividades demasiado temprano, ya que su ritmo natural los inclina a levantarse después de las 10 de la mañana.

En cambio, las personas con un ciclo circadiano “normal” o adelantado se levantan espontáneamente entre las 5 y las 6 de la mañana y rara vez se acostarán más tarde de las 11 de la noche. Estas personas, por su parte, tienden a hacer las tareas que requieran más esfuerzo físico y mental por las mañanas, mientras que su ritmo de producción decae a lo largo de la tarde.

Si se obliga a estas personas a trabajar en turnos nocturnos es probable que no se adapten con facilidad al ritmo y pierdan eficacia en sus tareas diarias, justamente como ocurre con los nocturnos cuando se les obliga a despertarse temprano para trabajar.

en Sinembargo al Aire

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