Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).– La noche del 26 de septiembre, mientras elementos de la Policía Municipal de Iguala secuestraban 43 estudiantes normalistas, el titular de la corporación, Felipe Flores Vázquez -hoy prófugo-, le dijo a los mandos del cuartel militar ubicado en la zona que “no estaba pasando nada”.
Así lo informó hoy la Diputada federal por el Partido del Trabajo (PT), Lilia Aguilar Gil, al salir de una reunión entre la comisión legislativa de seguimiento al Caso de Ayotzinapa y el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda.
“Ellos [los militares] hablaron con el director de Seguridad Pública, y el director de Seguridad Pública de Iguala no sólo les dijo que no sucedía nada, sino que era mentira, que no había habido balacera, que no había habido enfrentamiento, que todo estaba en paz. Y el encargado de Seguridad Pública del Estado dijo ‘yo no sé nada, y sólo voy a intervenir cuando me lo digan”, dijo Aguilar ante preguntas de los reporteros en la Cámara de Diputados.
La legisladora informó también que, en su comparecencia ante la comisión, el Secretario general insistió en explicar que, esa noche, en la que los policías municipales habrían asesinado a seis personas y secuestrado a los 43 estudiantes –a quienes además entregaron a un grupo criminal que a la postre los asesinó e incineró- el Ejército no intervino debido a que, según su protocolo, sólo pueden hacerlo a petición de las autoridades civiles constituidas.
“Esto nos dice el Secretario, que hay un protocolo en el que tienen que preguntar a las autoridades municipales primero y a las estatales después qué es lo que está pasando para tener una intervención, porque la Constitución no les permite más”, dijo Aguilar.
La Diputada mencionó también que, ante pregunta expresa, Cienfuegos les mostró mapas y les aseguró que, por la distancia, los militares no estuvieron en condiciones ni de escuchar los disparos ni de ver las llamas del incendio “porque era un día lluvioso”. También, que de los 500 militares asignados al cuartel ubicado en Iguala, sólo quedaban poco más de 20 porque los demás tenían día franco.
