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Déficit de atención y adicciones abren debate entre expertos

13/11/2015 - 12:00 am

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es más común en la infancia. ¿Qué pasa cuando un adulto lo padece? Especialistas dicen que existen casos donde se relaciona con el abuso de sustancias; otros explican que sucede todo lo contrario: que reduce el consumo de drogas.

Expertos aseguraron que el déficit de atención en la edad adulta puede estar relacionada con el abuso de sustancias. Foto: Twitter.
Expertos aseguraron que el déficit de atención en la edad adulta puede estar relacionada con el abuso de sustancias. Foto: Twitter.

Por Leah Sottile

Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo/ViceMedia).– “Te despiertas, todo está bien. A eso de las cinco de la tarde y tu vida está al revés”.

Tienes que encontrar un nuevo trabajo, te echaron de tu departamento. Una vez que una cosa sale mal, todo sale mal”, dice Niall Greene, diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

Cada uno de los reportes escolares de Niall Greene contaba la misma historia: era un buen niño, completamente capaz, pero sus profesores siempre incluían una advertencia: “se distrae con facilidad”.

“Me di cuenta que tenía mucha dificultad para integrarme”, recuerda Greene, quien fue criado en un pequeño pueblo en Irlanda del Norte, a unos 30 kilómetros de donde vive actualmente. “No funcionaba muy bien en grupos; ahora sé por qué era”.

Le tomó más de un década saberlo, una década plagada de drogas, licor, doctores, terapeutas, centros de rehabilitación y un intento de suicidio, hasta que, cuando ya era adulto, le diagnosticaron TDAH.

Cerca del 25 por ciento de los adultos que son tratados por abuso de alcohol y otras sustancias también tienen TDAH, según WebMD. Normalmente, las dos cosas van de la mano, ya que rasgos como la impulsividad y la hiperactividad (típicos del TDAH) hacen que sea más fácil caer en patrones de adicción. Asimismo, el estrés de vivir con esta enfermedad hace que cumplir con las tareas más fáciles se vuelva imposible.

“Atiendo a muchas mujeres jóvenes que aseguran haber superado esta enfermedad, pero es porque el trabajo que a la mayoría de las personas les toma dos horas, a ellas les toma cuatro. Y lo logran porque llegan al trabajo temprano y se quedan hasta tarde”, dice el doctor Timothy Wilens, Jefe de Psiquiatría Infantil en el Hospital General de Massachusetts.

Wilens es el autor de un estudio de 2010 titulado Una difícil realidad: el TDAH lleva al abuso de sustancias. En él, sugiere que entre el 15 y el 25 por ciento de los adultos que sufren desórdenes asociados al consumo de sustancias también tienen este padecimiento. Wilens afirma que el riesgo de caer en el abuso de sustancias en personas con TDAH es “dos o tres veces mayor” que para personas que no lo sufren.

Y, entonces, surge la pregunta: ¿Las características del TDAH llevan a la adicción o la manera en la que los pacientes con TDAH son tratados (normalmente con Adderall y Ritalina) incita el abuso de sustancias?

Cuando era adolescente, la conducta de Greene no era considerada como TDAH. “Si no estoy recibiendo suficientes estímulos, creo mis propios estímulos”, explica. Para él, esos estímulos llegaron en forma de drogas y alcohol. Desde que tenía 15 perdía el conocimiento cada vez que bebía; para cuando tenía 20 era un consumidor compulsivo de cocaína y de vez en cuando se tomaba hasta cinco pastillas de éxtasis al mismo tiempo. Él es muy claro al decir que no lo hacía por diversión sino por la desesperación.

A los 18 se mudó de Irlanda del Norte a Nueva York, en donde, según él, “gastaba cada centavo bebiendo”. Después de eso fue de ciudad en ciudad: Liverpool, Galway, Dublín. No podía mantener un trabajo y nada era muy estable. Si no estaba tomando estaba gastando su dinero en máquinas de póker.

Después de haber pasado por un programa de rehabilitación por abuso de sustancias, Greene fue atendido por una siquiatra que pensó que podría tener TDAH. Esa fue la primera vez que alguien le sugirió ese diagnóstico, lo que hizo que Greene se fuera a la única biblioteca de su pueblo para saber más del trastorno, pero no encontró nada acerca de cómo las personas adultas lidiaban con él.

Lo anterior se debe probablemente a que hasta hace poco no se creía en la existencia del TDAH en adultos. Según el doctor Howard Schubiner, quien ha investigado el trastorno a profundidad, “se pensaba que era un trastorno infantil que desaparecía con la llegada de la pubertad”.

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades estima que 6.4 millones de niños entre los cuatro y 17 años han sido diagnosticados con TDAH en Estados Unidos. Cuando crecen la enfermedad persiste. Aproximadamente el 4.4 por ciento de los adultos en Estados Unidos luchan con este trastorno, lo que en 2000, se estimó, representaba más de 31 mil millones de dólares en costos de salud y horas laborales perdidas.

De cualquier forma, el problema es que el TDAH se manifiesta de maneras distintas en la adultez. La hiperactividad, una de las cualidades asociadas con el trastorno, sí parece disminuir con los años. Por otro lado, la falta de atención no mejora.

“Sigue ahí pero muy interiorizada”, dice Schubiner. Una de las formas en las que se expresa en los adultos es con las adicciones. En un estudio de 2005, Schubiner notó que entre el 20 y el 40 por ciento de los adultos con este tipo de padecimiento tienen una historia con el abuso de sustancias.

Aunque es un trastorno generalmente infantil, también se presenta en distintas etapas de la vida adulta. Foto: Shutterstock
Aunque es un trastorno generalmente infantil, también se presenta en distintas etapas de la vida adulta. Foto: Shutterstock

La investigación muestra que las personas con TDAH acuden a las drogas para compensar el déficit de dopamina en sus cerebros. Schubiner y otros investigadores también han cuestionado si el tratamiento regular para pacientes con este trastorno (que incluye estimulantes como el Adderall) los puede llevar hacia un patrón de abuso de sustancias.

Hasta ahora, ese no parece ser el caso. “Hay muy poca evidencia que indique que tratar el TDAH aumenta el riesgo de abuso de sustancias o cigarrillos, de hecho, lo reduce”, asegura Wilens, haciendo referencia a un estudio con 25 mil pacientes con esta condición que mostró un notable descenso del comportamiento criminal (incluyendo crímenes relacionados con drogas) en aquellos que tomaban medicamentos para tratar el trastorno. “Las señales parecen indicar que si eres juicioso con la medicación, el riesgo de caer en patrones de adicción se irá reduciendo gradualmente; como mínimo, el tratamiento no hace que el riesgo aumente”.

“Creo que todas las personas en este campo están de acuerdo: si puedes conseguir un apoyo para superar tu adicción deberías pensar en tratar el TDAH relativamente pronto”, dice. “Si tratas el TDAH de forma agresiva y monitoreas el abuso de sustancias, vas a reducir la delincuencia”.

Después de que Greene fuera diagnosticado con TDAH y completara el programa de tratamiento, finalmente pudo encontrar estabilidad. Sin embargo, cree que hasta el día de hoy el TDAH en adultos sigue teniendo un estigma: “Es la oveja negra de las condiciones de salud mental”, afirmó.

El año pasado, sin embargo, el Daily Mail publicó una columna escrita por un doctor que negaba la existencia del TDAH. “Después de 50 años de practicar la medicina y de ver a cientos de pacientes demostrando síntomas de esta enfermedad, llegué a la conclusión de que no existe tal cosa”, escribió. La columna también sugiere que diagnosticar adolescentes con TDAH y tratarlos con estimulantes ignora “la causa real de sus problemas” que, según él, es el uso de sustancias como la mariguana y el alcohol.

Para Greene, lo contrario parece ser verdad. Él afirma que el tratamiento de su adicción al alcohol y a las drogas le abrió la posibilidad de ser diagnosticado, y que por primera vez siente que tiene el control. Hace tres años, Greene fundó Adult ADHD NI, una organización sin ánimo de lucro dedicada a ayudar a otras personas en Irlanda del Norte con esta condición. Ahora está concentrado en ayudar a niños y a adultos que luchan contra este trastorno, sin importar que algunos doctores todavía piensen que el TDAH no existe. “Yo acepto el desafío” dice.

Greene recuerda ese sentimiento de estar perdido. Él ve el alivio en el rostro de sus clientes cuando se dan cuenta de que no son los únicos sintiéndose así. Estar juntos hace que se rían un poco más. Que se relajen.

Todos son capaces, dice sólo un poco distraído. Él conoce el sentimiento.

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