El “beso japonés” provoca epidemia de parches entre estudiantes; médicos advierten de los riesgos del oculolingus

14/06/2013 - 12:30 am
Foto: Tumblr
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Ciudad de México, 14 de junio (SinEmbargo).- Los fetiches sexuales suelen variar y abarcar una gran variedad de gustos. No obstante, a veces pueden ser riesgosos para quienes los practican. Mientras que algunas aficiones no suelen abandonar el terreno de lo inofensivo, hay otras tendencias que pueden convertirse en un problema de salud, como el caso del llamado “Beso japonés”.

A la atracción sexual hacia los ojos ajenos también se le llama de muchas maneras: oculolinctus, oculofilia e incluso oculolingus. Consiste básicamente en el disfrute de lamer, tocar y a veces intentar penetrar la zona ocular.

Sin embargo, expertos oculistas están preocupados de que esta moda gane popularidad entre los jóvenes, sobre todo luego de las noticias de estudiantes en Japón que se atrevieron a probar sus límites oculares y causaron varios casos de conjuntivitis, informó el Daily Caller.

En un salón de clases, un tercio de estudiantes que promedian los 12 años de edad confesó haber sido lamido o haber lamido los globos oculares de otros. La dirección escolar sólo se dio cuenta que algo pasaba cuando algunos de los estudiantes lamidos se presentaron a la escuela con parches en los ojos, publicó ShanghaiList.com.

Foto: Suehiro Maruo
Foto: Suehiro Maruo

Al menos como referencia visual, la cultura japonesa contemporánea está profundamente ligada a esta práctica e incluso hay ejemplos claros en la cultura popular de este país. El artista manga, ilustrador y pintor japonés Suehiro Maruo es famoso, entre otras cosas, por representar este tipo de actos.

No obstante, el “beso japonés” no es una práctica aislada en la que los ojos son protagonistas. El “pink eye” (ojo rosa), por ejemplo, es una practica que consiste en eyacular sobre los ojos abiertos de otra persona.

Bajo este nombre, en internet se puede encontrar material pornográfico basado en esta práctica, aunque curiosamente el término “pink eye” es el mismo que se usa en el mundo anglosajón para referirse a la conjuntivitis.

De igual manera, no sólo son los japoneses quienes nutren las filas de la oculofilia.

Por su parte, del otro lado del Pacífico las autoridades sanitarias no suelen ver con tanto desinterés el tema y su potencial viral en la red de redes los hace temer de un incremento de esta práctica.

“Nada bueno puede salir de esto”, advirtió el doctor David Granet con base en San Diego. “Hay crestas en la lengua que pueden causar una abrasión corneal. Y si una persona no se ha lavado la boca, podrían poner ácido de productos cítricos o especias en el ojo”, publicó The Huffington Post.

Otros expertos como el oftalmólogo David Najafi, además de la conjuntivitis agregan al repertorio de enfermedades de posible contagio el herpes, sobre todo si el que lame el ojo presenta alguna erupción o fuego labial.

Sin embargo, para ver el oculolingus en acción no es necesario practicarlo como tal, e incluso no hay necesidad de adentrarse a un portal con contenido para adultos. Basta con buscar en la popular red de video Youtube para poder atisbar esta práctica que poco a poco va incrementándose gracias a la difusión que le da internet.

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