BRASIL EN LOS OJOS DE 3 MEXICANOS RESIDENTES

14/06/2014 - 12:00 am

Al igual que en cada justa mundialista, los aficionados mexicanos hacen hasta lo imposible para viajar a los países más lejanos con tal de no perderse aunque sea los primeros tres partidos de rigor de la Selección tricolor. La distancia, los costos de viaje, la ausencia en casa y en el trabajo poco les importan a los verdaderos seguidores que cada cuatro años continúan con las esperanzas puestas en que México avance por lo menos a la siguiente ronda.

Para el Mundial recién iniciado en Brasil se calcula que son unos 40 mil los mexicanos que se encuentran en territorio verde-amarela, siendo ya la afición extranjera más grande en asistir a apoyar a su equipo. Pues tan sólo para el partido inaugural, la Federación Mexicana de Futbol (FMF), contabilizó unos 27 mil boletos vendidos en el país.

Pero la presencia de los mexicanos en Brasil no para ahí, si bien el número de visitantes en plan turístico es por mucho mayor a los que ya adoptaron el país de la samba como su lugar de residencia, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) hasta 2010 había 6 mil 625 mexicanos asentados en Brasil.

Cada uno de ellos llegó a Brasil por diferentes cuestiones, desde trabajo, estudios, con fines turísticos que se volvieron permanentes o simplemente para enriquecerse con la gran cultura brasilera.

Tal es el caso de Memo Velázquez, un joven nacido en Chetumal, Quintana Roo, que llegó a São Paulo, específicamente a São José do Rio Preto, en 2012, cuando sus padres tuvieron una estancia de trabajo allá. Acudió para acompañarlos y ayudarlos en el cuidado de su hermana, quien padece Síndrome de Down.

São José do Rio Preto / Foto: Wikimedia.org
São José do Rio Preto / Foto: Wikimedia.org

Desde mediados de 2012 y hasta abril del año siguiente, Memo descubrió lo que significaba vivir en un país que creía “si no de primer mundo, sí uno más avanzado que México”.

Y dice a SD: “La verdad es que por lo menos en mi experiencia, Brasil fue totalmente distinto a lo que yo esperaba. No sé porqué yo tenía la imagen de que era, si no un país de primer mundo, sí uno más avanzado que México. Igual y porque siempre escuché que en números de inflación y crecimiento económico, Brasil estaba muy bien”.

“Pues cuando llegué me di cuenta que es exactamente igual a Mexico, o un poquito peor en términos de infraestructura (carreteras, aeropuertos, hoteles, calles y avenidas)”, continúa González, quien actualmente reside en Aguascaliente, y ejerce su carrera en Comercio Internacional.

Sin embargo acepta que “culturalmente es increíble. Las personas son extraordinarias, súper amables y serviciales, el estilo de vida es súper relajado, por lo menos donde yo viví, que sí era una ciudad de unos 400 mil habitantes”, comenta.

“Los días que hay futbol, todo gira alrededor del partido”

Brasil es el país futbolero por excelencia, y Memo nos confirma que la diferencia con la afición mexicana es amplia. “Siento que allá son mucho más apasionados”, dice al respecto.

“Pero son como más educados, en el sentido de que conocen todo de todos los equipos y las rivalidades son más fuertes que en México. El que le va al Corinthians es algo así como el que le va al América aquí y la rivalidad entre los equipos del estado de Sao Paulo contra los de Río es igual. Se odian pero se aman”

“Y los días que hay futbol, todo el día gira alrededor del partido, generalmente toman el lunch de 2 a 3 y regresan a trabajar de 3 a 6, pero los días de futbol ya no regresan”, cuenta entre risas.

Al respecto señala una de las imágenes más recurrentes cuando de la celebración popular brasileña se trata, donde un grupo de gente se reúne fuera de un pequeño bar a ver la televisión y celebrar o lamentar juntos los resultados de los partidos.

“Para mí el mejor lugar para ver un partido es en un bar típico de Brasil, por ejemplo, en Río recuerdo que había un lugar pequeñito al lado de un hotel en Copacabana, era súper chiquito y apenas y cabía la tele que daba hacia la banqueta, y toda la gente que llegaba eran personas de por ahí. Se sentaban en sillas en la banqueta, tomaban cerveza y había un asador ahí. Todos con la playera del Flamengo, gente local”.

Así, dice que estos pequeños bares se vuelven churrasquerías improvisadas, en donde se juntan a vivir su pasión los brasileros.

Asimismo, y si se quiere algo más establecido, está Pizza Sur, un restaurante italo-argentino ubicado al lado de la plaza principal de Belo Horizonte, en donde todos los platillos tienen el nombre de jugadores o directores técnicos argentinos de los 70’s y 80’s.

Sobre su experiencia en el país sudamericano, Memo nos dice “es un país excepcional, con muchos problemas sociales (pobreza y de drogas) pero increíble culturalmente, en comida, en beber, en personas, en futbol. Río es una maravilla, todos tienen que ir al menos una vez en la vida a Brasil”.

Y apunta al final: “ah y Ronaldo es más famoso que Pelé y Neymar. Ronaldo el brasileño, no el fantoche portugués. Y Ayrton Senna es el ídolo de todos todavía”, finaliza.

EL ARTISTA 

Imagen: Christopher Guzmán
Imagen: Christopher Guzmán

Christopher Guzmán Hernández nació en la Ciudad de México en 1987, estudió Diseño Gráfico en la Universidad La Salle y en el país trabajó en distintas agencias de publicidad como Young & Rubicam.

Su principal motivo para moverse a Río de Janeiro, en donde reside y labora a la fecha, fue para estudiar Dirección de Arte en la Escola Superior de Propaganda e Marketin (ESPM).

Posteriormente se embarcó en el proyecto “Trazo” con el que se ha dado a conocer en medios importantes de Brasil como el sitio de la revista Rolling Stone y algunos otros en México, el cual consiste en intervenir fotografías de paisajes cariocas con sus ilustraciones.

El joven de 26 años lleva un año 10 meses viviendo en tierras cariocas, y al respecto dice a SD: “Brasil es muy buen país, yo vivo en Rio de Janeiro, la gente es muy alegre, muy cálida”.

Con el tiempo, además de desarrollarse escolar y laboralmente y hacer varios amigos de distintas nacionalidades, Christopher ha cambiado la perspectiva que tenía de la que ahora es su nueva casa.

“Llegué también con el miedo de la inseguridad, pero ahora me he dado cuenta que no es tan inseguro como lo cuentan, sólo algunas zonas”, aclara.

Chris ya está disfrutando en grande la fiesta del futbol, ya sea en las arenas “Fan Fest” que los organizadores han dispuesto en distintas ciudades del país, o en los pequeños kioscos colocados en las playas, pero siempre con una caipirinha en la mano.

Para aquellos situados en Río de Janeiro, el diseñador recomienda disfrutar el Mundial en la zona céntrica de Lapa, conocida por su actividad bohemia y cultural, además de los bares y restaurantes que ahí se encuentran.

“También en algunas favelas de la zona sur existen bares y restaurantes a muy buen precio para poder seguir el mundial”, menciona.

El Mundial no implica que Christopher haga una pausa en su trabajo, pues continúa con su proyecto paralelo a “Trazo”, el llamdo #Rodeadodetinta, en el que usa los retratos de sus amigos y conocidos para rodearlos con trazos precisamente de tinta en blanco y negro.

Su relación con el futbol es estrecha, a principios de este año la marca Adidas lo eligió para aparecer en su campaña “Away Fans”, en la que un grupo reducido de mexicanos que viven en el extranjero cuentan su experiencia como “visitantes”.

“Sabemos lo difícil que es jugar como visitante en una ciudad extranjera”, dicen en el comercial varios miembros de la Selección Mexicana, quienes autografiaron el jersey rojo de visita que utilizaron en la clasificación a tres hombres elegidos, entre ellos, Christopher.

BUSCANDO ALTERNATIVAS

Elevador Lacerda / Foto: Wikimedia.org
Elevador Lacerda / Foto: Wikimedia.org

Pablo Pérez nació en Oaxaca, estudió periodismo en la Ciudad de México y posteriormente emprendió su aventura por América del Sur.

Desde Salvador Bahía continúa enviando textos a México, sobre todo de su perspectiva de la situación socio-política que se vive en Brasil, incluyendo por supuesto a los grupos inconformes que salieron a las calles a rechazar el aumento en las tarifas del transporte, así como la gran inversión financiera que provocó la organización del Mundial.

Luego de más de un año viviendo en Brasil, Pablo recomienda mirar más allá de las atracciones más reconocidas y encontrar el lado brillante entre la protesta, y recomienda a SD el viaje en tren por la costa brasilera.

“Hay cosas que no hacen sentido en Brasil, una de ellas es el precio de los transportes. Mientras el precio del autobús despertó protestas que llevaron a más de un millón de personas a manifestarse en las calles el aóo pasado, algunas maravillas como el Elevador Lacerda y el funicular Gonçalves en el estado de Bahía, cuestan sólo 15 centavos de Real”, dice.

El Elevador es una estructura con dos torres de unos 72 metros de altura cuyo puente atraviesa la ladera de la montaña.

Sobre todo, Pablo recomienda hacer el viaje en tren por las costas brasileñas.

“Alejado de la zona turística, está la estación de trenes que hacen un recorrido por un litoral de playas de arena fina y aguas cálidas frecuentadas sólo por pescadores y lugareños. El recorrido dura poco más de una hora y el destino final es la península do São Tomé do Paripe, la misma region donde se ubica la casa de descanso de Dilma Rousseff y el ex Presidente Lula. Una buena opción de paseo alternativo en Brasil”,

Pablo, al menos en lo que pasa el Mundial, no tiene ninguna intención de regresar a México, En Salvador lo que ha hecho para mantenerse, de acuerdo con sus propias declaraciones: “regenteaba un hostel, escribo para Mexico y hago malabares en los semáforos”.

“Buena vida, ¿no?”, finaliza.

 

 

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