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Ni un nuevo TLCAN ayudará a que México tenga mejores salarios, dice la presidenta de la Amcham

14/08/2017 - 4:00 pm

Varios medios estadounidenses han planteado que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere presionar a México para que se eleven los salarios para que el empleo fluya en mismas condiciones entre los socios del TLCAN. En su lógica, Mexico ofrece mano de obra barata y eso le roba oportunidades a los estadounidenses. Pero analistas dicen que Trump no verá ese sueño que, extrañamente, comparten con él los mexicanos.

En una entrevista publicada hoy, el filósofo Noam Chomsky recuerda cómo la toma de decisiones en el Estado pasó de la política, donde los ciudadanos ejercen su influencia, al sector corporativo. Son los monopolios y los oligopolios o las “tiranías privadas” las que empezaron a desempeñar el papel principal, dijo.

Por Gabriela Jiménez

Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo/EconomíaHoy/RT).– La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) está por comenzar y uno de los objetivos perseguidos por Donald Trump para evitar que los mexicanos se queden con empleos estadounidenses es que los salarios en México aumenten para que las empresas de ese país no se instalen en nuestro país. Pero, ¿qué tan factible es que esto ocurra?

En entrevista para EconomíaHoy.mx, Mónica Flores, presidenta de la American Chamber México (Amcham-México) y CEO de Manpower Latinoamérica, opinó que es imposible que los mexicanos lleguen a tener un salario equivalente a los 15 dólares por hora que se ganan del otro lado de la frontera.

La idea de que en México se tenga un salario mínimo más alto no es nueva. Desde hace tiempo, diversas instancias, incluyendo al sector empresarial, se ha respaldado un aumento significativo que por lo menos cumpla con la línea de bienestar básica fijada por el CONEVAL. La propuesta es a menudo rebatida con el argumento de que un incremento salarial causaría un aumento de la inflación que dañaría a la economía en su conjunto.

Pero más allá de la discusión de los pros y contras de aumentar uno de los salarios mínimos más bajos de la OCDE, Mónica Flores opina que equiparar el sueldo de los mexicanos al de los estadounidenses implica una reflexión más amplia que abarca niveles de productividad y de especialización que aún no se alcanzan en México. Además, “aquí damos prestaciones por ley diferentes, damos aguinaldos, prima vacacional, seguro médico, etcétera”, las cuales no se otorgan en el vecino país del norte, por lo que la comparación “es inviable”, dijo Flores.

“La mejora del salario llegará en la medida que mejoren las habilidades de la fuerza laboral, y no por un decreto”, aseguró.

Un estudio de la organización México ¿Cómo Vamos? explica que solo el 1 por ciento de la Población Económicamente Activa de México, equivalente a 644 mil trabajadoras y trabajadores, percibe el salario mínimo, por lo que subir el salario por mandato de la autoridad a este grupo no debería tener enormes efectos de corto plazo ni en precios ni en inflación, ni en desempleo. Pero si todos los contratos laborales se negociaran con base en el salario mínimo, lo cual no es la práctica común, sí habría un impacto significativo.

Los salarios en México, explica la organización, se negocian en general con base en un mecanismo de mercado, es decir, de oferta y demanda, y no de un tabulador con base en la medida del minisalario. De hecho, según el estudio, los profesionistas mexicanos pueden ganar en promedio un 75% más que una persona que solo terminó la preparatoria.

Para Mónica Flores, la negociación de un buen salario radica en la preparación que tanto empresas como empleados tengan para adaptarse al cambio que trae la cuarta revolución industrial, es decir aquellos que llegan por la transición tecnológica y digital de los procesos productivos a nivel global.

“La cuarta revolución industrial provocará la pérdida de 7 millones de empleos que se reemplazarán con la automatización de procesos, pero también generará 2.5 millones de trabajos nuevos que requieren habilidades más elevadas”, dijo Flores.

Y es que la mayoría de los empleos mejor remunerados y más solicitados del futuro cercano hoy no existen como tal, ni se encuentran en los planes de estudio de las principales instituciones educativas. “Hoy uno de los empleos mejor pagados es el de operador de drones, y no hay ni siquiera escuelas para aprender esta tarea”, subrayó la directiva.

Por ello, es necesario modernizar los planes de estudio de manera que estos “estimulen, por ejemplo, la resolución de problemas, o fomenten el aprendizaje del inglés, pero desde la educación básica”.

En ese sentido, Flores es de la opinión de que una mejora en el TLCAN producto de una negociación sana “exigirá un nivel de competencia superior para la fuerza laboral mexicana”, y por lo tanto generará una inercia hacia una mayor productividad y especialización.

Para Flores, quien posee una visión optimista de la renegociación comercial que viene, es importante destacar que en la mesa son tres las partes interesadas en que el acuerdo sea beneficioso. “Nadie puede salir ganando y nosotros perdiendo, y nuestros negociadores están conscientes de ello”.

CHOMSKY Y LA TIRANÍA

El reconocido filósofo, lingüista y activista estadounidense Noam Chomsky ha desgranado en una entrevista con el periodista Chris Hedges del programa de RT ‘On Contact’ las ideas clave de su nuevo libro ‘Réquiem por el sueño americano’. El prolífico escritor sintetiza en el volumen las diez maneras en que las élites occidentales lograron hacerse con las riendas del poder.

Según Chomsky, a principios de la década de 1970 en Occidente se produjo un “desvío neoliberal”. A raíz de este, la toma de decisiones en la sociedad empezó a pasar de la comunidad al “mercado libre”. En sus palabras, fue “una política dirigida a la privatización, la reducción del papel de los establecimientos estatales, la eliminación de la supervisión, la protección de las organizaciones financieras y su promoción”. Chomsky afirma que a estas iniciativas se les ha calificado como “fomento de las libertades”, aunque sea “de la tiranía”.

Chomsky recuerda cómo la toma de decisiones en el Estado pasó de la política, donde los ciudadanos ejercen su influencia, al sector corporativo. Son los monopolios y los oligopolios o las “tiranías privadas” las que empezaron a desempeñar el papel principal.

En su ensayo Chomsky recuerda cómo la vida de los trabajadores se deterioró de forma “significativa” y como consecuencia de los acuerdos de libre comercio compiten globalmente. Por ejemplo, en Europa yEstados Unidos los trabajadores están perdiendo la batalla ante los chinos que están dispuestos a trabajar en duras condiciones duras por míseros salarios.

Chomsky opina que esta situación de vulnerabilidad fue creada en Estados Unidos a propósito. Los sueldos se mantienen bajos, mientras los trabajadores “de forma continua piden apoyo social” y la inflación permanece en registros discretos. Chomsky recuerda que, globalmente, esta realidad positiva para la economía de un país.

En conclusión, los trabajadores tienen miedo de luchar por sus derechos y los sindicatos están muriendo. Según el filósofo, este es uno de los componentes fundamentales de la ‘gran moderación’ que implicó el éxito de los programas neoliberales. Antes del derrumbe del sistema económico, en 2007, los sueldos reales eran más bajos que en 1979, cuando se inició el experimento neoliberal.

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