¿Cuántas calorías consumirás la noche del 15 de septiembre?

14/09/2014 - 12:00 am

Cuando llega el 15 de septiembre, la mayoría de los mexicanos están dispuestos a hacer un espacio en su dieta para celebrar a la patria esa noche con una abundante cena y por supuesto, con su respectivo recalentado al día siguiente para que de esta manera, se lleven a la boca lo mejor de la gastronomía regional que para estas fechas se pinta de verde, blanco y rojo.

Foto: Shutterstock
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Con sus mínimas variantes de estado a estado y por supuesto de familia en familia, gran parte de los ciudadanos se reúne en una fiesta mexicana para degustar platillos tradicionales como el pozole acompañado de tostadas, los chiles en nogada, pambazos, tamales, menudo o pancita, acompañados por un vaso de agua de jamaica u horchata, una cerveza o un caballito de tequila, y además coronar el vasto menú con un buñuelo o un dulce de leche.

Si tu hambre es lo suficiente grande y tu estómago resistente para pasar por todos estos platillos, estarías consumiendo por lo menos 900 calorías en una sola sentada, de las alrededor de las mil 300 que se recomiendan al día. Pero no te espantes, pues la comida – y menos la típica mexicana-no tiene porqué ser un enemigo.

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Empezando por el pozole, que muchos han llamado el “platillo más nutritivo del mundo”, pero que otros ven como una bomba para su estómago y figura. La nutrióloga María de la Paz Gutiérrez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) sale a su defensa: “El pozole es el plato más saludable que existe y el más recomendable para bajar de peso, porque tiene cereal, que sería el maíz, lo equivalente a otra dieta que llevara arroz por ejemplo; lleva carne, que equivaldría a un bistec que te servirían en otra dieta; lleva lechuga, rábanos, cebolla, incluyendo las salsas que podrías utilizar en una tostada por ejemplo, que sería el equivalente de la ensalada de otra dieta”.

Aquí es donde salta uno de los primeros “peros”, cuando se cometen excesos al ingerir tostadas, que por si sola tiene ya unas 140 calorías, más las que se suman si se le unta crema y se le espolvorea queso. “Un pozole contiene de media taza a una taza de maíz con caldo de pollo, lechuga y rábanos, que prácticamente no dan calorías, dan mucho color por lo que significa la temporada, y a lo mejor una o dos tostadas, sería el equivalente de una comida de 300 calorías, en promedio, pero nunca te dije ponle crema y queso a las tostadas ni acompáñalo con refresco de cola, pero por sí solo, el pozole es lo más saludable que existe, incluso cuando lo hacen con carne de cerdo”, dice la experta.

En sus distintas variantes, que dependiendo la región puede llevar carne de pollo o de cerdo, y hacerse con chile guajillo para tomar una tonalidad roja o una combinación de poblano y serrano para el verde, el pozole continúa siendo una buena fuente de nutrientes, independientemente de su forma de elaborarse, siempre y cuando no se exceda en la cantidad de grasa.

“La carne de cerdo fue satanizada en los años setenta porque hubo un gran brote de cisticercos, realmente a los puercos los tenían en lugares con una higiene nefasta, pero como todos los productores perdieron mercado, dejaron de vender, empezaron a manejar animales más limpios, y hoy por hoy ya no tiene tanta grasa la carne como antes porque han mejorado bastante su alimentación, entonces es una buena carne”, comenta Gutiérrez.

El problema llega cuando, por costumbre familiar o mera elección se le agrega la cabeza u otras partes del puerco que desprenden más grasa, dejando una sopa más pesada. “Pero si fuera un caldo, digamos que desgrasado, sin importar la fuente está perfecto, porque incluso esa grasa sería el equivalente de lo que se permitiría usar para preparar tu arroz o tu carne en otra dieta”, compara la nutrióloga.

Entonces, un plato de pozole resulta además de llenador, muy nutritivo, ¿pero qué pasa cuando a él se le anexan el resto de los antojitos?

Foto: Shutterstock
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De acuerdo con la también terapista en Medicina Nutricional, una cena que incluya un plato de pozole, un par de tostadas, un pambazo y una cerveza, constaría de unas 800 calorías, cuando lo recomendado para una persona promedio que no hace tanta actividad física es de mil 300 a mil 600, es decir, cumples la mitad de tu cuota de calorías tan solo en la cena. Y si a eso le anexas un chile en nogada (500 cal.), ni hablamos.

María de la Paz Gutiérrez aclara: “Cuando empezamos a meterle ‘me da unos churritos rellenos, un buñuelito’ porque es de la época o le metes el pambazo, que por lo menos son seis porciones de cereal, ya te comiste lo de todo el día, más otras tres o cuatro porciones que vengan en el pozole, más lo que se agregue, ya con eso tenemos suficiente para empezar a subir de peso de una manera acelerada”.

Las bebidas

En el caso de los tragos sin contenido alcohólico como el agua de jamaica y la de horchata, la más recomendable para cuidar la línea es la primera, pues la flor de jamaica no aporta ninguna caloría, únicamente sería por lo que se utilice para endulzarla, sin embargo, en el caso de la de horchata, elaborada a base de arroz, un vaso da unas 170 calorías.

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Por su parte, las bebidas alcohólicas más comunes en México y sobre todo en estas épocas, son la cerveza y el tequila. La bebida favorita de los mexicanos aporta 43 calorías por cada 100 gramos, es decir, una lata común equivaldría a 150 calorías. Un shot de tequila (30 mililitros) da 64 cal.

Pero una vez más, la especialista defiende sus propiedades, mas no las costumbres bajo los que se consume. “El alcohol también está muy satanizado, yo no lo recomiendo, pero si supiéramos administrar nuestra alimentación, el alcohol nos ayudaría porque es muy bueno cuando se conjunta con carbohidratos para ayudar a quemarlos y también las grasas, pero el asunto sería no tanto enseñar a comer a la población, simple y sencillamente acomodar los hábitos”.

“México tiene muy buenas fuentes de alimentos, tiene muy buenos hábitos heredados de toda la vida, es cultural todo lo que traemos, desde los sopes, los tlacoyos, las enfrijoladas, todo eso, la combinación de maíz, frijol y chile es la mejor para obtener verdaderamente aminoácidos de buena calidad y la OMS (Organización Mundial de la Salud) lo ha reconocido, el Instituto Nacional de Nutrición también, entonces si no tenemos el acceso a la carne porque está muy cara, porque el salario mínimo no da pudiéramos echar fácilmente mano de esos recursos para poder tener una población que no estuviera obesa, que estuviera bien alimentada y sobre todo que estuviera feliz”, concluye la experta.

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