Indígena yaqui es reportada como desaparecida en Sonora; había recibido amenazas, denuncian

14/12/2014 - 12:45 pm
Patricia Almeida Quintana desapareció el pasado 10 de diciembre en Ciudad Obregón, Sonora. Foto: Facebook Enlaces D Esperanza Indigena
Patricia Almeida Quintana desapareció el pasado 10 de diciembre en Ciudad Obregón, Sonora. Foto: Facebook Enlaces D Esperanza Indigena

Ciudad de México, 14 de diciembre (SinEmbargo/Noroeste).– La página de Facebook Enlaces D Esperanza Indígena reportó la desaparición de Patricia Almeida Quintana, una indígena yaqui que había recibido amenazas telefónicas, de acuerdo a lo expuesto en su red social, tras pronunciarse contra las injusticias perpetradas por el gobierno estatal contra integrantes de esta etnia del noroeste del país.

Según la información en la cuenta Enlaces D Esperanza Indígena, Patricia Almeida Quintana desapareció el 10 de diciembre a las 12:45 horas, cuando se encontraba en las inmediaciones de una tienda de autoservicio, ubicada a las afueras de Ciudad Obregón, Sonora.

“Oficialmente se está buscando por todo el País, nuestra hermana recibía llamadas amenazadoras, según lo manifiesta en el muro, después de hacer su pronunciamiento encontra de las injusticias cometidas por parte del gobierno en contra de habitantes de su comunidad yaqui”, refiere la denuncia pública en Facebook.

SOBREVIVIENTE DE CÁNCER

Hace 10 años Patricia salió de su casa en Guaymas, Sonora, con destino a Mazatlán, con la intención de enfrentar al mayor reto de su vida: el cáncer.

Se negó a resignarse, enfrentó al monstruo y se graduó de dos carreras, una como Licenciada en Contabilidad y la otra como Trabajadora Social, ambas en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Amalgamó ambas profesiones con la pintura, y gracias a su experiencia como sobreviviente del cáncer ha brindado conferencias y charlas a quienes padecen este mal.

“El cáncer: O te acuestas a sufrirlo, o te levantas a vivirlo”, es el lema de guerra de esta indígena yaqui.

“El cáncer yo lo tengo catalogado, por pasar tanto tiempo conmigo, como un embarazo, pero yo le llamó en este caso a mi hijo, monstruo. Lo que el monstruo hace es que te quita los nutrientes igual que un bebé, porque las quimioterapias te quitan lo bueno y lo malo”, expuso en septiembre de 2012 en una entrevista a Noroeste Mazatlán, cuando vivía en el puerto sinaloense.

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