El Papa en Chiapas: “Mareados de poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado”

15/02/2016 - 10:57 am

Ante miles de indígenas, varios de ellos ataviados con sus coloridos trajes, el Papa inició una misa multitudinaria que será oficiada en parte en tres de sus lenguas: tzeltal, tzotzil y chol. Ahí, Francisco condenó “cómo de modo sistemático y estructural”, los pueblos indígenas “han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad”.

El Papa al oficiar misa en San Cristóbal. Foto: Especial.
El Papa al oficiar misa en San Cristóbal. Foto: Especial.

Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo/AP/EFE).– El Papa Francisco reconoció este día ante miles al oficiar una misa en San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, que los pueblos indígenas han sido marginados y despojados de sus tierras y les pidió perdón.

“Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón, hermanos! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, dijo.

En el estadio municipal de San Cristóbal de las Casas, la localidad elegida personalmente por Francisco para lanzar su apoyo a las comunidades indígenas, el Papa condenó “cómo de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad”.

Ante miles de indígenas, varios de ellos ataviados con sus coloridos trajes, el Papa Francisco inició una misa multitudinaria que será oficiada en parte en tres de sus lenguas: tzeltal, tzotzil y chol.

Poco antes de iniciar la celebración litúrgica, el Pontífice fue recibido entre gritos, mientras agitaban banderas del Vaticano. Una comitiva de indígenas de distintas etnias le dio la bienvenida en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez cuando bajó las escalinatas del avión, mientras niños ataviados con su colorida vestimenta tradicional le cantaban en español “bienvenido a casa”.

Francisco llegó a San Cristóbal de las Casas en helicóptero y de inmediato subió a su papamóvil en el que recorrió el centro deportivo para saludar a la gente que lo aguardó por horas. “¡Viva el papa que ama a los pueblos originarios!”, “¡Viva el papa Francisco!”, “¡Viva el papa de los pobres”, se escuchaba decir a un hombre a través de las bocinas, a lo que los asistentes respondían “¡Viva!”.

Li smantal Kajvaltike toj lek – la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma, así comenzaba el salmo que hemos escuchado. La ley del Señor es perfecta; y el salmista se encarga de enumerar todo lo que esa ley genera al que la escucha y la sigue: reconforta el alma, hace sabio al sencillo, alegra el corazón, es luz para alumbrar el camino”, dijo Francisco.

“Esa es la ley que el Pueblo de Israel había recibido de mano de Moisés, una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían sido llamados. Ley que quería ser luz para sus pasos y acompañar el peregrinar de su Pueblo. Un Pueblo que había experimentado la esclavitud y el despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia. Y ahí se manifiesta el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se volvía símbolo de libertad, símbolo de alegría, sabiduría y luz. Experiencia, realidad que encuentra eco en esa expresión que nace de la sabiduría acunada en estas tierras desde tiempos lejanos, y que reza en el Popol Vuh de la siguiente manera: El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue enseguida saneada por el sol. El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia”, agregó.

Luego señaló: “En esta expresión, hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente. En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.

“Nuestro Padre no sólo comparte ese anhelo, Él mismo lo ha estimulado y lo estimula al regalarnos a su hijo Jesucristo. En Él encontramos la solidaridad del Padre caminando a nuestro lado. En Él vemos cómo esa ley perfecta toma carne, toma rostro, toma la historia para acompañar y sostener a su Pueblo; se hace Camino, se hace Verdad, se hace Vida, para que las tinieblas no tengan la última palabra y el alba no deje de venir sobre la vida de sus hijos”, dijo.

“De muchas formas y maneras se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles. Frente a estas formas, la creación también sabe levantar su voz; esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que ‘gime y sufre dolores de parto’”, manifestó. 

Mujeres de Mexquititlan esperan en la niebla de la madrugada para entrar al sitio donde el Papa Francisco. Foto: AP.
Mujeres de Mexquititlan esperan en la niebla de la madrugada para entrar al sitio donde el Papa Francisco. Foto: AP.

Desde la madrugada, miles de personas se formaron en las calles. Muchos durmieron a la intemperie en un centro deportivo donde el Papa Francisco dará una misa en el poblado de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas.

José Tránsito Aguilar es un agricultor tojolabal de la zona donde se ubican las lagunas de Montebello y tuvo que viajar seis horas hasta San Cristóbal. Durmió afuera de uno de los accesos al centro deportivo local.

“El Papa busca la unidad, no hace diferencias entre las personas” dice Aguilar, y agrega que “él [Francisco] trae mucha paz, pero depende de los gobiernos que cambie esto” asegura.

Aguilar explicó que en su estado hay mucha pobreza, discriminación y falta de oportunidades, pero que hay mucha fe y esperanzas de cambio.

El Papa eligió Chiapas para sostener un histórico encuentro con los pueblos indígenas, en el que constatará los frutos de la armonización de las culturas nativas con el Evangelio.

Y es que este estado del sureste de México, fronterizo con Guatemala, es uno de los más pobres del país, su población indígena (27 por ciento de los habitantes del estado) ha sido históricamente marginada y olvidada, y es la puerta de entrada de miles de indocumentados que intentan cruzar a EU en busca de oportunidades.

Francisco, el primer Papa latinoamericano, ofreció disculpas el año pasado a los indígenas por las masacres cometidas en la época colonial. Este lunes, festejará la cultura de las comunidades nativas mexicanas que a menudo los jerarcas de la Iglesia católica del país trataron de restar relevancia.

“Los indígenas de México aún esperan que se les reconozca, efectivamente, la riqueza de su contribución y la fecundidad de su presencia para heredar aquella identidad que les conviene en una nación única y no solamente una entre otras”, destacó el Papa el sábado en un encuentro con los obispos de México.

Muchos durmieron a la intemperie a la espera del Papa. Foto: Cuartoscuro.
Muchos durmieron a la intemperie a la espera del Papa. Foto: Cuartoscuro.

Francisco llega a la mitad de su viaje después de haber llamado la atención a los líderes políticos y a los jerarcas de la Iglesia para que enfrenten los males del país como la desigualdad, la corrupción, la violencia y el narcotráfico.

Este lunes en Chiapas, la agenda del Pontífice se vuelca con énfasis hacia las comunidades indígenas. Francisco voló temprano de la Ciudad de México hacia Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, desde donde fue trasladado en helicóptero hacia San Cristóbal de las Casas, donde celebrará la misa.

En una entrevista con Efe, el vicario episcopal de la zona indígena tzotzil y párroco de la localidad de San Juan Chamula, Pedro Arriaga, dijo que se trata de una jornada “histórica” por el significado de su presencia en un lugar como Chiapas, “donde están los excluidos”.

En el centro deportivo se instaló un altar con una réplica de la catedral de San Cristóbal de las Casas, de color amarillo, con dos franjas de telares rojos y blancos.

El lugar era un mar de colores, con los trajes indígenas tradicionales de los asistentes. Mujeres tzotziles vestían faldas largas azules, rebozos multicolores, pero en los que predominaba también el azul.

Los hombres también portaban trajes regionales, como quienes vienen de la comunidad de Zinacantán, que llevan chalecos bordados y en los que resaltan el azul, el verde y el morado. También llevaban sombreros de paja con bordados y listones colgantes.

Tras presidir una misa con los indígenas en San Cristóbal de las Casas, el pontífice almorzará con algunos representantes de esos grupos y visitará posteriormente la catedral de ese municipio.

“Las comunidades indígenas tienen un sentido dentro de su cosmovisión de reconocer el lugar, la tierra, como la madre, y sienten que el Papa Francisco, como misionero, viene a tocar a la madre tierra”, añade el sacerdote jesuita.

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