En la capital del país el 80 por ciento de las personas fallecidas son cremadas. Durante 2016 se llevaron a cabo 32 mil cremaciones en la Ciudad de México. Dada la falta de espacio en los panteones, los capitalinos optan cada vez más por nichos y menos por tumbas.
Por Gabriela Jiménez
Ciudad de México, 15 de febrero (EconomíaHoy).- En la Ciudad de México “ya no cabemos” los vivos, y al parecer, tampoco los muertos. Tanto la vivienda como el lugar para el eterno descanso se ha convertido en una cuestión de espacio para sus habitantes al grado de que los panteones capitalinos ya no tienen lugares disponibles y desde hace algunos años desapareció la perpetuidad para las fosas de los panteones, con lo cual después de siete años deben exhumarse los cuerpos.
Ante esta situación, cada vez más compañías de servicios funerarios están apostando por los mausoleos con nichos para conservar urnas con las cenizas de nuestros seres queridos, o bien gavetas verticales, que ocupan menos espacio, aunque los nichos son los que tienen más demanda en la Ciudad de México, pues el 80 por ciento de las personas fallecidas son cremadas y sólo el 20 por ciento son enterradas en un panteón. El porcentaje ha crecido significativamente en los últimos 10 años, pues en el año 2006 sólo la mitad correspondía a cremaciones, de acuerdo con Carlos Lukac, director general de Grupo Gayosso.
Sólo durante 2016, en la Ciudad de México se llevaron a cabo 18 mil cremaciones privadas y 14 mil públicas, de las cuales 1,200 se llevaron a cabo en Grupo Gayosso.
La creciente demanda de este tipo de servicios ha estimulado la especialización de las compañías funerarias. La veterana Grupo Gayosso decidió invertir 300 millones de pesos en 2017 para la construcción de mausoleos, salas de velación y nichos para urnas, de los cuales 60 millones tuvieron como destino el Mausoleo Félix Cuevas, con 8 mil nichos que cuentan con características únicas en el país.
La funeraria de Félix Cuevas, en la Colonia Del Valle de la Ciudad de México, que ha sido anfitriona de personajes como Gustavo Díaz Ordaz, Miguel de la Madrid o Luis Donaldo Colosio, inauguró el nuevo mausoleo pensando específicamente en el mercado capitalino.
Pensando en la diversidad de credos y necesidades de la población de la ciudad, el nuevo mausoleo cuenta con una capilla ecuménica, es decir, pueden hacer uso de ella personas de todas las religiones. Además cuenta con la bendición de un cura católico para cumplir con el mandato papal, que prohíbe a los creyentes de esta religión conservar las cenizas de sus familiares en lugares que no sean “santos”.
El espacio cuenta con un diseño arquitectónico moderno, que de acuerdo con Úrsula Gartz, directora de capillas y mausoleos de Gayosso, “intenta replicar las condiciones de un panteón con materiales como la madera y la piedra, así como la iluminación”. Todos los nichos cuentan con un cristal removible, de manera que los deudos puedan abrirlo y cerrarlo, así como introducir flores u otros objetos con valor emocional.
Gayosso también hizo una gran inversión en tecnología para este mausoleo. La entrada está restringida por medio de huellas digitales, de manera que sólo las personas autorizadas puedan entrar a rendir tributo a su ser querido. Todo el espacio cuenta con cámaras de seguridad con capacidad para reconocimiento facial en caso de robos u otros incidentes, una forma “pasiva y no intrusiva” de garantizar a los clientes que están protegidos, dijo Gartz.
Otra característica disponible es una plataforma digital que ofrece un “libro in memoriam”, en el que las personas que acuden al funeral, así como las que se encuentran en otra localidad pueden dejar pensamientos, fotografías o mensajes a los deudos de forma virtual.
Este tipo de tecnologías han permitido a la empresa desarrollar funerales virtuales, aunque se trata aún de un proyecto en desarrollo que su director asegura están manejando “con mucha cautela”, por lo sensible del tema. Consiste en permitir a las personas que no han podido asistir al funeral, observarlo y escucharlo mediante las cámaras y micrófonos de las instalaciones. “Es una participación pasiva, en la que sólo se observa”, dijo Gartz.
PLANEAR
Los costos de los nichos tienen precios que van desde los 100 MIL pesos para lugares dentro de la capilla, entre 70 mil y 80 mil pesos en un sótano con todas las amenidades de privacidad y seguridad, y de 40 mil a 50 mil pesos en la zona más económica, dentro de los ocho pisos del mausoleo. Todos los nichos tienen perpetuidad.
Gartz asegura que es conveniente planear con anticipación este tipo de servicios, pues al hacerlo el ahorro puede ser de hasta un 50 por ciento. La compañía estima que las personas que compran anticipadamente un espacio tardan entre 12 y 15 años en hacer uso de él. En Gayosso el 70 por ciento de los servicios que se llevan a cabo fueron comprados con anterioridad.
Compañías como Gayosso ofrecen paquetes que incluyen los servicios funerarios, embalsamamiento, ceremonia religiosa, traslado, velación y cafetería, por precios que rondan los 30 mil pesos (adicionales al nicho), pero es posible encontrar opciones más económicas.
El Instituto Mexicano del Servicio Social (IMSS) ofrece, tanto a derechohabientes como al público en general, paquetes de servicios funerarios que en la Ciudad de México tienen un costo de 8,260 pesos (en caso de cremación) y de 7,973 pesos (en caso de entierro). Los servicios incluyen la carroza fúnebre, arreglo del cuerpo, ataúd metálico, opción de cremación y urna para las cenizas; no obstante, este servicio sólo existe para casos de “necesidad inmediata”, por lo que están sujetos a disponibilidad.
