México

La podredumbre aquí y en otros países, y el fracaso neoliberal obligan a migrar, dice Solalinde

15/02/2018 - 5:00 pm

Solalinde Guerra advirtió que el momento crucial que vive México este año podría afectar negativamente a los migrantes, que de por si ya sufren carencias, discriminación, violencia y desaparición forzada. Bajo este contexto, el sacerdote instó a la sociedad a ser más solidaria y comprometida, y a los gobiernos a garantizar la defensa de los derechos humanos.

Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo).- El sacerdote y activista Alejandro Solalinde Guerra dijo este día que los derechos humanos están en peligro por la fragmentación y desigualdad social, y un ejemplo de ello, señaló, son los migrantes.

“Todo mundo habla de la migración. Sería difícil negar que el tema migratorio es el epicentro del debate mundial”, dijo Alejandro Solalinde en conferencia.

Destacó que los migrantes nos hacen ver dos procesos: uno que evidencia los atropellos que sufren las personas más necesitadas; y otro que muestra su capacidad de autonomía, que “va más allá de los vaivenes del crimen organizado y del legal”, esos que, puntualizó, ven a los migrantes como un negocio.

Alejandro Solalinde participó en el foro “Democracia y autoritarismo en México”. Foto: Efrén Flores, SinEmbargo

Solalinde Guerra advirtió que la migración se incrusta en las deficiencias del sistema neoliberal capitalista, donde las carencias y desigualdades se generan desde los lugares de origen, mismas que dan pie a una migración forzada –activo del sistema–.

El problema es que en este sistema desigual, incluido el de México, “todos somos migrantes y todos somos indigentes. Hay un gran dolor porque no hay salida para ellos [que viven] en la gran podredumbre que existe en las naciones”, destacó el sacerdote católico defensor de los derechos humanos.

La doctora Guadalupe Correa, académica de la Universidad George Mason, en Estados Unidos, puso como ejemplo a lo dicho por Solaline una frase del padre del neoliberalismo Milton Friedman [1912-2006]: “la migración ilegal sólo ayuda cuando es ilegal”.

De ese modo, Correa ejemplificó la manera en que algunos gobiernos reducen los beneficios para los migrantes -o hijos de migrantes, como en el caso de aquéllos resguardados por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA (por sus siglas en inglés)-manteniéndolos como “ciudadanos de quinta” para evitar darles derechos, en cambio validándolos como activos “desechables” del sistema capitalista porque la economía [de producción] los demanda.

Solalinde y Correa señalaron en que los muros no funcionan, pues a pesar de que son construidos, “los migrantes siguen llegando porque el sistema se los permite”. El sistema hace y fuerza a los migrantes; y su violencia contra ellos “es estructural y mañosa”.

Así es que las deportaciones y la criminalización no funcionan. E inclusive llegan a agravar el problema -muchos migrantes, al desamparo de la sociedad, terminan en manos de pandillas o grupos criminales, como por ejemplo, la Mara Salvatrucha-.

Sin embargo, Solalinde confió en que ulterior al fenómeno de la migración hay un movimiento histórico, “porque la migración forzada se da en un momento de crisis civilizatoria”, explicó.

México, en ese sentido, vive un momento crucial en 2018. La migración puede cambiar al país con sus actos.

“Los migrantes de a pie, o los migrantes que somos todos, traen consigo el germen del cambio con una estridencia tal, que va a acabar con una identidad [fragmentada] y con el sistema capitalista […]. Hoy veo una sociedad solidaria”, comentó el defensor de derechos humanos.

“Los migrantes son un misil a la conciencia. Ellos son una fuerza impredecible e imparable”, dijo también Solalinde. “Nos recuerdan que lo que somos, lo que fuimos, hoy ya no lo tenemos, no lo somos. Estamos siendo”, añadió.

Por eso, él y la doctora Guadalupe Correa urgieron la necesidad de entender y reflexionar el problema en un mundo donde “los muros no son más que máscaras para enfrentar lo que no pueden detener”. Se requiere comprender la migración, no detenerla o asistirla, mencionaron.

!Necesitamos de una sociedad comprometida con sus derechos humanos y solidaria en su defensa. Necesitamos una lente de humanismo y una de fe!, recalcó Solalinde, pues más allá de las religiones, la espiritualidad y los valores son en suma importantes para el desarrollo social y las democracias.

 

Efrén Flores
Es politólogo por la UNAM. En SinEmbargo se ha especializado en el análisis de datos. Su investigación periodística es multitemática, pero sobre todo enfocada en temas políticos y económicos.
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