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Juan Méndez, 2 años después: la tortura es generalizada… a menos que en México demuestren lo contrario

15/03/2017 - 6:29 pm

En marzo de 2015, Juan Méndez alertó que la tortura es generalizada en México. Luego de una visita al país en 2014 al país, el entonces relator especial de la ONU destacó en un informe que “la tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la puesta a disposición de la justicia son generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad”. Sus declaraciones detonaron casi de inmediato una embestida del Gobierno mexicano para desacreditarlas. Primero, el Embajador de México ante la ONU aseguró que lo dicho por el entonces relator de la ONU se trataba de una “falacia”, luego el todavía Canciller José Antonio Meade aseveró que el relato se había basado en sólo 14 casos. Hoy, a dos años de ese informe, Méndez dijo que con alegría poder decir que la tortura en México ya no es generalizada cuando el Gobierno presente evidencias de ello.

Ciudad de México, 15 de marzo (SinEmbargo).- El ex relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, condenó el uso de las Fuerzas Armadas en México para tareas de seguridad interior por las repercusiones que tiene para los derechos humanos.

“No sólo yo sino todos los organismos internacionales hemos dicho consistentemente, y sobre la base de la experiencia, hemos advertido que involucrar a las Fuerzas Armadas que están entrenadas para el combate, en tareas de orden interno, en especial de persecución del delito puede ser un gran error”, señaló Méndez.

El ex relator dijo, aún sin conocer el detalle de las propuestas en materia de Seguridad Interior, que en su informe de 2014 indicó que la presencia de las Fuerzas Armadas tenía una correlación llamativa con actos ilícitos.

Sin embargo, aclaró que no sólo el Ejército tortura en México. “Por eso la llamamos generalizada”, dijo durante un breve coloquio realizado esta tarde en el Museo de la Memoria y Tolerancia.

Actualmente, al menos seis iniciativas sobre la Ley de Seguridad Interior se discuten en el Congreso de la Unión, cuyo fin es permitir al Ejército realizar tareas de la seguridad interior, hasta ahora limitadas a la policía.

Méndez apuntó que sacar el Ejército a las calles para realizar tareas de seguridad interior conlleva el riesgo de “militarizar” la policía. “Que tengan esa visión de combate, de amigos o enemigos, en vez de ciudadanos y delincuentes”, criticó.

Sólo en 2016, el Ejército registró en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) más quejas de tortura que en los últimos seis años, de acuerdo con un documento obtenido por SinEmbargo vía transparencia.

La CNDH registró el año pasado 15 quejas de tortura relacionadas con el Ejército; un aumento del 400 por ciento con relación a 2015.

Los señalamientos a la Policía Federal para prevenir este delito de lesa humanidad cometido por autoridades también se agravaron. 143 quejas relacionaron al cuerpo policial en el 2016 con esta práctica, un aumento del 429 por ciento con relación a los registros del 2015.

“La presencia de Fuerzas Armadas no es de ahora, no sólo produce violaciones de derechos humanos, sino que no se correlacionan con una lucha efectiva contra el crimen organizado […] ”, destacó Méndez.

El ex funcionario argentino realizó una visita a México entre el 21 de abril y el 2 de mayo de 2014, de la cual redactó un informe en el que señaló que la tortura en México era una “práctica generalizada”.

El 9 marzo de 2015, Juan Méndez alertó que la tortura es generalizada en México.

“La tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la puesta a disposición de la justicia son generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad. Generalmente la finalidad es castigar o extraer confesiones o información. Hay evidencia de la participación activa de las fuerzas policiales y ministeriales de casi todas las jurisdicciones y de las fuerzas armadas, pero también de tolerancia, indiferencia o complicidad por parte de algunos médicos, defensores públicos, fiscales y jueces”, concluyó Méndez luego de su visita en 2014.

Casi de inmediato se emprendió una embestida de parte del Gobierno mexicano para revirar las declaraciones del relator. La primera respuesta vino del Embajador de México ante la ONU, Jorge Lomónaco, quien afirmó que se trataba de una “falacia [que] no corresponde a la realidad”. Después, el entonces Canciller José Antonio Meade aseveró que Juan Méndez sólo había aportada información “de 14 casos de los cuales 13 ya se le [habían presentado] avances significativos para su atención”.

“Hubo una gran polémica en 2015 casi un año después de la visita, y era fundamentalmente alrededor de mi caracterización de la tortura como generalizada en México. Esa polémica tuvo que ver con que al fin de mi visita, cuando informé de mis conclusiones preliminares a funcionarios, la Secretaría de Relaciones Exteriores trató de persuadirme de no usar este término [tortura generalizada]”, recordó esta tarde Méndez.

El ex relator adujo que aún aspira a que el Gobierno mexicano demuestre que se equivocó, “o a que [la tortura] ha dejado de ser generalizada”.

“Lo único diferente con otros países [sobre el diferendo] fue la intensidad y la personalización. […] Lo malo de eso no fue los ataques personales, sino los personales contra activistas mexicanos. Esos sí son graves, porque yo no estoy en riesgo”, indicó.

El entonces relator Juan Méndez durante su visita a México en 2014. Foto: Cuartoscuro

ALERTÓ SOBRE TOPO CHICO

Por otra parte, Juan Méndez recordó que durante una visita al penal de Topochico en Nuevo León hizo recomendaciones para que las autoridades pusieran atención sobre este penal en particular, donde murieron más de 40 personas.

“Tuvimos que lamentar luego que una de las cárceles que visitamos fuera escenario de una terrible masacre. Nosotros tuvimos visiones de lo que podía ser una masacre. y aunque habíamos visitado muchos penales destacamos el caso de Topochico para alertar sobre el autogobierno interno y que se pudiera prevenir la tragedia que pasó luego”, dijo Méndez.

Méndez dijo que habían visitado al menos 15 cárceles en México, y aún así hicieron un llamado para que se prestara atención al centro en Nuevo León.

“Era un caso típico de autogobierno. Las autoridades abren la puerta, meten a la gente, cierran la puerta y se desentienden de lo que pasa adentro […]. Meses después los hechos nos dieron la razón”, criticó.

El vínculo de Méndez con México se remonta desde su exilio en Estados Unidos y una serie de cargos que ocupó desde instancias como America Rights Watch (hoy Human Rights Watch) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En cuanto al papel de la tortura en el contexto internacional, Méndez insistió en que la única forma de acabar con este flagelo es rompiendo con el ciclo de impunidad: “Denunciar cada caso”, insistió.

“Se nos induce que la tortura es necesaria y tengo la impresión de que hemos retrocedido bastante en ese consenso universal de condena”, indicó Méndez. Una errónea concepción, dijo, y que se agravó desde el 11 de septiembre de 2001, cuando inició una lucha internacional contra el terrorismo.

En los Estados Unidos han proliferado otras formas de tortura distintas a la física, como la moral, o psicológica, expuso.

“Hay más de 100 mil detenidos en algún momento en situaciones de confinamiento solitario […] Esto también es una violación”, dijo Méndez. Esta situación apenas ha sido incluida en el 2015 dentro de las llamadas normas Nelson Mandela.

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