Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– La modernidad tiene un precio que pagar y siempre es el de ignorar la tradición hasta extinguirla. Por ello es que no hay que quitar el ojo vigía y cuidar las costumbres ancestrales que dan cuenta de nuestro pasado para ayudarnos, precisamente, a construir un presente y un futuro.
El chal mexicano que conocemos como rebozo, nacido en la época de la colonia, sobrevive con grandes esfuerzos en la cultura mexicana. Muchos de los mejores artesanos han fallecido sin dejar herederos. Las nuevas generaciones no parecen encontrar gratificación en la técnica del jaspe con la que se elabora artesanalmente la prenda, que por otro lado está bastante ausente en el vestuario cotidiano de las mexicanas.
“Conservarlo tiene que ser una decisión consciente ya, tiene que haber más apoyo de las autoridades. No estamos hablando de una prenda que vuelva a ser masiva como lo fue, eso lo veo difícil, pero al menos hacer algo para evitar la extinción total”, dijo Marta Turok, experta en rebozos, durante un encuentro llevado a cabo el año pasado y que reunió a artesanos de todas partes del país.
En julio de este año, se llevó a cabo por primera vez una exposición de rebozos mexicanos pertenecientes a colecciones públicas y privadas en Londres, Inglaterra, titulada Made in Mexico. The Rebozo in Art, Culture & Fashion (Hecho en México. El rebozo en el arte, la cultura y la moda).
Se mostraron 75 piezas fabricadas en distintas épocas, desde el siglo XVIII hasta nuestros días, para dar cuenta de una prenda que es símbolo y testimonio de la identidad mexicana.
En sus orígenes, el rebozo servía para transportar un bebé o como mortaja. En la contemporaneidad vistió a celebridades como la pintora Frida Kahlo y la cantante Lila Downs, entre otros.
La mencionada antropóloga Marta Turok se encargó de la curaduría de la sección El vestido mexicano, para la que se tomó en cuenta la diversidad de localidades, atendiendo que fueran rebozos clásicos mexicanos de jaspe o chalinas.
“Cada lugar de origen del rebozo te habla de tanta cosas ya sea colgando o acostado, el cómo se combinan colores y texturas”, dijo Turok en entrevista con CONACULTA.
EL REBOZO AL ALCANCE DE LA MANO
El rebozo no podía faltar en estas conmemoraciones patrias y así lo han entendido las autoridades del Museo Nacional de Culturas Populares, que ha organizado hasta el 14 de septiembre la exposición “Tápame con tu rebozo”, a cargo de artesanos pertenecientes a 26 comunidades de nuestro país.
En el México prehispánico existía una manta o tilma de algodón coyuchi o de ixtle tejida en telar de cintura que se usaba para cubrir el cuerpo, cargar a los recién nacidos o llevar en la espalda cualquier clase de objetos; en la época de la Colonia, a la prenda con usos similares se la llama rebozo, derivado de rebozar, que significa cubrir o tapar el cuerpo.
Los colores y los dibujos se inspiran en la naturaleza, hay símiles de cortezas de árbol, de insectos, de flores, musgo y diversas plantas, que explotan en colores combinados con sabia armonía.
En la inauguración de la muestra, Rodolfo Rodríguez Castañeda, director del Museo Nacional de Culturas Populares, aseguró que podrán verse los mejores rebozos de México.
Entre ellos, el hermoso rebozo blanco a cargo de la artesana Carmen Vázquez Hernández, de la Cooperativa Chis-ka-nal originaria de Chiapas, quien tardó ocho meses en confeccionar su prenda con el más fino algodón.
También está Eladio Zárate López, oaxaqueña, quien cuenta que el proceso del rebozo inicia con la siembra de la morera, alimento esencial para el gusano de seda.
“De ahí nos lleva 35 días para que el gusano nos deje un capullo de seda, luego lo procesamos para hilarlo a mano y después teñirlo con tintes naturales, como la grana cochinilla que es un insecto que nos da colores como violeta, naranja, rojo, gris y negro”, agregó el artesano en una entrevista con CONACULTA.
La Feria Artesanal “Tápame con tu rebozo” estará abierta hasta el 14 de septiembre en el Museo Nacional de Culturas Populares, Avenida Hidalgo 289 , esquina con Allende, colonia Del Carmen. Delegación Coyoacán. Horario de 10 a 18 horas y el domingo hasta las 20 horas. Entrada libre.