Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).– Más allá de la cordialidad, el beso es uno de las muestras afectivas más extendidas a lo largo de la historia de la humanidad y en la mayor parte del orbe. Sin embargo, los mecanismos psicológicos que acompañan a esta expresión varían dependiendo de la latitud y la época. No obstante, en el caso de los besos en la boca, éstos podrían tener una explicación mucho más sencilla de lo que parece, aunque también cargan con su dosis de complicaciones
Sin embargo, un estudio del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford sugiere que esta expresión física ayuda a las personas a evaluar la idoneidad de un pretendiente y, de esta manera, considerar a ese compañero o compañera como una pareja potencial y mantenerla como tal.
“Besar en las relaciones sexuales humanas es muy frecuente en diversas formas en casi todas las sociedad y culturas”, dijo Rafael Wlodarski, estudiante de doctorado en Filosofía e investigador que llevó a cabo la investigación.
“Los besos también se ven en las relaciones de nuestros parientes primates más cercanos, los chimpancés y bonobos, pero es mucho menos intenso y menos habitual”, agregó el investigador.
De esta manera, los especialistas descubrieron que dicho contacto ayuda a las personas a juzgar la calidad del otro a través del gusto, el olfato y la salud física y, una vez que se da el paso hacia una relación tras ese primer intercambio de fluidos, los expertos determinaron que los besos eran una forma de mantener a la pareja, publicó Archives of Sexual Behavior y Human Nature.
El equipo de Oxford realizó una encuesta por internet a 900 adultos con la cual encontraron que los hombres y las mujeres que eran más atractivos y las que tenían más encuentros sexuales ocasionales eran más selectivos a la hora de escoger pareja, de la misma forma en la también valoraban mucho más el poder del beso.
Al mismo tiempo, los especialistas determinaron que en las relaciones a largo plazo las mujeres le dan mucha más importancia al beso, lo que sugiere que besar ayuda a dimensionar al candidato o candidata. Por otra parte, también descubrieron que la importancia del beso cambia para la gente dependiendo si se encuentran en una relación larga o corta.
No obstante, si el beso juega un papel importante a la hora de seleccionar pareja, los investigadores descubrieron que este es todavía más importante todavía si se considera como un parámetro para dar el paso al sexo en relaciones cortas, así como para varios momentos cruciales de una relación a largo plazo.
Asimismo, los investigadores creen que la excitación no es un factor determinante que explique por qué nos besamos en las relaciones románticas. De hecho, en las relaciones cortas, los participantes dijeron que los besos eran más importantes antes del sexo, pero no tanto después o en otras ocasiones. Sin embargo, en el caso de las relaciones estables, los voluntarios afirmaron que besarse era igual de importante antes del sexo o en cualquier otro momento.
No obstante, la complejidad de los besos es tal que incluso cuando estos son frecuentes en una relación, sin necesidad de que haya sexo de por medio, se relacionaron con la calidad de la misma. Por otra parte, el ciclo menstrual también parece influir en la actitud de las mujeres hacia los besos románticos, de modo que entre las voluntarias, estas valoraban más este gesto cuando se encontraban en el momento más fértil del ciclo. Esto indica que las mujeres valoran más el beso al inicio de la relación y en los períodos de ovulación.
“La atracción inicial puede incluir cara, cuerpo y convenciones sociales. La evaluación se va haciendo cada vez más íntima en la medida que nos adentramos en las etapas del cortejo, hasta que se llega el beso”, concluyó el profesor Robin Dunbar, del departamento de psicología experimental de la Universidad de Oxford.
