Ataque a los normalistas fue a 3.1 kilómetros de cuartel; Ejército avisó 6 horas después

15/10/2014 - 12:32 pm
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El Ejército tardó casi seis horas en informar al Ministerio Público que dos estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa habían sido asesinados. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo.

Ciudad de México, 15 de octubre (El Sur/SinEmbargo).– Aunque está a unos cinco minutos de distancia en vehículo o a unos 35 minutos a pie, el Ejército tardó casi seis horas en informar al Ministerio Público que dos estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, “Raúl Isidro Vargas”, habían sido asesinados por múltiples disparos en la esquina del periférico de Iguala y la calle Juan N. Álvarez.

La entrada del campo militar del 27 Batallón de Infantería del Ejército en Iguala se ubica en la avenida Periférico Oriente, a unas ocho cuadras del centro de la ciudad, dentro de la zona. El sitio donde ocurrió la emboscada de policías municipales contra los estudiantes que viajaban en tres autobuses se ubica en la esquina de Periférico Norte y la calle Juan N. Álvarez, que atraviesa el centro de la ciudad.

Entre ambos puntos hay 3.1 kilómetros de distancia, es decir, unos 5 minutos de trayecto en vehículo desde la entrada de las instalaciones frente a la Comercial Mexicana, utilizando el Periférico Oriente y después girando a la derecha para continuar por el Periférico Norte hasta llegar a la esquina de la calle Juan N. Álvarez.

El traslado a pie dura unos 35 minutos usando la misma ruta, pero también se puede llegar usando la calle Del Estudiante, la carretera federal a Taxco y el Periférico Norte, lo que reduce el tiempo de llegada en un minuto. En vehículo también hay rutas alternas pero ninguna rebasa siete minutos de traslado.

Aunque el primer ataque ocurrió a las 9 de la noche del viernes 26 de septiembre, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Iñaky Blanco Cabrera, indicó que fue hasta las 2:40 de la madrugada del sábado que el personal de 27 Batallón de Infantería de Iguala informó al agente del Ministerio Público sobre dos asesinatos.

El lunes 29 de septiembre, El Sur informó que el comandante de la Novena Región Militar, Martín Cordero Luqueño, evadió opinar sobre la policía de Iguala y si la delincuencia organizada participó en los hechos violentos porque no le correspondía.

“No puedo opinar porque no me corresponde, yo nada más la seguridad que me corresponde y tenemos un despliegue en coordinación con los tres órdenes de gobierno vamos a darle seguridad al estado de Guerrero”, dijo entrevistado en una actividad deportiva de la Fuerza Aérea Mexicana.

Los testimonios de los jóvenes estudiantes Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que sobrevivieron indican que el primer ataque a los normalistas ocurrió alrededor de las 9 de la noche del viernes 26. Fueron perseguidos por policías municipales desde la central de autobuses ubicada frente al mercado municipal, en el centro de Iguala, por la calle Juan N. Álvarez, y en la esquina del Periférico Norte los uniformados les cerraron el paso a los tres autobuses y les dispararon.

En este ataque, el estudiante Aldo Gutiérrez Solano recibió un disparo en la cabeza que lo tiene en estado de coma.

El segundo ataque a los normalistas ocurrió tres horas y media después, a de las 12:30 de la madrugada del sábado 27, cuando dirigentes estudiantiles y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) daban una conferencia de prensa para denunciar los hechos. Los jóvenes fueron atacados por civiles armados que les dispararon desde el carril que va de sur a norte.

En ese ataque fueron asesinados dos estudiantes, Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava. A las 11 de la mañana del sábado el cuerpo de un tercer estudiante, Julio César Mondragón Cortés, desollado, se encontró tirado a unos 500 metros del lugar donde ocurrió el ataque.

Los normalistas aseguraron que durante los ataques y hasta después de la 1:30 de la madrugada del sábado, no hubo presencia de corporaciones policiacas que llegaran en su auxilio, ni del Ejército.

El 29 de septiembre, El Sur informó que tras el segundo ataque y más de cuatro horas después del primer atentado llegaron tres patrullas del Ejército que resguardaron la zona mientras esperaban a los peritos de la Procuraduría del Estado, y después de las tres de la madrugada comenzaron las diligencias.

ESPOSA DE EDIL SE AMPARA

Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa llevaban una vida lujosa en una colonia de clase media. Foto: Especial.
Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa llevaban una vida lujosa en una colonia de clase media. Foto: Especial.

La esposa del Edil con licencia de Iguala, José Luis Abarca, María de los Ángeles Pineda Villa, se amparó ante un juez federal quien le concedió la suspensión provisional contra cualquier orden de aprehensión, detención, búsqueda y localización.

El Consejo de la Judicatura Federal informó que le admitió la demanda de garantías que presentó Pineda Vila y se señaló que la audiencia constitucional, para dictar la sentencia del amparo, se celebrará el próximo 11 de noviembre a las 09:05 horas.

La esposa del Edil presentó el pasado lunes la demanda ante el Juzgado Décimo Primero de Distrito de Amparo Penal del DF, donde se le impuso el pago de una garantía de 35 mil pesos para gozar de la protección de la justicia.

Ayer el Gobernador señaló en una entrevista con MVS Noticias que la esposa del Edil, Pineda Villa, llegó a manifestar que quería ser candidata a la Alcaldía. Comentó que el 26 de septiembre cuando ella y el Edil estaban en su informe de actividades del DIF fue cuando arribaron los normalistas a Iguala, hecho que le pudo ocasionar malestar y que habría causado que se ordenara el despliegue policiaco.

De acuerdo con el mandatario, se tiene la hipótesis de que Pineda Villa ordenó que los policías de Iguala actuaran contra los estudiantes de Ayotzinapa la noche en que tres de ellos perdieron la vida y otros  43 fueron plagiados.

“A la señora le causó un gran malestar cuando se le informó que había un grupo de jóvenes cerca de la estación de autobuses y posiblemente eso motivó que ella o el Alcalde dieran la orden de que la policía acudiera a este lugar sin seguir ningún protocolo. Actuando fuera de la ley”, dijo.

en Sinembargo al Aire

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