VIDEO explica por qué no existe un mapa impreso que sea acertado. Todos tienen fallas

15/12/2016 - 11:09 am

Interpretar un mapa no es sencillo, habemos quienes con GPS y Google Maps no podemos evitar perdernos. La situación se complica si uno piensa que no hay mapas que representen con total exactitud a este mundo de sendas donde habitamos. Y no es necesariamente por falta de tecnología, más bien es por culpa del planeta que es semiesférico en lugar de ser plano, circunstancia que hace virtualmente imposible que sea representado adecuadamente en un papel. Tal vez los cartógrafos del mundo desearían que la Tierra fuera plana, como solía pensarse en la antigüedad.

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Los cartógrafos de ayer y de hoy se han enfrentado constantemente al problema de tener que ajustar la forma esférica (tridimencional) de la Tierra a un plano en el que no es posible adecuar, con exactitud, las dimensiones reales de la topografía terrestre.

Si respetan el verdadero tamaño de los continentes, el de los países no cuadra (y viceversa); si respetan las distancias, los continentes se deforman (lo mismo a la inversa); si quieren trazar un mapa que simule la curvatura del globo terráqueo para facilitarle la vida a los navegantes, todo lo demás se sale de proporción. En fin, ser cartógrafo es un dolor de cabeza cuando se trata de hallar un modelo que satisfaga cada detalle, por eso hay tantos tipos de mapas, cada uno destinado a representar a la Tierra según un determinado propósito -inclusive para “conspirar” e imprimir en tu mente un mapa que representa el “dominio” de las potencias mundiales sobre los países más débiles, dirían los teóricos de las ideas más extremas, quizá extravagantes-.

Como sea, “la forma de una esfera no puede ser representada en un plano sin algún tipo de distorsión”, menciona el narrador del video. Ni siquiera los matemáticos, quienes desde hace más de 500 años buscan un algoritmo que resuelva el problema, han podido llegar a una solución. Tampoco se han podido reparar las alteraciones utilizando la técnica de la “proyección” -un método de representación que consiste en imprimir cada punto del orbe en un plano-.

Las asimetrías son la constante y parecieran ser inevitables, por lo que un mapa puede llegar a ser nuestra salvación o el clavo que nos aferre a nuestra perdición. Todo depende del uso que les demos según las proporciones que representan y para las que están hechos -tu GPS o Google Maps sufren de la misma condición-.

Si en algo podemos concordar -matemáticos, cartógrafos, teóricos de la conspiración, o como uno, despistado común-, es que algunas distorsiones son inevitables, pues constituyen la diferencia entre la forma real y la capacidad de observación (o punto de vista) -más allá de la intención o de paradigmas filosóficos-. Saberlo es no engañarse, y lejos de suponer un análisis de la anatomía del engaño, sirve para evitar perderse.

En ese sentido, cabe cuestionar ¿cómo te quedó el ojo, chato? (Cantinflas), que es diferente a expresar “cómo te quedó el ojo chato” -una coma es la diferencia entre decir “chaparro” (como expresión), o decir que uno está “corto de miras” (o pobre intelectualmente hablando)-. En el detalle la distinción.

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