Con la elección presidencial de México y otras elecciones clave, a menos de seis meses de distancia, el gobierno mexicano y sus “perros guardianes” temen que la mano negra de la delincuencia organizada manipule el proceso para imponer candidatos “títeres” como servidores de los cárteles de la droga, dice el diario Washington Post.
De acuerdo con fiscales mexicanos que hablaron con el WP, poco se ha hecho para mantener a los narcos y a su dinero de las drogas alejados de las elecciones del 1 de julio, y los funcionarios de Estados Unidos temen que las campañas contaminadas, podría traer nuevos líderes a los ayuntamientos y a las oficinas federales que podrían socavar la guerra que se encuentra en curso contra los poderosas bandas del crimen organizado en México.
Los analistas políticos dijeron al diario que los narcotraficantes podrían dañar la carrera presidencial, incluso sin tener que interferir directamente en las campañas, y que sus intentos de impulsar a los candidatos locales o suprimir votos podrían contaminar el proceso en todos los niveles.
Estas amenazas parecen poner a la democracia mexicana en un momento crítico, ya que el país lucha por escapar de la sombra de décadas de corrupción, y de un partido que estuvo 70 años en el gobierno, dice el Washington Post.
A pesar de la preocupación de que los narcos financien a algunos de los candidatos, mientras que intimidan o asesinan a otros, un paquete de nuevas leyes nuevas apuntan a que los delitos relacionados con las elecciones se ha estancado en el Congreso de la Unión desde abril del 2011. Lo que deja poco tiempo para salvaguardar las próximas elecciones, señaló al periódico Juan Luis Vargas, fiscal de la FEPADE, en una entrevista.
“El apetito de estos grupos criminales es infinito”, dijo Vargas, explicando que los cárteles operan con una “lógica económica” no muy diferente de cualquier interés comercial en busca de ganar influencia. “Ellos quieren ciertas garantías de las autoridades: que sus monopolios serán protegidos y que A sus competidores no se les permitirá operar en un territorio determinado.”
El voto en 2012 está en mucho mayor riesgo que en la última elección presidencial en 2006, dice Vargas, debido a las mafias del país, han perfeccionado sus métodos de corrupción, optando por financiar campañas en lugar de comprar a los funcionarios una vez que están en el poder.
“Ellos dicen: ‘¿Por qué iba yo a querer pagar a las autoridades si puedo colocar las propia desde el principio”, dice el funcionario al Post.
Las elecciones que se celebraron el 13 de noviembre en el estado de México y los problemas en la de Michoacán, son vistos como un signo ominoso de lo que podría pasar en la votación de este verano, dice el influyente diario.
Las encuestas mostraban a la hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María Calderón, con una sólida ventaja en la contienda para gobernador, pero terminó perdiendo ante el candidato del PRI Fausto Vallejo Figueroa en medio de múltiples denuncias de intimidación a los votantes por parte del narco.
Medios de comunicación locales revelaron audio grabaciones de un líder del cártel de “La Familia”, que supuestamente amenazaba con matar a los familias completas, si votaban por un candidato que fuera apoyado por la banda rival de los “Caballeros Templarios”. Las autoridades federales dicen que están investigando, y asegura que candidatos en otras ciudades también denunciaron amenazas.
“No podemos permitir que el crimen organizado decida en las urnas”, dijo Josefina Vázquez Mota, favorita para ser la candidata presidencial del Partido Acción Nacional en 2012, que puso fin a 71 años de gobierno del PRI con la elección de Vicente Fox en el año 2000.
Los presidentes mexicanos están limitados a un período de seis años, y el se PAN mantuvo en el poder en 2006, con victoria mínima de Calderón sobre su rival de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien encabezará a el Partido de la Revolución Democrática en el 2012.
Esta vez, los analistas esperan que los candidatos del PAN pierdan por la insatisfacción de los votantes con la ofensiva militar de Calderón contra los cárteles de la droga. Al menos 50 mil personas han muerto desde que asumió el cargo en diciembre de 2006, y la violencia entre bandas se ha extendido hacia las zonas del país que antes se consideraban seguras.
Calderón ha enfurecido a los legisladores rivales por que sugirió que una victoria presidencial del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto representaría una rendición ante los criminales. Pero muchos mexicanos parecen nostálgicos de la relativa tranquilidad de la vida bajo los gobiernos PRI, cuya red de clientelismo y corrupción mantendría bajo control a la delincuencia organizada, dice el WP.
Los líderes del PRI se han molestado por las denuncias de Calderón y otros que no están tan comprometidos en la lucha contra los cárteles.
Peña Nieto ha pedido a los candidatos a firmar un “pacto” aceptando rechazar cualquier oferta de ayuda o dinero en efectivo de los delincuentes. “No quiero un voto o un poco de ayuda de aquellos que están fuera de la ley”, dijo. “Quiero ganar la confianza de los buenos mexicanos”.
