Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).- El mundo de la música todavía llora la partida del querido director de orquesta italiano Claudio Abbado, quien sucumbió al cáncer el pasado 20 de enero en Bolonia, a los 80 años.
Abbado, que a lo largo de su carrera fue director musical entre otros de la Scala de Milán y de la Staatsoper de Viena, estaba enfermo desde hacía tiempo. “El revolucionario del podio”, tituló el diario italiano La Repubblica, para dar cuenta de la muerte de uno de los grandes conductores de la segunda mitad del siglo XX.
Había cancelado conciertos y diversos proyectos en los últimos tiempos debido a su enfermedad. Nacido el 26 de junio de 1933 en Milán, Abbado fue director musical de la Scala entre 1968 y 1986. Posteriormente, dirigió la Staatsoper de Viena, la Orquesta Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Berlín.
Hablamos de una figura realmente inspiradora para la música de todo género y un baluarte para el universo de la música clásica que hoy resguarda su legado entre otras cosas con la salida reciente de un disco bajo el prestigioso sello Deutsche Grammophon y que condensa su último concierto en el Festival de Lucerna, Suiza, en 2013.
Junto a la famosa pianista argentina Martha Argerich y la magnífica Orquesta Mozart, Abbado dirige los que son considerados los dos mejores conciertos para piano del genio de Salzburgo: el Nº 25 en do mayor y el N º 20 en re menor.
El álbum cierra un ciclo en la formidable carrera musical de Abbado, quien cuando hizo su primera grabación para Deutsche Grammophon casi medio siglo antes, fue también acompañado por Martha Argerich.
El disco, dedicado a Prokofiev y Ravel con la Orquesta Filarmónica de Berlín, fue el primer proyecto concierto del pianista para el famoso sello amarillo y desde entonces se mantiene incólume en el catálogo. Nunca dejó de reeditarse. El nuevo disco dedicado a Mozart promete convertirse en otro icono del catálogo de la DG.
“Argerich luce muy sólida y muy suelta, con licencias de tempo y con un toque tan clásico y mozartiano como indudablemente personal. Pero cualquier riesgo de desbalance o de apartamiento de lo que son dos obras estrictamente clásicas y vienesas es aventado por la mano maestra de Abbado que, dueño de la escena, hace coincidir por el mejor camino a su Orquesta Mozart y a una pianista que sigue exhibiendo una personalidad musical avasallante”, escribió el crítico Pablo Kohan en el periódico argentino La Nación.
LA HERENCIA DE CLAUDIO ABBADO
El productor Sid McLauchlan, que ha trabajado en estrecha colaboración con Abbado en los últimos 25 años y atesora no sólo la visión y el entusiasmo musical del conductor, sino también su calor, la humanidad y la firmeza de su carácter, advierte que esta grabación con Argerich no es lo único que el italiano dejó como herencia.
“Es la más reciente, pero no la declaración musical definitiva de este director de orquesta extraordinario. Lo suyo fue siempre mirar hacia adelante, planificando conciertos, descubriendo y volviendo a descubrir obras. En ese sentido, hay varias interpretaciones que todavía no se conocen”, afirma en un comunicado distribuido por Deutsche Gramophon.
En junio llegan cuatro cajas dedicada cada una a los compositores destacados en Claudio Abbado Symphony Edition, editado para celebrar su 80 cumpleaños en 2013.
En cuanto a Mozart, ocho discos en una caja especial reunirán por primera vez la grabaciones con la Orquesta Mozart, entre otras muchas sorpresas que prepara DS para preservar y divulgar la herencia de Claudio Abbado.