Las nubes cósmicas de Orión; un lazo en el cielo formado de frío polvo interestelar

16/05/2013 - 1:00 am
Foto: ESO
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Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).- El experimento APEX (Atacama Pathfinder Experiment), operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) en Chile, observó una nueva e impactante imagen de nubes cósmicas en la constelación de Orión que da la impresión de ser un encendido lazo en el cielo.

Esta nueva imagen muestra sólo una parte de un complejo mayor llamado la Nube Molecular de Orión, en la constelación del mismo nombre. La región, conformada por una mezcla de brillante nebulosa, estrellas jóvenes calientes y nubes de polvo frío, tiene un tamaño de cientos de años luz y se ubica a unos mil 350 años luz de nosotros de la Tierra.

En esta imagen, el brillo del rango submilimétrico, procedente de las nubes de polvo frío, se ve en colores anaranjados.

Dichos esos granos diminutos de polvo bloquean la visión terrestre de lo que se encuentra dentro y detrás de las nubes —al menos en longitudes de onda visibles— lo que dificulta la observación del proceso de formación estelar. Por este motivo los astrónomos necesitan utilizar instrumentos capaces de ver en otras longitudes de onda de la luz.

En longitudes de onda submilimétricas, en lugar de bloquear la luz, los granos de polvo brillan debido a sus temperaturas de unas decenas de grados por encima del cero absoluto. Por tal motivo, el telescopio APEX, con la cámara LABOCA, que trabaja en el rango submilimétrico, ubicado a cinco mil metros sobre el nivel del mar, en el Llano de Chajnantor, en Chile, es la herramienta ideal para este tipo de observaciones.

De esta manera, la imagen capta un brillo anaranjado que representa la débil luz proveniente de granos de frío polvo interestelar, en longitudes de onda demasiado largas para ser vistas por el ojo humano.

Foto: ESO
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La gran nube brillante que se aprecia en la parte superior derecha de la imagen es la conocida Nebulosa de Orión, también llamada Messier 42. Esta es fácilmente visible a simple vista y se identifica como la ligeramente difusa “estrella” central en la espada de Orión.

La Nebulosa de Orión, por su parte, es la parte más brillante de una enorme guardería estelar en la que están naciendo estrellas nuevas, y es el lugar de formación estelar masiva más cercano a la Tierra.

Las nubes de polvo forman filamentos, láminas y burbujas como resultado de procesos que incluyen el colapso gravitatorio y el efecto de los vientos estelares. Estos vientos son chorros de gas eyectados desde las atmósferas de las estrellas, que son lo suficientemente potentes para dar a las nubes de su entorno las retorcidas formas que vemos en la imagen.

Los astrónomos usaron estos y otros datos obtenidos por APEX, junto con imágenes obtenidas por el Telescopio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), para buscar estrellas en una etapa de formación temprana en la región de esta constelación.

Hasta ahora los investigadores han identificado 15 objetos que aparecían mucho más brillantes en longitudes de onda largas que en longitudes de onda más cortas. Estos nuevos descubrimientos son, probablemente, algunos de los objetos protoestelares más jóvenes encontrados hasta ahora, lo que acerca a los astrónomos al momento en el que la estrella empieza a formarse.

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