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Alejandro Páez Varela

16/05/2016 - 12:05 am

Aurelio Nuño: la película

Destruye Telmex, destruye los bancos, destruye Pemex, destruye el IMSS, destruye el ISSSTE, destruye la CFE y destruye, ahora, la educación, que los amigos necesitan hacerse no ricos, porque eso ya lo son: estúpidamente multimillonarios; necesitan no un yate: les urgen diez yates en distintos puertos del mundo; no necesitan una mansión: es necesarísimo que tengan diez mansiones, una en cada paraíso de los más ridículos y de mal gusto que haya.

Aurelio Nuño. “”. Cuartoscuro
Aurelio Nuño. Un sol. Cuartoscuro

Si Aurelio Nuño Mayer fuera serie de televisión, la habrían cancelado sin terminar siquiera la primera temporada.

Y vaya que se trata de una producción de primer nivel: si uno enciende la televisión nacional, Aurelio Nuño sale en todos los canales, sin importar la empresa televisora. Día y noche. Tarde y mediodía. Aurelio Nuño besando a un niño; Aurelio Nuño pintando una escuela; Aurelio Nuño con frases grandilocuentes sobre la educación; Aurelio Nuño en mangas de camisa; Aurelio Nuño como un sol.

Sin embargo, Aurelio Nuño no pinta en las encuestas. O, bueno, sí sale, pero sale mal. La última, realizada por Reforma, dice que 69 por ciento de la gente no lo conoce y del 31 por ciento que sí, a 11 les vale, otro 11 tiene una mala opinión de él y 9 por ciento tiene opinión favorable. Está en el sótano de los presidenciables. Nueve por ciento de ese 31 por ciento que sí lo ubica, votaría por él; esto es, cerca de un 2 por ciento de los encuestados.

Quizás no funciona Aurelio Nuño porque cualquiera podría preguntarse, al verlo: ¿Y ese por qué sería Presidente? ¿Quién es, o qué? ¿Quién le metió esa idea a la cabeza? ¿Cuáles son sus méritos?

Porque puesto en el sector educativo, Aurelio Nuño no agrega nada, no dice nada. Está allí porque puede estar allí –por sus patrocinadores influyentes–, no porque vaya a significar un cambio para bien. Está allí para que pueda brincar más allá, se supone.

Porque visto allí, en el sector educativo, Aurelio Nuño podría ser simple y sencillamente otro ejemplo de la Política de los Dos Pasos impulsada y sostenida por Carlos Salinas de Gortari y sus sucesores desde hace dos décadas. Paso uno: pon al que sea allí para que destruya; paso dos: una vez que deje chatarra, vende todo a precio de regalo.

Destruye Telmex, destruye los bancos, destruye Pemex, destruye el IMSS, destruye el ISSSTE, destruye la CFE y destruye, ahora, la educación, que los amigos necesitan hacerse no ricos, porque eso ya lo son: estúpidamente multimillonarios; necesitan no un yate: les urgen diez yates en distintos puertos del mundo; no necesitan una mansión: es necesarísimo que tengan diez mansiones, una en cada paraíso de los más ridículos y de mal gusto que haya.

Se necesitan universidades privadas, preparatorias privadas, secundarias privadas, primarias y kínderes privados. Aurelio Nuño lo puede lograr.

Quizás no será Presidente, pero el daño lo hará de todas maneras –dirán sus patrocinadores–, de eso no tengan ninguna duda.

Aurelio Nuño no es sino otro más de cara bonita puesto en el lugar preciso para que dañe lo necesario, y aspire a más. Y eso se huele a kilómetros. Yo creo que por eso no pinta.

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¿Por qué tanta tele?, podrían preguntarse muchos. ¿Es él quien negocia tanta publicidad, o viene desde más arriba? No tengo la respuesta aunque sospecho que hay de ambos (él y otros que negocian por él).

Pero de que a Aurelio Nuño le gusta meter mano a los medios, le gusta.

Asesor y jefe de asesores y luego asesor y más asesor, el mérito de Aurelio Nuño es que ha cobrad0 como asesor y llegó a ser Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República en este sexenio.

Mérito entre comillas, porque nadie opinó más allá del Jefe Supremo, y nadie votó por él.

Pero Aurelio Nuño sabe bien para qué son los cargos, a la manera priista: como Jefe de la Oficina se metió durísimo a los medios, se dice.

Se dice que tomó parte en negociaciones, dentro de dos periódicos, para poner o quitar directores.

Se dice que tiene las manos metidas directamente en dos periódicos donde, claro, hay motores encendidos para aplaudirle día y noche.

Se dice que, además, es él quien ordenó darle “una lección” a los socios de otros dos medios que no son alineados: pidió auditorías fiscales “sin descanso” para ellos.

Se dice que tiene dos patrocinadores para esa tarea: Carlos Salinas de Gortari, y Luis Videgaray. Y el Presidente Enrique Peña Nieto, por supuesto, a quien no siempre se le cumplen los deseos en estos días: ya ven que tiene tres iniciativas detenidas en el Congreso, tres que lo harían verse bien en medio de esta crisis de imagen. Peña quería a su Aurelio Nuño en el PRI, en lugar de Manlio Fabio Beltrones. No se le hizo tampoco esa.

Aurelio Nuño, se dice ciertos círculos de los medios de comunicación, suele dar manotazos y le gustan los medios. Se mete en la vida interna de algunos periódicos que se lo permiten, ordena auditorías para otros y, dicen, recientemente ordenó sacar un libro de los anaqueles del Fondo de Cultura Económica: México engañado, lo que no dice tu libro de Texto gratuito, de Francisco Martín Moreno. Que, se dice, el libro le molestó.

Puede o no gustarte Francisco Martín Moreno; lo que no puedes es censurarlo. Y esa orden, de censurarlo, vino directamente de Aurelio Nuño, según se dice.

Las únicas decisiones que he escuchado que toma Aurelio Nuño no hablan de un hombre virtuoso, sino de un marrullero. Un rijoso más de cara bonita, puesto en el lugar preciso para que dañe lo necesario, y aspire a más. Y eso se huele a kilómetros. Yo creo que por eso no pinta en las encuestas.

Cualquiera podría preguntarse, al verlo y, sobre todo, al analizar su currículum: ¿Y ese por qué sería Presidente? ¿Quién es, o qué? ¿Quién le metió esa idea a la cabeza? ¿Cuáles son sus méritos?

Virtudes podría tener, por allí, escondidas. Pero de que tiene patrocinadores, los tiene: están de su lado las televisoras, que ya le dieron su ayudadita a Peña Nieto en 2012; están los medios en los que tiene metida la nariz (con mucha certeza dos) y otros que se sumarán en cuanto les confirmen que hay dinero. Está, quizás, el Presidente. Entonces, si se duermen Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones y otros que quieren llegar; y si siguen apareciendo candidatos independientes y otros inútiles que sólo dividirán el voto –como Miguel Ángel Mancera–, con ayuda del voto duro podría ser Presidente. ¿Por qué no?

Así que a nadie le extrañe que siga saliendo en la tele día y noche, y que lo sigan aplaudiendo en los periódicos donde tiene la mano metida.

Y a nadie le extrañe que mañana salga, incluso, Aurelio Nuño: la película.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

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