Puntos y Comas

En todos los agravios en México humillar es un elemento clave, dice el ensayista L. M. Oliveira

16/07/2016 - 12:02 am

“Los libros de reflexión ética hoy son más necesarios que nunca. La sencillez, sabiduría y mirada crítica que L. M. Oliveira nos ofrece en este ensayo acerca de la humillación no puede dejarnos indiferentes”: Guillermo Fadanelli

Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).- Los árboles de largo invierno. Un ensayo sobre la humillación, editado recientemente por Almadía, analiza la humillación y su presencia en el mapa de la sociedad contemporánea.

La pobreza, la falta de educación, la marginación, el hacinamiento, la invisibilidad de los más débiles, que dan como resultado una desigualdad social de proporciones apremiantes y en la base del poder, de las estructuras de gobierno, está la humillación como elemento esencial.

Echando mano de los recursos del relato, la crónica y en ensayo, el autor describe los abusos de las que son víctimas quienes cruzan el país con el ideal de encontrar una vida mejor, a manos de autoridades y bandas criminales; revisita la conquista española del Nuevo Mundo como un origen marcado por la falta de respeto por lo distinto y un desprecio por “lo inferior” y reflexiona sobre algunos de los más recientes episodios nacionales de violencia.

La dignidad humana nos eleva a todos a un nivel de igualdad, en el que merecemos el respeto de nuestros semejantes, al tiempo que nos da derecho a tener a la mano los elementos suficientes para saciar nuestras necesidades, advierte Luis Muñoz Oliveira en su libro.

–Tu libro revela que las grandes causas de la humillación son las económicas, en general…

–Sí, hay varias causas, pero es cierto que las económicas son importantes. Siempre digo que el concepto de desigualdad debe pronunciarse en plural, porque hay muchos tipos de desigualdades. Una grave es la económica, pero no podemos negar las otras, como la falta de acceso a la salud, la educación, la justicia. Si sólo decimos “la desigualdad”, estamos sesgando todas las demás desigualdades y destacando sólo la económica.

Temas de la humillación. Foto: Almadía
Temas de la humillación. Foto: Almadía nn

–El 65 % de la población mexicana se dedica a la economía informal, un gran germen de desigualdad.

–Sí, creo que en la sociedad donde hay más humillados es más fácil además tomar el camino de la violencia. Porque me imagino donde no tienes tanta facilidad de hacer daño físico al otro, es más difícil tomar esa senda. La larga historia de humillaciones es un camino abierto a la violencia. ¿Por qué hay tantos sicarios en México? No creo que la respuesta se pueda dar sólo a través de lo económico. Para que un tipo tome una pistola y vaya a matar a otra persona porque otro los manda, no es sólo porque le pagan, detrás de esa acción está el hecho de alguien que se ha enriquecido durante muchos años robando al Estado, por ejemplo, con total impunidad. Si esa persona es impune, ¿por qué no voy a serlo yo?

–¿Hay un inicio de la humillación en nuestra cultura, en nuestra conformación social?

–Tengo ahí una hipótesis y esa es la ventaja de un ensayo, que puede basarse en una hipótesis. Lo que sugiero o propongo es que en México sobre todo, quizás en algunos otros pueblos latinoamericanos, hay una mezcla muy interesante; por un lado está la humillación de los aztecas que tenían dominados de manera violenta a otros pueblos y por el otro los españoles que llegan con la espada desenvainada algunos y otros muy humildes que imponen esa idea de la humildad. Todo esto hace un caldo de cultivo perfecto la humillación. Por un lado humillas con la espada, por el otro, enseñas humildad.

–Sin embargo, en el ensayo le das un carácter ontológico a la humillación, más allá de los buenos y de los malos, que es el planteo clásico.

–Es que hay distintas formas de humillación. Depende del origen. En México se dan muchos tipos de humillación y dependen todas ellas de las variadas formas de acceder al poder. Es una sociedad profundamente racista y clasista, llena de desigualdades. Lo más grave es que esto se ha institucionalizado en el Estado, es decir, tenemos formas estatales que humillan. Un ejemplo de ello es el salario. El salario mínimo es una ley que establece que una persona debe cobrar un dinero que le permita vivir dignamente y sin embargo la realidad es brutal. Por ley también se le paga 400 veces más a un senador, a un político. Eso es tremendo, es asqueroso. En nuestras formas de convivencia y lenguaje, la humillación se ha vuelto normal.

–¿Eres de izquierda o de derecha?

–Soy medianamente liberal. Soy un liberal clásico, me preocupan las libertades de las personas. Lo que pasa es que la derecha se ha montado en el discurso de las libertades para defender ciertos abusos que no tienen que ver con las libertades. Defender la acumulación excesiva de la riqueza como un derecho individual.

Un libro escrito desde México, sobre México, con vocación latinoamericana. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Un libro escrito desde México, sobre México, con vocación latinoamericana. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–Ninguna persona puede gastar de ninguna manera la riqueza que acumula y sin embargo cada vez hay más ricos y los ricos son cada vez más ricos.

–La desigualdad económica ha llegado a unos niveles extremos. No tiene justificación teórica. Ahí creo que el poder del Estado debería usarse de manera directa para evitar esa excesiva acumulación de la riqueza.

–Se habla siempre de México como el país de los jodidos.

–Y sin embargo es México una de las mayores economías del mundo. Es una de las cosas que genera tanta humillación. ¿Cómo es posible que este país produzca tanta riqueza y más de la mitad de su población sea tan pobre? ¿Cómo es posible tanta desigualdad? Ningún país debería permitir que una mujer tenga un hijo en el patio de un hospital. Ningún país debería permitir que una persona se muera de una enfermedad curable. Nada hay más humillante que eso. Esas cosas te quitan la dignidad de ser persona.

–Ha vuelto incluso la esclavitud…

–Me hubiera gustado pensar que habíamos dejado la esclavitud atrás, pero los datos demuestran que la estamos reforzando. En el mundo hay cada vez más trabajo esclavo. Es una desgracia. Vivimos en un mundo donde prima el discurso de los derechos humanos, en el que creo firmemente, pero ese discurso no se corresponde con la realidad.

–El discurso de la corrección política tampoco ha ayudado mucho a cambiar el estado de las cosas

–Depende. Lo que pasa es que para mí hay discursos correctamente políticos que tienen todo el sentido del mundo y luego hay otros que se han llevado a extremos completamente ridículos. Los eufemismos son tontos y nos impiden por ejemplo llamar pobre al pobre. Entiendo lo que quieres decir, pero es importante señalar que en México es perfectamente normal, aceptable y asqueroso decirle a alguien “indio”, “puto”, “apestoso”, “negro”, pero que hay países como los Estados Unidos en donde no puedes llamar “niger” a alguien. Me parece que “niger” es una palabra denigrante, con una gran carga histórica negativa y ese discurso políticamente correcto me resulta aceptable, valioso.

Un libro editado por Almadía, con portada de Alejandro Magallanes. Foto: Especial
Un libro editado por Almadía, con portada de Alejandro Magallanes. Foto: Especial

–En México muchísimos intelectuales viven con lujos, ¿se compra así el discurso del intelectual frente a la desigualdad reinante?

–Creo que el sistema de estímulos culturales no es el problema. El problema es el famoso “chayote”. Las grandes cantidades de dinero que se invierten en publicidad para comprar opiniones, eso es tremendo. No hay árbitros ciegos en este país. No hemos logrado desarrollar los árbitros justos. Pasa con las antologías, con los viajes…

–¿Tu libro tiene una vocación nacional?

–No tiene una vocación nacional. La historia mexicana se comparte en gran parte con el resto del continente. En todo caso podría ser una vocación latinoamericana, que es muy específica. Obviamente me centré en temas mexicanos, que son los que tengo a la mano. Me interesaría debatir este libro, que se volviera un tema, que las personas comiencen a hablar de la humillación como algo importante y de lo que no solemos hablar públicamente. Si empezamos a discutirlo, este libro habrá dado un paso importante.

El autor es también novelista y docente universitario. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
El autor es también novelista y docente universitario. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

¿Quién es Luis Muñoz Oliveira? Nació en la Ciudad de México. Es doctor en Filosofía por la Universitat Autònoma de Barcelona , escritor y periodista. Imparte clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la UNAM y en la Universidad Iberoamericana. Ha colaborado en publicaciones periódicas como Letras libres. Es autor de las novelas Bloody Mary (2010) y Resaca (2014); así como de La fragilidad del campamento. Un ensayo sobre el papel de la tolerancia (Almadía, 2013).

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas